Un Apa­sio­na­do Deportista

Cró­ni­ca de Jor­ge Gutman

PLA­YING WITH FIRE: THE THEO FLEURY STORY

Ini­cian­do una nue­va tem­po­ra­da con Pla­ying with Fire la com­pa­ñía del Tea­tro Cen­taur rin­de tri­bu­to al joc­key sobre hie­lo, el depor­te nacio­nal de Cana­dá, como así tam­bién a una de sus gran­des figu­ras como lo ha sido Theo­ren Fleury.

Basa­do en su libro homó­ni­mo escri­to en cola­bo­ra­ción con Kirs­tie McLe­llan Day, la dra­ma­tur­ga Day lo adap­tó para el tea­tro ofre­cien­do como resul­ta­do una obra don­de con un úni­co per­so­na­je en esce­na se pasa revis­ta a la carre­ra pro­fe­sio­nal de Fleury; con­se­cuen­tem­ne­te que­da resal­ta­do la pasión de este excep­cio­nal atle­ta por el joc­key que cons­ti­tu­yó la razón de su existencia.

Lo que pri­me­ro con­vie­ne des­ta­car es el modo en que el tex­to ha sido ela­bo­ra­do per­mi­tien­do que el espec­ta­dor pue­da seguir la tra­yec­to­ria del depor­tis­ta en las dis­tin­tas ligas que ha juga­do como al pro­pio tiem­po con­si­de­rar aspec­tos de su vida personal.

Sobre el esce­na­rio refle­jan­do una pis­ta de hie­lo se ve al actor Shaun Smith per­so­ni­fi­can­do a Fleury mon­ta­do en pati­nes duran­te los 100 minu­tos que per­ma­ne­ce en esce­na. Inme­dia­ta­men­te des­pués de ento­nar el Himno Nacio­nal de Cana­dá por par­te del públi­co asis­ten­te, como acon­te­ce real­men­te en los ini­cios de cada los par­ti­do, la audien­cia va siguien­do lo que Smith/Fleury les está rela­tan­do; como si se tra­ta­ra del encuen­tro con un vie­jo ami­go depor­tis­ta, inme­dia­ta­men­te se crea una gran empa­tía entre el espec­ta­dor y el actor. Así que­dan expues­tos los esfuer­zos que des­de tem­pra­na edad el juga­dor tuvo que rea­li­zar para ser acep­ta­do en este depor­te debi­do a su esca­sa esta­tu­ra, par­ti­ci­pan­do en un comien­zo en ligas meno­res; dado su asom­bro­so desem­pe­ño, en 1987 es incor­po­ra­do a la Liga Nacio­nal de Hoc­key (LNH) y des­pués de haber obte­ni­do 1000 pun­tos en su carre­ra gana en 1989 la codi­cia­da Copa Stan­ley, con­vir­tién­do­se de este modo en una suer­te de héroe nacio­nal. Pos­te­rior­men­te repre­sen­ta a Cana­dá en las Olim­pia­das de Invierno don­de en 2002 obtie­ne una meda­lla de oro.

La pie­za igual­men­te expo­ne situa­cio­nes som­brías de su vida. Así la otra cara de la mone­da ilus­tra el trau­ma sufri­do por el atle­ta cuan­do fue obje­to de abu­sos sexua­les por par­te de su entre­na­dor; no menos dra­má­ti­co ha sido su adic­ción por las dro­gas y la bebi­da como así tam­bién el haber esta­do sumi­do en la depre­sión con inten­tos de sui­ci­dio, aspec­tos por los que en últi­ma ins­tan­cia fue obli­ga­do a dejar la LNH en 2003.

La inter­pre­ta­ción es nada menos que glo­rio­sa. Shaun Smith deja de ser Smith para con­ver­tir­se de lleno en Fleury logran­do una extra­or­di­na­ria per­so­ni­fi­ca­ción. En for­ma vis­ce­ral y des­ple­gan­do una des­co­mu­nal ener­gía físi­ca, se lo con­tem­pla des­pla­zán­do­se con sus pati­nes y mane­jan­do con sus manos un bas­tón lar­go que ser­vi­rá para diri­gir el dis­co de cau­cho en la por­te­ría del rival; simul­tá­nea­men­te va rela­tan­do con pro­fun­da emo­ción sus demo­nios inte­rio­res con­ta­gian­do de inme­dia­to al públi­co que lo observa.

No hay duda que Fleury, actual­men­te de 49 años de edad, está más que doble­men­te satis­fe­cho por haber escri­to el libro que le sir­vió de catar­sis espi­ri­tual como así tam­bién por com­pro­bar el reso­nan­te éxi­to que está obte­nien­do esta pie­za des­de que se estre­nó en 2012 en Cal­gary, pasan­do por varias otras ciu­da­des cana­dien­ses has­ta lle­gar aho­ra a Mon­treal, sien­do siem­pre repre­sen­ta­da por el mis­mo intér­pre­te y muy bien diri­gi­da por Ron Jen­kins.

En esen­cia, la his­to­ria de esta leyen­da del depor­te que ha logra­do sobre­vi­vir superan­do los gra­ves obs­tácu­los inter­pues­tos per­mi­te que la pla­tea dis­fru­te de una muy emo­ti­va vela­da teatral.

Las repre­sen­ta­cio­nes con­ti­núan en el esce­na­rio del Tea­tro Cen­taur has­ta el 29 de octubre.