Una Des­lum­bran­te Secuela

BLA­DE RUN­NER 2049. Esta­dos Uni­dos, 2017. Un film de Denis Villeneuve

Des­pués de haber incur­sio­na­do en el terreno de la cien­cia fic­ción con Arri­val (2016), el talen­to­so rea­li­za­dor Denis Ville­neu­ve retor­na al mis­mo géne­ro abor­dan­do la secue­la de Bla­de Run­ner (1982). Res­pe­tan­do el espí­ri­tu del emble­má­ti­co film de Rid­ley Scott, basa­do en la nove­la de Phi­lip K. Dick (¿Sue­ñan los androi­des con ove­jas eléc­tri­cas?), Ville­neu­ve ha logra­do con Bla­de Run­ner 2049, una pelí­cu­la monu­men­tal que cau­ti­va­rá tan­to al gran públi­co como al selectivo.

Para quie­nes no hayan vis­to el film ori­gi­nal, resul­ta con­ve­nien­te seña­lar que la acción trans­cu­rre en 2019 don­de Harri­son Ford inter­pre­ta a Rick Dec­kard, un poli­cía caza­dor de repli­can­tes. Ese nom­bre alu­de a androi­des crea­dos gené­ti­ca­men­te a ima­gen y seme­jan­za de seres huma­nos por la cor­po­ra­ción mul­ti­na­cio­nal Tyrell para que tra­ba­jen como esclavos.

Ryan Gos­ling

El rela­to del pre­sen­te dra­ma, basa­do en el guión de Ham­pton Fan­cher y Michael Green, se desa­rro­lla tres déca­das des­pués don­de la empre­sa Tyrell que ha que­bra­do es reem­pla­za­da por otra cor­po­ra­ción mul­ti­na­cio­nal dedi­ca­da a pro­du­cir nue­vos repli­can­tes. Es en ese con­tex­to don­de el detec­ti­ve poli­cial K (Ryan Gos­ling) de Los Ánge­les por encar­go de su jefa (Robin Wright) tie­ne la misión de loca­li­zar y exter­mi­nar a una raza clan­des­ti­na de repli­can­tes infil­tra­dos en nues­tro pla­ne­ta por­que podrían cons­ti­tuir una ame­na­za para los humanos.

A pedi­do de la dis­tri­bui­do­ra de no difun­dir deta­lles de la his­to­ria como así tam­po­co indi­car el rol desem­pe­ña­do por los per­so­na­jes que la inte­gran, sólo se anti­ci­pa­rá que a tra­vés de la bús­que­da efec­tua­da por, K (núme­ro de serie del detec­ti­ve), él irá des­cu­brien­do cier­tos secre­tos que lo impul­sa­rán a ras­trear el para­de­ro de Rick Dec­kard (nue­va­men­te inter­pre­ta­do por Ford) de quien no se supo des­de 2019..

La com­ple­ja tra­ma no es un obs­tácu­lo para que el espec­ta­dor que­de absor­bi­do por la mis­ma. A pesar de cier­ta len­ti­tud que se pro­du­ce en su pri­me­ra hora, el film que ape­la más al inte­lec­to que a la emo­ción apa­sio­na por la magis­tral direc­ción impre­sa por Ville­neu­ve, como así tam­bién por su muy buen elen­co; en tal sen­ti­do se des­ta­ca la mag­ní­fi­ca pres­ta­ción de Gos­ling quien prác­ti­ca­men­te se encuen­tra en pan­ta­lla a lo lar­go de los 154 minu­tos del film (sin con­tar los cré­di­tos fina­les) trans­mi­tien­do los vai­ve­nes emo­cio­na­les de su per­so­na­je; a su lado igual­men­te se lucen, entre otros, Harri­son Ford, Ana de Armas, Syl­via Hoeks, Robin Wright, Len­nie James, Car­la Juri y Jared Leto.

El hip­nó­ti­co len­gua­je visual del film mere­ce espe­cial dis­tin­ción, gra­cias a la excep­cio­nal foto­gra­fía de Roger Dea­kins y a los sober­bios dise­ños de pro­duc­ción de Den­nis Gass­ner. Son des­lum­bran­tes las imá­ge­nes deso­la­do­ras de la ciu­dad de Los Ánge­les, don­de trans­cu­rre la mayor par­te de la acción, con una atmós­fe­ra nebu­lo­sa que impi­de dis­tin­guir los edi­fi­cios y la socie­dad futu­ris­ta que los habi­ta; de igual modo que­da mag­ní­fi­ca­men­te cap­ta­do el esce­na­rio de un casino aban­do­na­do de Las Vegas. En deter­mi­na­dos momen­tos, esa estu­pen­da visua­li­za­ción brin­da la sen­sa­ción de estar con­tem­plan­do cen­te­llean­tes telas de pintura.

Si bien se tra­ta de una obra de cien­cia fic­ción, lo que Ville­neu­ve ilus­tra podría refle­jar el mun­do que se habrá de vivir en un futu­ro no muy lejano. La pre­sen­cia de una socie­dad des­hu­ma­ni­za­da, la inte­li­gen­cia vir­tual superan­do a la crea­da por el hom­bre, la caza de bru­jas y las con­fron­ta­cio­nes entre las supues­tas fuer­zas del bien (los huma­nos) y las apa­ren­tes fuer­zas del mal (los repli­can­tes), son algu­nos de los aspec­tos que se pres­tan a la dis­cu­sión des­pués de haber con­tem­pla­do este impor­tan­te film, uno de los mejo­res de 2017. Jor­ge Gutman