A Tra­vés Del Tiempo

WON­DERS­TRUCK. Esta­dos Uni­dos, 2017. Un film de Todd Haynes

Des­pués de haber delei­ta­do al públi­co con el mag­ní­fi­co melo­dra­ma Carol (2015), el vete­rano rea­li­za­dor Todd Hay­nes retor­na con Won­ders­truck, una fábu­la basa­da en la nove­la de Brian Selz­nick quien es tam­bién autor del guión. Si en prin­ci­pio podría supo­ner­se que su his­to­ria está prin­ci­pal­men­te diri­gi­da al públi­co infan­til, el rea­li­za­dor la inno­va para que la audien­cia adul­ta pue­da asi­mis­mo apreciarla.

Milli­cent Simmonds

El rela­to está estruc­tu­ra­do en dos his­to­rias que trans­cu­rren para­le­la­men­te en épo­cas dife­ren­tes. En la pri­me­ra de ellas que se desa­rro­lla en 1927 y está fil­ma­da en blan­co y negro, se asis­te a las vici­si­tu­des de Rose (Milli­cent Sim­monds), una niña de 14 años sor­da de naci­mien­to, que se des­pla­za a Nue­va York para tra­tar de encon­trar a Lilian Mayhew (Julian­ne Moo­re), una estre­lla de cine, como así tam­bién a Wal­ter (Cory Michael Smith), su her­mano mayor. La otra his­to­ria que tie­ne lugar en 1977 y está fil­ma­da en colo­res se cen­tra en Ben (Oakes Fegley), un niño de 12 años que es huér­fano de madre (Miche­lle Williams) y que a cau­sa de un acci­den­te ha per­di­do la audi­ción; como nun­ca ha lle­ga­do a cono­cer a su padre, des­de Min­ne­so­ta se diri­ge a Manhat­tan para tra­tar de ubicarlo.

Resul­ta indis­cre­to agre­gar algo más sobre su tra­ma; bas­ta seña­lar que Hay­nes ha logra­do que los dos rela­tos que­den muy bien ensam­bla­dos don­de habi­da cuen­ta de las dife­ren­tes épo­cas en que trans­cu­rren los des­ti­nos de Rose y Ben coin­ci­di­rán en el Museo de His­to­ria Natu­ral de Nue­va York.

El film que cul­mi­na con un poé­ti­co des­en­la­ce cuen­ta con una logra­da actua­ción de sus dos jóve­nes acto­res pro­ta­gó­ni­cos: Sim­monds que es sor­da en la vida real trans­mi­te natu­ra­li­dad a la vez que sen­si­bi­li­dad y ter­nu­ra a su per­so­na­je en tan­to que Fegley igual­men­te infun­de auten­ti­ci­dad al suyo.

Resul­ta meri­to­ria la labor de mon­ta­je de Affon­so Gon­cal­vez per­mi­tien­do que sin sal­tos ni fisu­ra algu­na se pue­da asis­tir al via­je pen­du­lar del tiem­po; asi­mis­mo, los impe­ca­bles dise­ños de pro­duc­ción de Mark Fried­berg repro­du­cen acer­ta­da­men­te la ciu­dad neo­yor­ki­na de los años 20 y 70 brin­dán­do­le un toque mági­co. Jor­ge Gutman