El Angel Exterminador

DES­DE EL MET

En la ter­ce­ra trans­mi­sión des­de el MET a los cines del mun­do para la actual tem­po­ra­da 2017 – 2918, se difun­di­rá la ópe­ra The Exter­mi­na­ting Angel basa­da en el film homó­ni­mo cono­ci­do en 1962 de Luis Buñuel.

La adap­ta­ción para el géne­ro líri­co ha sido rea­li­za­da por Tho­mas Adès quien tam­bién asu­mió la res­pon­sa­bi­li­dad de diri­gir a la orques­ta. Cabe seña­lar que ésta es la ter­ce­ra ópe­ra del com­po­si­tor, des­pués de haber com­pues­to Pow­der Her Face (1995) y adap­ta­do The Tem­pest (2012) de Shakespeare.

Si bien esta pre­sen­ta­ción cons­ti­tu­ye un estreno para Nor­te­amé­ri­ca, la ópe­ra se pre­sen­tó por pri­me­ra vez en el Fes­ti­val de Salz­bur­go de 2016 don­de fue acla­ma­da por el públi­co asis­ten­te como así tam­bién por la crí­ti­ca espe­cia­li­za­da. Buñuel ofre­ce en el film una visión per­tur­ba­do­ra sobre un matri­mo­nio de la alta bur­gue­sía que invi­ta a un gru­po de ami­gos de igual con­di­ción social a cenar a su lujo­sa man­sión des­pués de la pre­sen­ta­ción de una ópe­ra. El cli­ma adquie­re un carác­ter ten­so cuan­do lle­ga­da la hora de reti­rar­se, los invi­ta­dos se sien­ten inmo­vi­li­za­dos psi­co­ló­gi­ca­men­te; ese enclaus­tra­mien­to volun­ta­rio desem­bo­ca­rá en un esta­do de total degeneración.

(Foto del MET)

Sin duda algu­na, la fan­ta­sía surrea­lis­ta del genial cineas­ta ara­go­nés cons­ti­tu­yó un gran desa­fío para Adès quien escri­bió el libre­to con­jun­ta­men­te con Tom Cairns direc­tor de esta pro­duc­ción. De todos modos, los elo­gios reci­bi­dos en Salz­bur­go como así tam­bién por la crí­ti­ca neo­yor­ki­na en opor­tu­ni­dad de su pri­me­ra pre­sen­ta­ción del MET, el pasa­do 27 de octu­bre, indi­can que el enig­ma de la con­duc­ta huma­na y su lado tur­bio expues­to por Buñuel han sido fiel­men­te tras­pues­tos en esta crea­ción líri­ca de músi­ca modernista.

(Foto del MET)

Entre los quin­ce inte­gran­tes del elen­co se encuen­tran la soprano Aman­da Echa­laz y el tenor Joseph Kai­ser ani­man­do a los due­ños de casa, Lucía y Edmun­do De Nobi­le. Como visi­tan­tes figu­ran la soprano Audrey Luna como Leti­cia May­nar, una can­tan­te de ópe­ra; el bajo John Tom­lin­son ani­ma a un anciano Doc­tor Car­los Con­de quien está acom­pa­ña­do por su pacien­te ter­mi­nal Leo­no­ra Pal­ma, rol can­ta­do por la mez­zo soprano Ali­ce Coote; la soprano Sophie Bevan y el tenor David Por­ti­llo ani­man a Bea­triz y Eduar­do, dos des­ven­tu­ra­dos comen­sa­les; la soprano Sally Matthews inter­pre­ta a Sil­via de Ávi­la, una aris­to­crá­ti­ca viu­da en tan­to que el con­tra­te­nor Iestyn Davies ani­ma a su her­mano Fran­ces­co; la mez­zo-soprano Chris­ti­ne Rice can­ta el rol de la pia­nis­ta Blan­ca Del­ga­do y el barí­tono Rod Gilfry carac­te­ri­za a su mari­do Alber­to. El repar­to se com­ple­ta con los can­tan­tes Kevin Bur­det­te, Chris­tian Van Horn, David Adam Moo­re y Fré­dé­ric Antoun.

https://www.youtube.com/watch?v=Ld8XT7SRz0U

En los ren­glo­nes téc­ni­cos de pro­duc­ción, la esce­no­gra­fía y dise­ño de ves­tua­rio es de Hil­de­gard Bechtler,  la ilu­mi­na­ción per­te­ne­ce a Jon Clark en tan­to que la coreo­gra­fía es de Amir Hos­sein­pour.

En Cana­dá The Exter­mi­na­ting Angel será trans­mi­ti­da en direc­to y en su ver­sión ori­gi­nal ingle­sa en las salas de Cine­plex el 18 de noviem­bre de 2017 Las pre­sen­ta­cio­nes en dife­ri­do están pro­gra­ma­das para el 9, 11 y 13 de diciem­bre de 2017 y el 7 y 13 de enero de 2018; en este caso se pre­sen­ta­rá con sub­tí­tu­los en fran­cés para los salas cana­dien­ses que tra­di­cio­nal­men­te pre­sen­tan pelí­cu­las en fran­cés. Para infor­ma­ción sobre los cines par­ti­ci­pan­tes y hora­rios loca­les res­pec­ti­vos pre­sio­ne aquí 

Una come­dia de Sha­kes­pea­re en ballet

THE TAMING OF THE SHREW

En pocos días más vol­ve­rá a difun­dir­se The Taming of the Shrew, una pro­duc­ción del Ballet Bolshoi que fue trans­mi­ti­do en direc­to des­de Mos­cú en enero de 2016.

SI bien William Sha­kes­pea­re es más iden­ti­fi­ca­do como dra­ma­tur­go de gran­des tra­ge­dias, tam­bién ha sido un remar­ca­bleo autor de come­dias don­de entre las mis­mas se des­ta­ca The Taming of the Shrew que ha sido y sigue sien­do la más popu­lar de dicho género.

THE TAMING OF THE SHREW (1)Publi­ca­da hacia fina­les del siglo 16, el cine la ha con­si­de­ra­do en varias opor­tu­ni­da­des, sobre todo en la mag­ní­fi­ca ver­sión de Fran­co Zefi­re­lli de 1967 con Richard Bur­ton y Eli­za­beth Tay­lor en los roles pro­ta­gó­ni­cos. Sin embar­go nun­ca ha sido con­ver­ti­da a ballet has­ta que el Tea­tro Bolshoi de Mos­cú ha deci­di­do mon­tar­la en la tem­po­ra­da 2013 – 2014 al haber logra­do con­tar con la per­so­na ade­cua­da para coreo­gra­fiar­la. Esta tarea ha sido asig­na­da a Jean-Chris­tophe Mai­llot quien es el direc­tor de Les Ballets de Mon­te­car­lo de Móna­co y uno de los más des­ta­ca­dos coreó­gra­fos del mun­do. Habien­do acep­ta­do el desa­fío de tras­la­dar a la dan­za esta obra, el artis­ta logró elo­gio­sos comen­ta­rios críticos.

THE TAMING OF THE SHREW (2)

A tra­vés de apro­xi­ma­da­men­te 90 minu­tos, la obra de Sha­kes­pea­re trans­for­ma­da en ballet que­da rele­ga­da a sus prin­ci­pa­les per­so­na­jes. En esta pro­duc­ción, Don Bau­tis­ta Mino­la, un comer­cian­te Padua de con­for­ta­ble situa­ción eco­nó­mi­ca le comu­ni­ca a su hija Bian­ca –que cuen­ta con nume­ro­sos cor­te­jan­tes- que no podrá casar­se has­ta que su her­ma­na mayor Katha­ri­na, una joven de genio tem­pe­ra­men­tal, encuen­tre mari­do. Cuan­do lle­ga a la ciu­dad Petru­chio, un joven ambi­cio­so dis­pues­to a cor­te­jar y domar a la rebel­de Katha­ri­na, los pre­ten­dien­tes de Blan­ca –inclu­yen­do al ena­mo­ra­di­zo Lucen­tio- se encuen­tran más ali­via­dos. La coreo­gra­fía de Mai­llot ha sabi­do cap­tar la come­dia de enre­dos que se gene­ra en base a la pre­mi­sa ini­cial don­de al igual que en la obra sha­kes­pe­ria­na todo con­du­ci­rá a un final feliz.

Como músi­ca para este ballet, el coreó­gra­fo ha recu­rri­do al com­po­si­tor Dimi­tri Shos­ta­ko­vich, uti­li­zan­do agra­da­bles temas que el com­po­si­tor crea­ra para varios fil­mes y para una de sus come­dias musi­ca­les. En los prin­ci­pa­les roles par­ti­ci­pan los bai­la­ri­nes Eka­te­ri­na Kry­sa­no­va (Kathe­ri­na), Vla­dis­lav Lan­tra­tov (Petru­chio), Olga Smir­no­va (Blan­ca) y Sem­yon Chu­din (Lucen­tio),

El maes­tro ruso Igor Dro­nov, que es direc­tor de la Filar­mó­ni­ca Rusa y tam­bién se ha desem­pe­ña­do como prin­ci­pal direc­tor invi­ta­do en varios paí­ses del mun­do, diri­ge la orques­ta del Bolshoi. El dise­ño de los deco­ra­dos está a car­go de Ernest Pig­non-Ernest quien es un cola­bo­ra­dor de lar­ga data del afa­ma­do coreó­gra­fo, el ves­tua­rio per­te­ne­ce a Augus­tin Mai­llot en tan­to que la ilu­mi­na­ción es res­pon­sa­bi­li­dad de Domi­ni­que Drillot. 

Este ballet que per­te­ne­ce al Bolshoi y sola­men­te pue­de ser repre­sen­ta­do por esta pres­ti­gio­sa com­pa­ñía, será difun­di­do el 19 de noviem­bre de 2017 y podrá ser vis­to en Cana­dá a tra­vés de los cines del cir­cui­to Cine­plex. Para cono­cer el hora­rio local de difu­sión en las salas par­ti­ci­pan­tes de Cana­dá, así como cual­quier otra infor­ma­ción adi­cio­nal pre­sio­ne aquí

Un des­en­fo­ca­do dra­ma psicológico

NOUS SOM­MES LES AUTRES. Cana­dá, 2017. Un film de Jean-Fra­nçois Asselin

Este thri­ller psi­co­ló­gi­co de Jean-Fra­nçois Asse­lin des­con­cier­ta por cuan­to par­tien­do de una intere­san­te pre­mi­sa al pro­me­diar su metra­je adop­ta un rum­bo dife­ren­te sin que pue­da deter­mi­nar­se qué es lo que se pro­po­ne lograr.

Pas­cal Bussières

Pas­ca­le Bus­siè­res ani­ma a Myriam Lam­bert, una mujer que se encuen­tra suma­men­te inquie­ta por­que súbi­ta­men­te su mari­do Ale­xan­dre Picard des­apa­re­ció; él es un famo­so arqui­tec­to que tra­ba­ja en un impor­tan­te estu­dio de arqui­tec­tu­ra jun­to con ella. Myriam ocul­ta la des­apa­ri­ción a su jefe (James Hynd­man) y a los demás inte­gran­tes de la ofi­ci­na a quie­nes les dice que ella está en per­ma­nen­te comu­ni­ca­ción con Ale­xan­dre. Antes de su ausen­cia ambos esta­ban invo­lu­cra­dos en un pro­yec­to ambi­cio­so refe­ri­do a la maque­ta de un cen­tro artís­ti­co para ser pre­sen­ta­do en un con­cur­so inter­na­cio­nal. Debi­do a esa cir­cuns­tan­cia, Myriam con­tra­ta los ser­vi­cios de Fré­dé­ric Ven­ne (Émi­le Proulx-Clou­tier), un joven y talen­to­so arqui­tec­to, a quien le soli­ci­ta que tome a su car­go la pla­ni­fi­ca­ción del refe­ri­do pro­yec­to. Gra­dual­men­te, a tra­vés del buen tra­ba­jo que va rea­li­zan­do este pro­fe­sio­nal logra ganar­se el res­pe­to y la admi­ra­ción de sus colegas.

Para­le­la­men­te a la situa­ción plan­tea­da, en esta his­to­ria inter­vie­ne Robert Laplan­te (Jean-Michel Anctil), un exper­to de la com­pa­ñía de segu­ros que se ocu­pa de inves­ti­gar la des­apa­ri­ción del arqui­tec­to y de algu­nos efec­tos de valor que no se encuen­tran o qui­zá Ale­xan­dre lle­vó consigo.

Si bien hay una intri­ga por saber qué es lo que pasó con el des­apa­re­ci­do, el modo en que evo­lu­cio­na­rá la situa­ción de Myriam que aho­ra está sen­ti­men­tal­men­te atraí­da por Fré­dé­ric, y cómo la tarea detec­ti­ves­ca de Robert ten­drá inci­den­cias en su vida fami­liar, es una curio­si­dad que se va des­va­ne­cien­do len­ta­men­te: eso se debe a que el guión del rea­li­za­dor escri­to con Jac­ques Dro­let tran­si­ta por situa­cio­nes deci­di­da­men­te inve­ro­sí­mi­les que res­tan cre­di­bi­li­dad a lo que ante­rior­men­te se esta­ba exponiendo.

Éste es otro rela­to más que tra­ta de trans­mi­tir la cri­sis exis­ten­cial de sus per­so­na­jes den­tro de los cáno­nes de un dra­ma psi­co­ló­gi­co, pero no logra dis­tin­guir­se a pesar de con­tar con bue­nas inter­pre­ta­cio­nes don­de los acto­res supe­ran con cre­ces lo que el guión les deman­da. Aun­que bien inten­cio­na­do, el film ‑más fan­ta­sio­so que rea­lis­ta- se des­ni­ve­la en el plano narra­ti­vo, lo que agre­ga­do a una rea­li­za­ción monó­to­na y diá­lo­gos no muy plau­si­bles impi­de que resul­te sufi­cien­te­men­te atrac­ti­vo. Jor­ge Gutman

Una Nos­tál­gi­ca Come­dia Musical

FOLLIES 

Pro­si­guien­do con las trans­mi­sio­nes de Natio­nal Thea­tre Live, se podrá pre­sen­ciar Follies en difu­sión direc­ta des­de el Tea­tro Oli­vier de Lon­dres a las salas cana­dien­ses. Esta obra aun­que estre­na­da hace 46 años y repues­ta en varias opor­tu­ni­da­des, man­tie­ne su encan­to y fres­cu­ra en esta nue­va pro­duc­ción diri­gi­da por Domi­nic Cooke.

(FOTO DE NATIO­NAL THEATRE)

Esta expre­si­va come­dia musi­cal del emi­nen­te com­po­si­tor y letris­ta Stephen Sondheim y libre­to de James Gold­man logra com­bi­nar la músi­ca con una his­to­ria melan­có­li­ca. La tra­ma gira en torno de un gru­po de acto­res y can­tan­tes que 30 años atrás habían inte­gra­do un espec­tácu­lo musi­cal deno­mi­na­do Weis­man­n’s Follies que a su vez esta­ba basa­do en las Zieg­feld Follies; ellos vuel­ven a reu­nir­se invi­ta­dos por el empre­sa­rio Weis­mann en el tea­tro don­de habían tra­ba­ja­do por­que el mis­mo está a pun­to de ser demo­li­do; esa oca­sión ser­vi­rá para reme­mo­rar los vie­jos días. Entre sus inte­gran­tes se encuen­tran dos pare­jas que atra­vie­san una doble cri­sis matri­mo­nial; una de ellas está inte­gra­da por Buddy y Sally que viven en Phoe­nix, y la otra por Ben y Phi­llis que aho­ra son famo­sos y habi­tan en Manhat­tan. El nudo con­flic­ti­vo del rela­to sur­ge del hecho que Sally siem­pre había esta­do ena­mo­ra­da de Ben y ese sen­ti­mien­to no ha des­apa­re­ci­do; sin embar­go aho­ra él está dema­sia­do preo­cu­pa­do por la depre­sión de su espo­sa sin pen­sar en nada más.

(FOTO DE NATIO­NAL THEATRE)

En una his­to­ria don­de el pre­sen­te se entre­mez­cla con el pasa­do, el com­po­si­tor y el libre­tis­ta han logra­do crear un espec­tácu­lo imbui­do de nos­tal­gia mani­fes­ta­do por los lamen­tos de la media­na edad en la medi­da que los sue­ños de juven­tud no se han vis­to cristalizados.

El comen­ta­rio de los crí­ti­cos lon­di­nen­ses con moti­vo de su repo­si­ción en sep­tiem­bre pasa­do ha sido uná­ni­me­men­te elo­gio­so en cuan­to a la cali­dad de esta pro­duc­ción basa­da en la ori­gi­nal de 1971. Ade­más de la exce­len­te pues­ta escé­ni­ca de Cooke se des­ta­ca la mara­vi­llo­sa actua­ción de un elen­co enca­be­za­do por Tra­cie Ben­nett, Janie Dee, Phi­lip Quast, Imel­da Staun­ton y Peter For­bes quie­nes está acom­pa­ña­dos por Fred Haig, Zizi Stra­llen, Alex Young y Adam Rhys-Char­les.

https://www.youtube.com/watch?v=aNoNsA8QV8s

Como en todo espec­tácu­lo musi­cal la impor­tan­cia de sus núme­ros adquie­re espe­cial gra­vi­ta­ción y en tal sen­ti­do Sondheim lo ha dota­do con bellas can­cio­nes don­de se des­ta­can entre otras, Live, Laugh, Love, Could I lea­ve you, I am Still Here, Losing my Mind, The Story of Lucy and Jes­sie y el tema final Beau­ti­ful Girls. La direc­ción orques­tal está a car­go de Nigel Lilley, la coreo­gra­fía es de Bill Dea­mer, en tan­to que Vic­ki Mor­ti­mer fue res­pon­sa­ble de la escenografía.

El públi­co de Cana­dá ten­drá la oca­sión de pre­sen­ciar la trans­mi­sión de Follies en direc­to des­de Lon­dres el 16 de noviem­bre de 2017 y en dife­ri­do el 20 de enero de 2018. Para infor­ma­ción sobre los cines de Cine­plex que difun­di­rán el even­to y los hora­rios loca­les res­pec­ti­vos pre­sio­ne aquí.

La Hones­ti­dad Mal Apreciada

GLORY. Bul­ga­ria-Gre­cia, 2016. Un film de Kris­ti­na Gro­ze­va y Petar Valchanov

Las injus­ti­cias socio eco­nó­mi­cas exis­ten­tes en la Bul­ga­ria post comu­nis­ta así como la corrup­ción e inmo­ra­li­dad pre­va­le­cien­tes en cier­tos sec­to­res de la esfe­ra polí­ti­ca es lo que se apre­cia en Glory, un muy buen film de los direc­to­res Kris­ti­na Gro­ze­va y Petar Valchanov.

Ste­fan Denolyubov

La his­to­ria con­ce­bi­da por los rea­li­za­do­res y escri­ta con­jun­ta­men­te con Decho Tara­lezh­kov, basa­da en un epi­so­dio acon­te­ci­do en Bul­ga­ria cier­to tiem­po atrás, pre­sen­ta a Tsan­ko (Ste­fan Denol­yu­bov) un humil­de tra­ba­ja­dor tar­ta­mu­do que des­de hace más de dos déca­das se desem­pe­ña como ferro­via­rio en una zona rural del país. A pesar de ganar un míse­ro sala­rio, él no se adhie­re a las tác­ti­cas adop­ta­das por algu­nos de sus com­pa­ñe­ros que se apro­pian del com­bus­ti­ble uti­li­za­do en el tra­ba­jo a fin de incre­men­tar sus ingre­sos. Un día, en uno de los reco­rri­dos habi­tua­les que efec­túa como con­tro­la­dor de las vías férreas, encuen­tra un paque­te con una millo­na­ria suma de dine­ro y de inme­dia­to entre­ga su con­te­ni­do a la poli­cía. Ese acto de pro­bi­dad moral es apro­ve­cha­do polí­ti­ca­men­te por el Minis­te­rio de Trans­por­te que para ocul­tar algu­nas de sus fecho­rías, como la nefas­ta com­pra­ven­ta de vago­nes que está rea­li­zan­do, desea dis­traer la aten­ción públi­ca tra­tan­do de resal­tar la ima­gen de Tsan­ko. Eso está inte­li­gen­te­men­te imple­men­ta­do por Julia (Mar­gi­ta Goshe­va), la jefa del depar­ta­men­to de comu­ni­ca­cio­nes del minis­te­rio, quien al difun­dir la noti­cia per­mi­te que el hones­to hom­bre adquie­ra la fama de un héroe nacio­nal. Inme­dia­ta­men­te es invi­ta­do a via­jar a Sofia, la capi­tal de Bul­ga­ria, para una con­fe­ren­cia de pren­sa don­de en un acto ofi­cial reci­be las feli­ci­ta­cio­nes del minis­tro. Ade­más es obse­quia­do con un reloj digi­tal de tec­no­lo­gía avan­za­da que debe lucir­lo públi­ca­men­te fren­te a las cáma­ras que lo esta­rán enfo­can­do. Para ello, pre­via­men­te Julia le pide que le entre­gue el que lle­va pues­to, con la pro­me­sa de que des­pués de la cere­mo­nia le será devuel­to. Cabe acla­rar, que su vie­jo reloj tie­ne para el home­na­jea­do un impor­tan­te valor sen­ti­men­tal por­que fue un rega­lo que su difun­to padre le había dedi­ca­do con una ins­crip­ción con­te­ni­da en su par­te trasera.

El inten­to deses­pe­ra­do de poder recu­pe­rar su reloj fren­te a una imper­tur­ba­ble buro­cra­cia que se lo impi­de, así como algu­nas de las decla­ra­cio­nes que un sagaz perio­dis­ta de la tele­vi­sión (Mil­ko Laza­rov) le son­sa­ca al inge­nuo Tsan­ko don­de se pone en evi­den­cia la depra­va­ción del minis­te­rio, ten­drá para él serias con­se­cuen­cias. De este modo, des­pués de haber vivi­do su minu­to de glo­ria, ambas situa­cio­nes con­ver­gen para que este inco­rrup­ti­ble tra­ba­ja­dor se con­vier­ta en un pobre des­gra­cia­do que ade­más de sen­tir­se humi­lla­do por su invo­lun­ta­ria tar­ta­mu­dez, es obli­ga­do a des­de­cir­se públi­ca­men­te de sus decla­ra­cio­nes a fin de evi­tar males mayo­res que lo pue­dan victimizar.

Esta tra­gi­co­me­dia no exen­ta de humor negro está muy bien arti­cu­la­da con­tan­do con el apo­yo de un inte­li­gen­te guión que feliz­men­te evi­ta cari­ca­tu­ri­zar a sus per­so­na­jes, eso se com­ple­men­ta con una exce­len­te actua­ción don­de amplia­men­te se des­ta­can Denol­yu­bov y Goshe­va. Si algu­na mora­le­ja cabe des­pren­der de esta his­to­ria es que en un medio social don­de los valo­res mora­les dejan poco que desear pare­ce­ría pre­fe­ri­ble ocul­tar la ver­dad si se quie­re sal­var el pelle­jo. Jor­ge Gutman