La Últi­ma Noche de un Presidente

JFK

Fiel a su obje­ti­vo de des­cu­brir nue­vos títu­los para su reper­to­rio, como ter­ce­ra pro­duc­ción de la tem­po­ra­da, la com­pa­ñía Opé­ra de Mon­tréal pre­sen­ta­rá como pri­mi­cia cana­dien­se la crea­ción líri­ca JFK del com­po­si­tor esta­dou­ni­den­se David T. Little y del libre­tis­ta cana­dien­se Roy­ce Vavrek. Esta ópe­ra ya estre­na­da en Esta­dos Uni­dos en 2016 ha reci­bi­do una uná­ni­me aco­gi­da por par­te de los más impor­tan­tes crí­ti­cos como es el caso de Anthony Tom­ma­si­ni del New York Times.

En un tra­ba­jo man­co­mu­na­do, el com­po­si­tor y el libre­tis­ta abor­dan con suti­li­dad y pre­ci­sión uno de los acon­te­ci­mien­tos que con­mo­vió al mun­do ente­ro como lo fue el ase­si­na­to del pre­si­den­te John F. Ken­nedy, don­de su figu­ra alcan­zó una dimen­sión mítica.

Más bien que pre­sen­tar el his­tó­ri­co cri­men, Little y Vavrek pre­fi­rie­ron abor­dar la figu­ra del des­afor­tu­na­do man­da­ta­rio mos­trán­do­lo en las doce horas que pre­ce­die­ron al momen­to fatal. De este modo, esta ópe­ra per­mi­te aden­trar­se en la vida inte­rior del pre­si­den­te y su espo­sa Jac­que­li­ne, en la sui­te pre­si­den­cial del Hotel Texas de Fort Worth al que lle­ga­ron el 21 de noviem­bre de 1963 a las 11 de la noche, día ante­rior del cri­men. Es allí don­de Ken­nedy y su espo­sa con­fron­tan el pasa­do, pre­sen­te y el futu­ro en el mar­co de un rela­to don­de la reali­dad y el sue­ño se entre­mez­clan; eso per­mi­te que la ópe­ra igual­men­te inclu­ya la rela­ción man­te­ni­da por Ken­nedy con el líder sovié­ti­co Niki­ta Khrus­chev y otros polí­ti­cos inclu­yen­do al Vice­pre­si­den­te Lyn­don Johnson.

Des­pués del gran suce­so obte­ni­do en Forth Worth en su estreno mun­dial de 2016, los can­tan­tes ame­ri­ca­nos reto­man sus roles en esta pro­duc­ción de la Ope­ra de Mon­treal. El elen­co está inte­gra­do por el barí­tono Matthew Worth y la mez­zo soprano Danie­la Mack ani­man­do a la céle­bre pare­ja del pre­si­den­te John F. Ken­nedy y su seño­ra Jac­que­li­ne Ken­nedy. El barí­tono bajo Daniel Oku­lich asu­me el rol del vice­pre­si­den­te de Esta­dos Uni­dos Lyn­don B. John­son, la soprano Tali­se Tre­vig­ne en los roles de Cla­ra Harris, la mujer de lim­pie­za del hotel y Clotho, agen­te del des­tino, en tan­to que el tenor Sean Panik­kar can­ta los roles del agen­te de los ser­vi­cios secre­tos Henry Rath­bo­ne y de Lache­sis, agen­te del des­tino. La soprano Cree Carri­co es Rose­mary Ken­nedy, la her­ma­na del pre­si­den­te, la mez­zo-soprano Katha­ri­ne Goeld­ner encar­na a Jac­que­li­ne Onas­sis y el tenor cana­dien­se John Mac Mas­ter es Niki­ta Khrush­chev, pri­mer minis­tro de la Unión Soviética.

La Orques­ta Sin­fó­ni­ca de Mon­treal ofre­ce­rá la músi­ca de Little bajo la direc­ción del maes­tro Ste­ven Osgood. La pues­ta en esce­na es de Thad­deus Strass­ber­ger quien tam­bién es res­pon­sa­ble de la esce­no­gra­fía. El ves­tua­rio es de Mattle Ulrich y la ilu­mi­na­ción está a car­go de Chad R. Jung.

La ópe­ra que está estruc­tu­ra­da en dos actos es una pro­duc­ción de la Forth Worth Ope­ra, Ame­ri­can Lyric Thea­tre y la Ope­ra de Mon­treal. JFK será can­ta­da en su ver­sión ori­gi­nal ingle­sa con sobre­tí­tu­los en fran­cés e inglés. Las repre­sen­ta­cio­nes ten­drán lugar en la Sala Wil­frid-Pelle­tier los días 27 y 30 de enero y el 1 y 3 de febre­ro de 2018 a las 19h30.

Con­ti­nuan­do con la serie de ini­cia­ción a las ópe­ras comen­za­da a prin­ci­pio de la pre­sen­te tem­po­ra­da, la com­pa­ñía sale de sus muros para hablar de ópe­ra en el ciclo deno­mi­na­do “Par­lons Opé­ra”. El des­ta­ca­do musi­có­lo­go Pie­rre Vachon, en com­pa­ñia de un pia­nis­ta y de can­tan­tes, diser­ta­rá sobre esta ópe­ra en un encuen­tro con el públi­co asis­ten­te que ten­drá lugar el domin­go 21 de enero (10h30) en Vic­to­ria Hall en idio­ma inglés y el mis­mo día (14h) en el Audi­to­rio de la Gran­de Bibliothè­que en francés.

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Yo, Ton­ya

I, TON­YA. Esta­dos Uni­dos, 2017. Un film de Craig Gillespie

En un rela­to estruc­tu­ra­do como un fal­so docu­men­tal el direc­tor Craig Gilles­pie y el guio­nis­ta Ste­ven Rogers tra­tan de rei­vin­di­car la figu­ra de Ton­ya Har­ding en I, Ton­ya com­bi­nan­do ade­cua­da­men­te el dra­ma con la come­dia negra.

Mar­got Robbie

A tra­vés de entre­vis­tas de fic­ción brin­da­das por Ton­ya (Mar­got Rob­bie) y la par­ti­ci­pa­ción de otros per­so­na­jes reales que se diri­gen al públi­co, se pasa revis­ta a aspec­tos impor­tan­tes que han mar­ca­do la vida de la pro­ta­go­nis­ta. Naci­da en 1970 en Portland y pro­ve­nien­te de una fami­lia humil­de a la vez que dis­fun­cio­nal, con un padre prác­ti­ca­men­te ausen­te, la peque­ña Ton­ya (Mai­zie Smith) va expe­ri­men­tan­do serios aco­sos físi­cos y emo­cio­na­les por par­te de su mons­truo­sa y misán­tro­pa madre LaVo­na Gol­den (Alli­son Jan­ney); tenien­do en cuen­ta su incli­na­ción y talen­to por el pati­na­je sobre hie­lo, su pro­ge­ni­to­ra prác­ti­ca­men­te la empu­ja a los 4 años para pati­nar sobre hie­lo ade­más de pagar­le cla­ses de ins­truc­ción con el pro­pó­si­to de con­ver­tir­la en cam­peo­na; en los años sub­si­guien­tes la joven Ton­ya (Mc Ken­na Gra­ce) segui­rá sufrien­do el hos­ti­ga­mien­to de LaVo­na y es así que cuan­do adul­ta lle­ga a cono­cer a Jeff Gillooly (Sebas­tian Stan), tra­ta de encon­trar en él un refu­gio para esca­par de su nada afec­ti­va pro­ge­ni­to­ra. Su casa­mien­to a los 19 años con este hom­bre per­de­dor y sin mucho alien­to tam­po­co ter­mi­na­rá gra­ti­fi­cán­do­la; a pesar de mos­trar ins­tan­cias de cari­ño hacia ella al pro­pio tiem­po tam­bién la abu­sa físi­ca­men­te, man­te­nien­do una rela­ción asfi­xian­te que cul­mi­na en divor­cio tres años después.

En su vida pro­fe­sio­nal, su atuen­do depor­ti­vo no alcan­za a con­ven­cer a los jue­ces que la juz­gan para su inter­ven­ción en com­pe­ten­cias nacio­na­les. Sola­men­te su suer­te lle­ga­rá a cam­biar cuan­do en 1991 logra efec­tuar un tri­ple giro en el aire, sien­do la pri­me­ra atle­ta esta­dou­ni­den­se en rea­li­zar tal proeza; así ini­cia un camino que le faci­li­ta su par­ti­ci­pa­ción en las Olim­pía­das de 1992 don­de lle­ga a ubi­car­se en el cuar­to lugar mien­tras que su gran rival Nancy Kerri­gan (Caitlin Car­ver) obtie­ne la meda­lla de bronce.

La vida de la pati­na­do­ra cobra­rá un vuel­co dra­má­ti­co en oca­sión de las Olím­pía­das de 1994. Con el pro­pó­si­to de evi­tar que Kerri­gan com­pi­tie­ra en dicho cer­ta­men, el ex mari­do de Ton­ya al igual que su guar­da­es­pal­das Shawn Eckhardt (Paul Wal­ter Hau­ser) se con­fa­bu­lan con­tra­tan­do los ser­vi­cios de Sha­ne Stunt (Ricky Rus­sert) para que la ata­que; eso se pro­du­ce con un gol­pe pro­pi­na­do en la rodi­lla de Kerri­gan uti­li­zan­do un bas­tón de metal y aun­que la lesión no ha sido gra­ve, el hecho abrió la puer­ta del escán­da­lo al estar Ton­ya indi­rec­ta­men­te impli­ca­da. Si bien el guión deja en cla­ro que ella igno­ra­ba el bru­tal plan con­ce­bi­do por Jeff y Shawn, lo cier­to es que cuan­do Ton­ya se impo­ne de lo ocu­rri­do no repor­ta el gra­ve inci­den­te como éti­ca­men­te debe­ría haber pro­ce­di­do. Su con­duc­ta moti­vó a que la Aso­cia­ción de Pati­na­do­res de Esta­dos Uni­dos la sus­pen­die­ra de por vida por­que pre­su­mió que ella esta­ba al tan­to de lo que iba a acon­te­cer a su rival.

El film se bene­fi­cia por su arti­cu­la­do rela­to, ajus­ta­do guión, exce­len­te edi­ción y muy en espe­cial por el meri­to­rio nivel de actua­ción. Rob­bie ofre­ce una magis­tral carac­te­ri­za­ción de una mujer que sufrió en su vida a tra­vés del ciclo de abu­so por par­te de quie­nes debie­ron haber­la que­ri­do y cuan­do final­men­te lle­ga su momen­to de glo­ria, el mun­do se le des­plo­ma al ser con­si­de­ra­da cul­pa­ble por un deli­to que no come­tió; su actua­ción ple­na de impul­so y fero­ci­dad deja en des­cu­bier­to la huma­ni­dad de un per­so­na­je que logra con­mo­ver. En un papel de repar­to Jan­ney bri­lla como la nar­ci­sis­ta, mani­pu­la­do­ra y mali­cio­sa madre quien a tra­vés de un com­por­ta­mien­to con­tra­dic­to­rio desea tener una hija triun­fa­do­ra en el depor­te pero la pri­va del afec­to mater­nal. El res­to del elen­co igual­men­te satis­fa­ce en sus dife­ren­tes caracterizaciones.

En esen­cia, ésta es una tra­gi­co­me­dia a todas luces cau­ti­van­te y que gra­cias a su flui­do rit­mo per­mi­te dos horas de logra­do entre­te­ni­mien­to. Si aca­so lo que ilus­tra el film sobre el gra­do de impli­ca­ción de Ton­ya es com­ple­ta­men­te vero­sí­mil, que­da por refle­xio­nar sobre la for­ma en que una per­so­na ino­cen­te pue­de des­mo­ro­nar­se emo­cio­nal­men­te, en este caso debi­do a la con­de­na sufri­da por la opi­nión públi­ca, a su vez influen­cia­da por la acción nega­ti­va de los medios de difu­sión. Jor­ge Gutman

La His­to­ria de un Céle­bre Edificio

THE OPE­RA HOUSE

En una exhi­bi­ción espe­cial el públi­co cana­dien­se podrá apre­ciar The Ope­ra Hou­se, docu­men­tal   refe­ri­do al Metro­po­li­tan Ope­ra Hou­se (MET) de Nue­va York. El públi­co que fre­cuen­ta este mag­ní­fi­co tea­tro de ópe­ra como así tam­bién quie­nes asis­ten a las trans­mi­sio­nes rea­li­za­das des­de allí a nume­ro­sos cines del mun­do apre­cia­rán este film diri­gi­do por la docu­men­ta­lis­ta Susan Froem­ke.

La rea­li­za­do­ra efec­túa una intere­san­te cró­ni­ca de esta extra­or­di­na­ria ins­ti­tu­ción cul­tu­ral sobre los dife­ren­tes por­me­no­res que han con­cu­rri­do para la crea­ción del emble­má­ti­co edi­fi­cio ubi­ca­do en el Lin­coln Center.

A tra­vés del docu­men­tal de 1 hora y 48 minu­tos de dura­ción se sabe que el vie­jo edi­fi­cio de ópe­ra de la calle 39 de Manhat­tan, cons­trui­do en 1883, en los pri­me­ros años del siglo pasa­do daba mues­tra de su inca­pa­ci­dad para lo que la com­pa­ñía reque­ría. Asl, a pesar de su amplio esce­na­rio, el “backs­ta­ge” resul­ta­ba muy redu­ci­do para que los artis­tas pudie­sen des­pla­zar­se cómo­da­men­te y ade­más no había espa­cio sufi­cien­te para almacenamiento.

La situa­ción comien­za a tomar vue­lo con la lle­ga­da de Rudolf King como Direc­tor Gene­ral del MET quien se impu­so como misión fun­da­men­tal de su tarea la crea­ción de un edi­fi­cio moderno con todos los ele­men­tos de la últi­ma tec­no­lo­gía. Su pro­pó­si­to comen­za­ría a imple­men­tar­se con la inter­ven­ción de Robert Moses, el visio­na­rio fun­cio­na­rio públi­co encar­ga­do de la pla­ni­fi­ca­ción urba­na, quien deci­dió demo­ler una con­si­de­ra­ble zona de vie­jos edi­fi­cios del West End neo­yor­kino para dar lugar al Lin­coln Cen­ter; por lo tan­to se impo­nía la tarea de eva­cuar y com­pen­sar a los miles de habi­tan­tes que resi­dían en ese área.

Dicho lo que pre­ce­de y rela­tan­do la inter­ven­ción que le cupo al renom­bra­do arqui­tec­to Walla­ce Harri­son, des­pués de supe­rar muchos incon­ve­nien­tes fue apro­ba­do el plano pro­pues­to. Todo ello con­du­jo final­men­te a que se lle­ga­ra al 16 de sep­tiem­bre de 1966 con la inau­gu­ra­ción del nue­vo hogar de este ícono cul­tu­ral don­de se repre­sen­tó la ópe­ra Anthony and Cleo­pa­tra de Samuel Bar­ber que diri­gi­da por el gran maes­tro Fran­co Zef­fi­re­lli tuvo a Leonty­ne Pri­ce como pro­ta­go­nis­ta; esta legen­da­ria diva es una de las figu­ras que apa­re­cen en el film.

Para rea­li­zar este docu­men­tal la direc­to­ra se valió de impor­tan­te mate­rial de archi­vo pro­ve­nien­te de la ciu­dad de Nue­va York, Lin­coln Cen­tre, MET y biblio­te­cas privadas.

The Ope­ra Hou­se será exhi­bi­do en Cana­dá en las salas de CINE­PLEX el 13 de enero de 2018. Para infor­ma­ción sobre los cines par­ti­ci­pan­tes y hora­rios loca­les per­ti­nen­tes pre­sio­ne aquí.

Los Mejo­res Fil­mes de 2017

Cró­ni­ca de Jor­ge Gutman

Como se ha veni­do rea­li­zan­do a tra­vés de los años, en esta pri­me­ra edi­ción de 2018 se pasa­rá revis­ta a las pelí­cu­las de 2017 que más me han impre­sio­na­do. Sola­men­te con­si­de­ro los fil­mes estre­na­dos comer­cial­men­te duran­te el año que aca­ba de fina­li­zar; por lo tan­to he exclui­do aqué­llos títu­los que aun­que apre­cia­dos en fes­ti­va­les, serán dados a cono­cer en el trans­cur­so de este año.

He aquí las pelí­cu­las lis­ta­das alfabéticamente.

120 BAT­TE­MENTS PAR MINU­TE (Fran­cia).

A tra­vés de un lúci­do rela­to el direc­tor y guio­nis­ta Robin Cam­pi­llo con­si­de­ra la lucha empren­di­da por un gru­po de mili­tan­tes del Act Up-Paris en los ini­cios de la déca­da del 90 con­tra las auto­ri­da­des de Fran­cia y los labo­ra­to­rios far­ma­céu­ti­cos fren­te a la pasi­vi­dad e indi­fe­ren­cia adop­ta­da en momen­tos en que el SIDA azo­ta en for­ma des­pia­da­da. Si bien el film man­tie­ne en su mayor par­te una estruc­tu­ra coral, en los tra­mos fina­les adquie­re con­si­de­ra­ble fuer­za ilus­tran­do la rela­ción sen­ti­men­tal de un joven del gru­po no afec­ta­do por el virus con otro miem­bro sero­po­si­ti­vo que se encuen­tra en esta­do de agonía.

CALL ME BY YOUR NAME (Ita­lia-Fran­cia).

Esta subli­me pelí­cu­la de Luca Gua­dag­nino abor­da la rela­ción amo­ro­sa de un pre­coz y eru­di­to ado­les­cen­te con un joven mayor que él duran­te las vaca­cio­nes esti­va­les en el mar­co de un majes­tuo­so para­je ita­liano. Des­de el prin­ci­pio al fin el rela­to sedu­ce, entre otras razo­nes, por la suti­le­za emplea­da por el rea­li­za­dor en la des­crip­ción de ese víncu­lo homo­se­xual y por la ter­nu­ra que ema­na del mis­mo en la pro­fun­di­za­ción de los sen­ti­mien­tos humanos.

DUN­KIRK (Esta­dos Uni­dos-Gran Bretaña).

Una estu­pen­da proeza es la logra­da por Chris­topher Nolan en este épi­co dra­ma his­tó­ri­co recons­tru­yen­do la eva­cua­ción de más de 300 mil sol­da­dos de las fuer­zas alia­das atra­pa­dos en las pla­yas fran­ce­sas de Dun­ker­que duran­te la Segun­da Gue­rra Mun­dial. El direc­tor con­ci­bió un film de reso­nan­cia uni­ver­sal que con­mue­ve pro­fun­da­men­te por la huma­ni­dad que esbo­za dejan­do al espec­ta­dor la sen­sa­ción de haber vis­to una obra maes­tra del cine.

FRANTZ (Fran­cia-Ale­ma­nia).

Este impe­ca­ble melo­dra­ma es uno de los más bellos y román­ti­cos que haya rea­li­za­do el ver­sá­til direc­tor y escri­tor Fra­nçois Ozon. Ambien­ta­do poco des­pués de haber con­clui­do la Pri­me­ra Gue­rra Mun­dial, su tema gira en torno a un joven fran­cés que fue gran ami­go de un mucha­cho ale­mán muer­to en com­ba­te y la rela­ción que man­tie­ne con sus padres y en espe­cial con la joven novia del des­apa­re­ci­do. Con una minu­cio­sa obser­va­ción de los deta­lles de épo­ca den­tro del mar­co de una inta­cha­ble narra­ción, Ozon ofre­ce un film inte­li­gen­te que gra­ti­fi­ca al espectador.

GLORY (Bul­ga­ria-Gre­cia).

Las injus­ti­cias socio eco­nó­mi­cas exis­ten­tes en la Bul­ga­ria post comu­nis­ta así como la corrup­ción e inmo­ra­li­dad pre­va­le­cien­tes en cier­tos sec­to­res de la esfe­ra polí­ti­ca es lo que se apre­cia en esta muy buen pelí­cu­la de los direc­to­res Kris­ti­na Gro­ze­va y Petar Val­cha­nov. La his­to­ria que está basa­da en un epi­so­dio acon­te­ci­do en Bul­ga­ria hace cier­to tiem­po se cen­tra en un humil­de tra­ba­ja­dor ferro­via­rio que en un acto de extra­or­di­na­ria hon­ra­dez entre­ga a la poli­cía el con­te­ni­do de una millo­na­ria suma de dine­ro encon­tra­da en las vías férreas; sin embar­go, des­pués de vivir su momen­to de glo­ria al ser cata­pul­ta­do como un héroe, cae en des­gra­cia cuan­do ino­cen­te­men­te en un repor­ta­je tele­vi­si­vo pone en evi­den­cia algu­nos tra­pos sucios de los fun­cio­na­rios del minis­te­rio de trans­por­te. En esta tra­gi­co­me­dia muy bien narra­da que­da en cla­ro que en un medio social don­de los valo­res mora­les dejan que desear es pre­fe­ri­ble ocul­tar la ver­dad para no ser castigado.

I, DANIEL BLA­KE (Gran Bretaña-Francia).

Como es habi­tual en su fil­mo­gra­fía, Ken Loach siem­pre com­pro­me­ti­do con un cine social, nue­va­men­te mani­fies­ta su preo­cu­pa­ción por los sec­to­res más inde­fen­sos de la socie­dad en la que vive. Con el exce­len­te guión de su habi­tual libre­tis­ta Paul Laverty, el rea­li­za­dor brin­da una pelí­cu­la que con­mue­ve por su hones­ti­dad y abso­lu­ta sin­ce­ri­dad demos­tran­do cómo el engra­na­je buro­crá­ti­co de los orga­nis­mos esta­ta­les pue­de humi­llar y desin­te­grar moral­men­te a ino­cen­tes individuos.

I AM NOT YOUR NEGRO (Esta­dos Unidos-Francia-Bélgica-Suiza).

El remar­ca­ble direc­tor Raoul Peck logra un exce­len­te docu­men­tal abor­dan­do el can­den­te pro­ble­ma del racis­mo en Esta­dos Uni­dos a tra­vés de James Bald­win (1924 – 1967), un emi­nen­te escri­tor e inte­lec­tual afro­ame­ri­cano que dedi­có impor­tan­tes años de su vida ana­li­zan­do este urti­can­te tema.

LA TOR­TUE ROU­GE (Fran­cia-Bél­gi­ca-Japón).

El encan­to del cine se hace pre­sen­te con esta joya de la ani­ma­ción rea­li­za­da por Michael Dudok de Wit. Si aca­so el sép­ti­mo arte ha sido con­ce­bi­do para que con solo imá­ge­nes des­pro­vis­tas de dia­lo­go se pue­da trans­mi­tir una his­to­ria de con­si­de­ra­ble sig­ni­fi­ca­ción huma­na, este her­mo­so cuen­to para adul­tos lo con­fir­ma ple­na­men­te. Por su alta crea­ti­vi­dad el públi­co asis­te a una obra maes­tra del géne­ro que resal­ta el poder de la natu­ra­le­za y las impor­tan­tes eta­pas de la vida..

MUD­BOUND. (Esta­dos Uni­dos). Un film de Dee Rees

Des­pués de haber­se exhi­bi­do exi­to­sa­men­te en los fes­ti­va­les de Sun­dan­ce y Toron­to, este vigo­ro­so dra­ma de la direc­to­ra Dee Rees, adap­ta­do de la nove­la de Hillary Jor­dan, es alta­men­te con­mo­ve­dor enfo­can­do una vez más el espi­no­so tópi­co del racis­mo en la zona rural del del­ta del Mis­sis­sip­pi ‑esta­do de Lui­sia­na- duran­te la déca­da del 40. El guión de la rea­li­za­do­ra y de Vir­gil Williams narra la his­to­ria de dos núcleos fami­lia­res inter­re­la­cio­na­dos por tener que com­par­tir un terreno para la explo­ta­ción del algo­dón. En una de ellas está la fami­lia McA­llan cuyos inte­gran­tes son blan­cos y due­ños de la tie­rra; a cer­ca­na dis­tan­cia resi­de la fami­lia afro­ame­ri­ca­na Jack­son que alqui­la de los McA­llan una par­te de la tie­rra que ha sido cul­ti­va­da por sus ances­tros a lo lar­go de varias gene­ra­cio­nes. Cuan­do Jamie ‑el hijo menor de los McAllan‑, regre­sa al hogar des­pués de haber par­ti­ci­pa­do en la Segun­da Gue­rra, e igual­men­te se pro­du­ce el retorno de Ron­sel — pri­mo­gé­ni­to de los Jack­son- quien actuó en Euro­pa sir­vien­do a su patria, se for­ja entre ambos un víncu­lo amis­to­so a pesar de la dife­ren­cia en el color de la piel. Esa fra­ter­ni­dad inter­ra­cial reper­cu­ti­rá dra­má­ti­ca­men­te en ambas fami­lias debi­do a la mar­ca­da dis­cri­mi­na­ción exis­ten­te en la región.

La visión de esta remar­ca­ble his­to­ria pro­du­ce un sen­ti­mien­to entre­mez­cla­do de tris­te­za e ira al com­pro­bar cómo el fana­tis­mo del racis­mo, pre­sen­ta­do en varia­das for­mas a tra­vés de sus per­so­na­jes, pro­du­ce una pro­fun­da humi­lla­ción de la pobla­ción negra; sus inte­gran­tes some­ti­dos a las órde­nes de los blan­cos prác­ti­ca­men­te pare­cen ser sus escla­vos, a pesar de que teó­ri­ca­men­te la escla­vi­tud fue abo­li­da en la segun­da mitad del siglo XIX. La exce­len­te inter­pre­ta­ción de su elen­co y los mag­ní­fi­cos dise­ños de pro­duc­ción revi­vien­do el perío­do y los luga­res en que la tra­ma se desa­rro­lla, otor­gan com­ple­ta auten­ti­ci­dad a este rela­to que lamen­ta­ble­men­te man­tie­ne vigen­cia en la actua­li­dad con solo recor­dar las nefas­tas mar­chas de los supre­ma­cis­tas blan­cos que tuvie­ron lugar en Char­lot­tes­vi­lle en agos­to del año pasado.

Por lo que ante­ce­de, el ciné­fi­lo asis­te a un vigo­ro­so dra­ma que des­cri­be de mane­ra vis­ce­ral al infa­me racismo.

PATER­SON (Esta­dos Unidos).

Una pro­fun­da y con­mo­ve­do­ra his­to­ria sobre las peque­ñas cosas del dia­rio vivir es lo que se con­tem­pla en esta melan­có­li­ca come­dia escri­ta y diri­gi­da por Jim Jar­mush. La vida de un apo­ca­do cho­fer de auto­bús que lle­va una exis­ten­cia metó­di­ca y cro­no­me­tra­da al lado de su ama­da y dul­ce com­pa­ñe­ra está rela­ta­da con un tono líri­co sor­pren­den­te. Sin recu­rrir a vio­len­cia algu­na, acción des­me­su­ra­da o al empleo de efec­tos espe­cia­les, Jar­mush ha obte­ni­do un exce­len­te film impreg­na­do de opti­mis­mo al exal­tar el amor por la poe­sía y la mara­vi­lla de vivir.

POE­SÍA SIN FIN (Chi­le).

Como su títu­lo lo indi­ca este film escri­to y diri­gi­do por Ale­jan­dro Jodo­rowsky es poe­sía pura. Lejos de con­ver­tir­se en una tra­di­cio­nal auto­bio­gra­fía, el vete­rano rea­li­za­dor ape­la a dife­ren­tes recur­sos no con­ven­cio­na­les para trans­mi­tir sus memo­rias e impre­sio­nes expe­ri­men­ta­das duran­te la déca­da del 40, con espe­cial refe­ren­cia a su padre machis­ta y cas­tra­dor que qui­so cer­ce­nar­le sus ambi­cio­nes inte­lec­tua­les y su incli­na­ción a la lite­ra­tu­ra poé­ti­ca. En esen­cia, ésta es una vibran­te y con­mo­ve­do­ra pelí­cu­la chi­le­na que enal­te­ce al cine de Amé­ri­ca Latina.

SIE­RA­NE­VA­DA (Ruma­nia-Fran­cia-Bos­nia Herzegovina-Macedonia-Croacia).

El direc­tor y guio­nis­ta Cris­ti Puiu con­ci­bió una absor­ben­te come­dia dra­má­ti­ca de una fami­lia dis­fun­cio­nal ruma­na don­de que­dan expues­tos los varia­dos sen­ti­mien­tos de frus­tra­ción, angus­tia des­en­ga­ño y ani­mo­si­dad de sus miem­bros inte­gran­tes. Lo que acon­te­ce en el seno de ese núcleo fami­liar es una metá­fo­ra emplea­da por el rea­li­za­dor sobre la situa­ción que se vive en la Ruma­nia actual; en tal sen­ti­do, esta pro­pues­ta es muy váli­da dan­do como resul­ta­do un remar­ca­ble film.

THE FLO­RI­DA PRO­JECT (Esta­dos Unidos).

Sean Baker ofre­ce un per­tur­ba­dor dra­ma sobre la infan­cia des­con­tro­la­da, la pobre­za y la degra­da­ción que sufren cier­tos sec­to­res des­fa­vo­re­ci­dos de Esta­dos Uni­dos, en este caso ambien­ta­do en Orlan­do, en una zona peri­fé­ri­ca de Dis­ney­world. Por su con­te­ni­do social, su sóli­da narra­ción y la excep­cio­nal actua­ción que el direc­tor obtu­vo de los niños par­ti­ci­pan­tes, este valien­te docu­men­to se des­ta­ca como uno de los admi­ra­bles fil­mes del año.

THE OTHER SIDE OF HOPE (Fin­lan­dia-Ale­ma­nia).

El can­den­te tema de los refu­gia­dos es abor­da­do por Aki Kau­ris­ma­ki a tra­vés de una sen­si­ble his­to­ria. El rea­li­za­dor pre­sen­ta la odi­sea de un joven sirio que habien­do esca­pa­do de la bom­bar­dea­da ciu­dad de Ale­po arri­ba ile­gal­men­te a Hel­sin­ki en pro­cu­ra de asi­lo polí­ti­co; simul­tá­nea­men­te se asis­te a la cri­sis exis­ten­cial de un ciu­da­dano fin­lan­dés que deci­de comen­zar una nue­va vida ins­ta­lan­do un res­tau­ran­te. El cir­cuns­tan­cial encuen­tro entre ambos indi­vi­duos demues­tra cómo a pesar de la frial­dad de las auto­ri­da­des ofi­cia­les del país que nie­gan el asi­lo a quie­nes real­men­te lo nece­si­tan, exis­te un sen­ti­mien­to de noble­za y soli­da­ri­dad por par­te de sus ciu­da­da­nos como lo prue­ba la ayu­da que el fin­lan­dés ofre­ce al refu­gia­do. Ape­lan­do en cier­tas ins­tan­cias a un humor cáus­ti­co y absur­do, Kau­ris­ma­ki brin­da un noble y humano rela­to muy bien cons­trui­do e inter­pre­ta­do por un cali­fi­ca­do elenco.

THE SALES­MAN (Irán-Fran­cia).

El pres­ti­gio­so direc­tor ira­ní Asghar Farha­di depa­ra un nota­ble dra­ma psi­co­ló­gi­co des­cri­bien­do las carac­te­rís­ti­cas que asu­me un víncu­lo con­yu­gal como con­se­cuen­cia de un acon­te­ci­mien­to incon­tro­la­ble. Con su acos­tum­bra­da meticu­losi­dad el rea­li­za­dor sabe muy bien cómo crear un cli­ma de ten­sión como así tam­bién intro­du­cir cier­tos giros ‑siem­pre con­vin­cen­tes- que dan como resul­ta­do un film don­de la ven­gan­za, la cul­pa, la pie­dad y el per­dón están expues­tos brillantemente.

TONI ERD­MAN (Ale­ma­nia-Aus­tria).

Abor­dan­do la rela­ción exis­ten­te entre un excén­tri­co padre y su hija adul­ta, la direc­to­ra Maren Ade con un guión que le per­te­ne­ce reali­zó una ado­ra­ble y absur­da come­dia; la mis­ma refle­ja la impor­tan­cia de la comu­ni­ca­ción social como medio de revi­ta­li­zar los valo­res huma­nos que en últi­ma ins­tan­cia otor­gan sen­ti­do a la vida.

VISA­GES VILLA­GES (Fran­cia).

La emble­má­ti­ca rea­li­za­do­ra Agnes Var­da cau­ti­va con este emo­ti­vo y her­mo­so retra­to de la vida real. En un via­je que ella rea­li­za a tra­vés del cora­zón de la Fran­cia acom­pa­ña­da de su ami­go, el exce­len­te fotó­gra­fo y gran mura­lis­ta JR, el públi­co va con­tem­plan­do el pai­sa­je del camino, los ros­tros de las per­so­nas que ambos encuen­tran aza­ro­sa­men­te así como sus viven­cias y expe­rien­cias per­so­na­les. Al salir de la pro­yec­ción, uno que­da con­ta­gia­do de la cali­dez ema­na­da de la amis­tad de Var­da ‑89 años- y JR ‑34 años- no obs­tan­te la dife­ren­cia de edad, como así tam­bién por la huma­ni­dad que des­ti­la la gen­te que ellos lle­gan a cono­cer en este mara­vi­llo­so documental.