Crónica de Jorge Gutman
EDMOND. Autor; Alexis Michalik. Dirección: Serge Denoncourt. Producción: Festival Juste pour Rire. Elenco: Émile Bibeau, Kim Despatis, François-Xavier Dufour, Marie-Pier Labrecque, Normand Lévesque, Jean-Moïse Martin, Widemir Normil, Daniel Parent, Catherine Proulx-Lemay, Mathieu Quesnel, Mathieu Richard, Phlippe Thibault-Denis. Escenografía; Guillaume Lord. Vestuario: Pierre-Guy Lapointe. Iluminación: Erwann Bernard. Sonido y Música: Colin Gagné. Video: Silent Partners Studio, Isabelle Painchaud, Julia-María Daigneault. Efectos Pirotécnicos: Purfx y David Trottiier. Duración: 2 horas y 15 minutos sin entreacto. Representaciones: Hasta el 28 de agosto de 2018 en el Théâtre du Nouveau Monde
El Festival Juste Pour Rire ofrece al público de Montreal en carácter de primicia canadiense Edmond, del joven actor y dramaturgo francés Alexis Michalik. Esta hilarante pieza centra su atención en la génesis de Cyrano de Bergerac, una de las obras más célebres del teatro francés; en tal sentido cabe destacar la versatilidad de Michalik quien entremezclando ficción y realidad imagina el modo en que la obra fue creada por Edmond Eugène Alexis Rostand (1868 – 1918).
Al comenzar la acción en 1895 vemos a Rostand, casado y padre de familia, tratando de superar las dificultades económicas de vivir en París, considerando la recepción poco benévola de su reciente obra La Princesse Lointaine protagonizada por Sarah Bernhardt. En esas condiciones Rostand propone al popular comediante Constant Coquelin que acepte el papel de una nueva pieza que aún no ha escrito pero que de todos modos ya tiene título: Cyrano de Bergerac. A partir de allí e inspirado por vivencias personales va concibiendo a sus personajes; así, al igual que Cyrano, Edmond va escribiendo cartas de amor en nombre de su amigo Leo cuya recipiendaria es Jeanne, el personaje de Rosine que como bien se sabe ella es el gran amor del famoso narigón.
Además de insertar las experiencias de la vida de Edmond dentro de la ficción que va elaborando, Michalik describe los entretelones que acontecen durante los ensayos de Cyrano; con tal propósito incluye los caprichos suscitados entre los miembros del elenco, las exigencias de los productores, los celos de su esposa Rosemonde y otras peripecias, hasta que finalmente tiene lugar el estreno de la pieza, el 28 de diciembre de 1897 en el teatro La Porte Saint-Martin de París; de inmediato la obra logra un éxito espectacular llegando a ser una de las más importantes del repertorio francés.
Concebida en tono de farsa vodevilesca Edmond no tiene desperdicio alguno y el excelente director escénico Serge Denoncourt ha sabido aprovechar el material que tenía entre manos para lograr un entretenimiento de primer nivel al haberlo dotado de un ritmo fluido que permite mantener el entusiasmo del público en forma ininterrumpida durante todo el desarrollo del espectáculo.
Los 12 actores que integran el reparto responden con brío y fervor a los múltiples personajes que les corresponden representar donde solamente François-Xavier Dufour anima exclusivamente el de Edmond Rostand en una remarcable caracterización: igualmente destacable es la de Normand Levesque como Constant Coquelin, el primer Cyrano, al igual que Daniel Parent interpretando 7 roles diferentes.
Entre otros factores que valorizan a esta producción se destaca el impecable vestuario de época, la lograda escenografía que contempla numerosos cambios escénicos, como así también las proyecciones de video reproduciendo al París artístico de fines del siglo 19, en donde se sale al encuentro de Maurice Ravel, Anton Chejov, Feydeau y la ya mencionada Sarah Bernhardt, entre otros gloriosos e inmortales personajes.
Denoncourt y su elenco han logrado que la obra de Michalik adquiera amplia resonancia: como tal, además de divertir constituye un bello homenaje a la creación teatral demostrando a través de su personaje central cómo su esfuerzo, constancia y talento le ha permitido dar a luz una obra que se convirtió en un clásico apreciado por el público del mundo entero.