THE FRONT RUNNER. Estados Unidos, 2018. Un film de Jason Reitman
Más interesante por su temática que por la forma en que está encarado, The Front Runner es un drama político que registra la caída en desgracia de Gary Hart.
El interés del film radica en ilustrar cómo la vida privada de un político puede tener repercusiones en su actividad pública. Lástima que el enfoque del director Jason Reitman quede desdibujado al no capturar con el vigor necesario el dilema moral subyacente en su tema.
En un prólogo caracterizado por su falta de cohesión se asiste a la convención del Partido Demócrata de Julio 1984 donde el senador de Colorado Gary Hart (Hugh Jackman) no logra los suficientes votos para evitar que Walter Mondale sea proclamado candidato oficial.
La acción inmediatamente se traslada a 1988 donde el Partido Demócrata deposita su confianza de poder recuperar la presidencia en las elecciones de noviembre de ese año después de 8 años de gobierno de Ronald Reagan. De acuerdo a las encuestas realizadas, el candidato favorito del partido es Hart y prácticamente frente a George Bush, candidato del partido republicano, todo haría suponer que la presidencia volvería a los demócratas.
El guión del realizador escrito con Matt Bai y Jason Reitman se centra en tres semanas cruciales de la campaña de Hart. Nuevamente, la forma de exposición es poco satisfactoria: así los entretelones de la campaña dirigida por Bill Dixon (J.K. Simons), con el frenesí caótico y alocado que esta actividad involucra, no alcanza a dinamizar el relato sino que por el contrario lo resiente. El mismo adquiere cierta fuerza cuando a través de las actividades del reportero Tom Fielder (Steve Zissis) del diario Miami Herald, salen a relucir los encuentros que en Miami el senador ha mantenido con Donna Rice (Sara Paxton), una joven modelo; a través de ciertas fotografías captadas, las mismas sugieren la infidelidad de Hart hacia su abnegada esposa Lee (Vera Farmiga).
Resulta curioso que esas acusaciones pudieran generar un circo mediático de inusitadas proporciones motivando la renuncia del senador a su candidatura, sobre todo si se tiene en cuenta las aventuras amorosas atribuidas a los presidentes Roosevelt, Kennedy y posteriormente lo acontecido en el famoso affaire de Bill Clinton de 1997; ninguno de ellos vio afectado su desempeño de Primer Mandatorio.
Dejando de lado las debilidades del guión y la descolorida dirección de Reitman queda como balance un film que sin acercarse a otros brillantes del género como All the President’s Men de 1976 o más recientemente The Post juzgado el año pasado, es moderadamente aceptable por su competente elenco; además de Jackman aportando solidez como el dinámico y carismático Hart víctima de la prensa, se distinguen Simmons, Farmiga, Mamoudou Athie como un joven periodista del Washington Post y Alfred Molina como su editor. Jorge Gutman