MADEMOISELLE DE JONCQUIЀRES. Francia, 2018. Un film escrito y dirigido por Emmanuel Mouret
Abordando por primera vez un film de época, Emmanuel Mouret deleita una vez más con una animada historia basada en un episodio del libro Jacques le fatalist et son maître de Denis Diderot. Al hacerlo, Mouret vierte con fina elegancia las alternativas románticas que atraviesa su protagonista que no es a la que alude el título sino Madame de la Pommeraye donde Cécile de France magníficamente alimenta a este personaje.
La acción transcurre en Francia, en el siglo 18, donde Pommeraye es una bella viuda que no ha sido muy feliz en su matrimonio; eso no le impide gozar de la muy buena situación económica en que se encuentra además de la magnífica mansión y jardines donde habita.
Su vida cotidiana transcurre rodeada de sus sirvientes, recibiendo visitas y chismeando con su mejor amiga L’Amie de Madame (Laure Calamy). Uno de sus visitantes es el Marqués de Arcis (Édouard Baer), un apuesto libertino que atrae la atención de su anfitriona; aunque ella no tiene intención de iniciar una nueva relación amorosa, el marqués le hace cambiar de idea y es así que comienza una aventura sentimental de corto alcance; así, al poco tiempo el voluble donjuán decide cortar el vínculo sentimental para únicamente mantenerlo en un nivel amistoso. Sintiéndose despechada, para vengarse de su amante Pommeraye urde un maquiavélico plan en donde participarán la joven y tímida Mademoiselle de Joncquières (Alice Isaaz) y su calculadora madre (Natalia Dontcheva). Es preferible dejar al espectador que descubra por sí mismo lo que acontece cuando el marqués trata de conquistar a la dulce doncella ignorando su verdadero pasado.
Poco a poco, el relato va cobrando un tono de intriga que se intensifica en las vueltas de giro que adopta sin resentir de modo alguno la consistencia de esta agradable historia que en parte remite a la novela Les liasons dangereuses de Pierre Choderlos de Laclos.
La refinada y fluida puesta escénica de Mouret maravillosamente filmada, la ingeniosidad de los jugosos diálogos provistos por el eficiente guión y la actuación de su intachable elenco permiten disfrutar ampliamente de este delicioso divertimento explorando con ironía algunas de las facetas del complejo comportamiento humano. Jorge Gutman