Crónica de Jorge Gutman
LE MYSTЀRE CARMEN Autor: Éric-Emmanuel Schmitt – Traducción: Maryse Warda -. Dirección: Lorraine Pintal – Elenco: Marie-Josée Lord, Eric-Emmanuel Schmitt, Jean-Michel Richer y Dominic Boulianne – Escenografía: Jean Bard — Vestuario: Marc Senécal – Iluminación: Erwann Bernard – Duración: 1 hora y 45 minutos (sin entreacto). Representaciones: Hasta el 16 de Marzo de 2019 en el Théâtre du Nouveau Monde (www.tnm.qc.ca)
El distinguido dramaturgo, cineasta y filósofo Éric-Emmanuel Schmitt ha regresado a Montreal para la presentación de un espectáculo musical basado en el compositor Alexandre César Léopold Bizet (1838 – 1875), más conocido como Georges Bizet. La obra persigue un doble propósito: explorar la carrera de un remarcable músico durante gran parte de su existencia y posteriormente dramatizar los momentos más trascendentes de Carmen, la excepcional creación lírica que goza de una extraordinaria popularidad y es permanentemente representada en los más importantes escenarios del mundo.
Con esa intención, la pieza está estructurada en dos partes donde en cada una de ellas Schmitt adopta el carácter de narrador / conferencista dirigiéndose a la platea que lo está escuchando. Con voz afable y firme a la vez, en su primera mitad el relator explora la personalidad de Bizet, señalando a un hombre dotado de todas las cualidades necesarias para merecer la gloria que sin embargo no obtuvo en vida el debido reconocimiento; así, la mayoría de sus composiciones, incluyendo las Variaciones Cromáticas, Docteur Miracle, La Jolie Fille de Perth, entre otras, no lograron repercutir como debió haber sido. Esas referencias unidas a la descripción del contexto histórico en el que se desenvuelve Bizet están acompañadas por el pianista Dominic Boulianne en la interpretación de algunos de los temas del compositor. En líneas generales no es mucho lo que Schmitt agrega a lo ya conocido ‑al menos por los melómanos- teniendo en cuenta que la biografía de Bizet y los pormenores atravesados se encuentran ampliamente reseñados en los medios de comunicación.
La segunda parte es la que adquiere mayor resonancia donde el autor se refiere a la génesis de Carmen; es allí donde explica cómo Bizet desafía las convenciones sociales vigentes en Francia al concebir a una mujer ardientemente seductora y desenfadada que en procura de una absoluta libertad poco le importa transgredir las costumbres imperantes y ser considerada libertina. Es aquí, donde reproduciendo las escenas de la ópera en las que intervienen los personajes de Carmen y su amante Don José, la pieza adquiere considerable envergadura dramática; eso en gran parte se debe a las actuaciones de la excelente soprano Marie-Josée Lord y del joven tenor Jean-Michel Richer quienes transmiten intensidad en sus respectivos roles. Igualmente cabe destacar a Boulianne que casi permanentemente se encuentra frente al teclado del piano ejecutando algunos de los más bellos momentos musicales de la ópera incluyendo la obertura, la famosa Habanera, Non, tu ne m’aimes pas y el Duo final entre algunas de sus hermosas arias. No menos importante es la acertada dirección impresa por Lorraine Pintal quien a través de una escenografía minimalista con una cortina blanca de fondo permite que las entradas y salidas de sus dos cantantes logren el tono justo para un espectáculo de esta naturaleza; el emocionante final doloroso en donde dos cuerpos se faúnan en el abrazo mortal permite que tanto Lord como Richer dejen en el público una remarcable impresión.
El gran misterio de Carmen radica en saber la causa de que haya sido objeto de críticas adversas en oportunidad de su estreno, el 3 de marzo de 1875 en la la Opéra-Comique de Paris, y que curiosamente cuando Bizet muere tres meses después la ópera logra un suceso inusitado no solo del público sino también por parte de la crítica especializada. En tal caso Bizet no ha sido el único en no disfrutar en vida la fama y celebridad merecida dado que otros grandes artistas, como el emblemático pintor Vincent Van Gogh por ejemplo, corrieron igual suerte..
En suma, como un homenaje a Bizet y dejando de lado su aspecto narrativo, el balance de Le mystère Carmen arroja un resultado favorable, sobre todo para los no versados en ópera.
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