Cita a Ciegas

Cró­ni­ca de Jor­ge Gutman

BLIND DATE: Auto­ra: Rebec­ca Northan – Direc­ción: Mike Payet­te — Elen­co: Lili Beau­doin — Esce­no­gra­fía: David Ben­ja­min Tom­lin­son y Tyler Rive – Impro­vi­sa­ción Sono­ra: Emma Bra­ger- Dura­ción: 90 minu­tos (sin entre­ac­to) — Repre­sen­ta­cio­nes: has­ta el 28 de Abril de 2019 en el Cen­taur Thea­tre (www.centaurtheatre.com)

Cele­bran­do el déci­mo ani­ver­sa­rio de su pri­me­ra pre­sen­ta­ción, Blind Date escri­ta por Rebec­ca Northan ha logra­do un rotun­do éxi­to tan­to en varias ciu­da­des cana­dien­ses, como así tam­bién en Gran Bre­ta­ña e inclu­so en Norue­ga. Es aho­ra pre­sen­ta­da por pri­me­ra vez en Montreal.

El tema, como lo anun­cia su títu­lo, es el de una cita a cie­gas y en prin­ci­pio su inte­rés radi­ca en ver cómo la gen­te lle­ga a con­tac­tar­se huma­na­men­te en el con­tex­to de la socie­dad actual don­de la comu­ni­ca­ción se pro­du­ce a tra­vés de las redes socia­les, pero dejan­do de lado la pre­sen­cia per­so­nal. De allí que su auto­ra Rebec­ca Northan ha tra­ta­do de ver qué es lo que acon­te­ce cuan­do dos per­so­nas sin haber­se cono­ci­do per­so­nal­men­te se citan para ver si podrá exis­tir entre ellos un acer­ca­mien­to emo­cio­nal capaz de cimen­tar, si resul­ta posi­ble, un víncu­lo sen­ti­men­tal. Aho­ra bien, la for­ma de tras­la­dar al esce­na­rio ese encuen­tro es a tra­vés de lo que podría deno­mi­nar­se como el tea­tro de la impro­vi­sa­ción. Eso se debe a que la actriz que carac­te­ri­za al per­so­na­je cen­tral de Mimí, antes de comen­zar la fun­ción tra­ta­rá de ubi­car en el hall del tea­tro a un par­ti­ci­pan­te volun­ta­rio que se apres­te a inter­pre­tar el rol de su pare­ja duran­te hora y media.

Para que el expe­ri­men­to resul­te satis­fac­to­rio es impor­tan­te que exis­ta una com­pli­ci­dad entre artis­ta e invi­ta­do. Eso acon­te­ció entre Lili Beau­doin en el papel de Mimi y su román­ti­co par­te­nai­re selec­cio­na­do lla­ma­do Iván. Habi­da cuen­ta que este can­di­da­to es una per­so­na de edad madu­ra y casa­do des­de hace 33 años, su espo­sa Bon­nie se pres­tó gus­to­sa­men­te para que él for­me par­te del encuen­tro entre dos des­co­no­ci­dos que se habría de representar.

En la fic­ción, Mimi aguar­da en un café fran­cés la lle­ga­da de su cita a cie­gas y cuan­do éste arri­ba comien­za el diá­lo­go don­de ambos se dan a cono­cer acom­pa­ña­dos de una copa de vino. Con mucha saga­ci­dad, Mimi le for­mu­la pre­gun­tas sobre su vida per­so­nal así como Iván a su vez le retru­ca con las suyas. Todo ello ori­gi­na esce­nas de fran­ca hila­ri­dad y cuan­do las mis­mas lle­gan a un nivel ínti­mo, las mis­mas se inte­rrum­pen dan­do lugar a que los espec­ta­do­res inclu­yen­do la espo­sa de Iván par­ti­ci­pen. Así, entre­mez­clan­do la fic­ción con la reali­dad en inter­ca­la­dos momen­tos, la tra­ma con­du­ce a un final joco­so obser­van­do qué es lo que ha acon­te­ci­do con estos dos per­so­na­jes cin­co años después.

Dado que Beau­doin alter­na la carac­te­ri­za­ción de su rol con Rebec­ca Northan y como en cada fun­ción el cor­te­jan­te es carac­te­ri­za­do por un espec­ta­dor dife­ren­te, la con­clu­sión es que cada repre­sen­ta­ción resul­ta diferente.

La auto­ra ha con­ce­bi­do igual­men­te repre­sen­tar este espec­tácu­lo ape­lan­do al roman­ti­cis­mo entre dos hom­bres. En este caso, Mimi pasa a ser Mathieu que es inter­pre­ta­do por David Ben­ja­min Tom­lin­son y su pare­ja es nue­va­men­te un volun­ta­rio mas­cu­lino de la audien­cia pre­via­men­te seleccionado.

Esta pie­za que se pres­ta más a un show tele­vi­si­vo que a un espec­tácu­lo estric­ta­men­te tea­tral logra con­quis­tar a una pla­tea que se deja lle­var por el impro­vi­sa­do guión. En la repre­sen­ta­ción a la que tuve oca­sión de asis­tir, Beau­doin sale airo­sa con su par­ti­ci­pa­ción más ela­bo­ra­da por la auto­ra, aun­que lo que con­vie­ne des­ta­car es la duc­ti­li­dad brin­da­da por Iván con sus répli­cas y ocu­rren­cias espon­tá­neas quien habien­do lle­ga­do a la fun­ción como espec­ta­dor se ha con­ver­ti­do en un ines­pe­ra­do buen actor. En suma, a juz­gar por la recep­ción del públi­co asis­ten­te que aplau­dió cáli­da­men­te a ambos intér­pre­tes, esta cita a cie­gas tam­bién ha logra­do con­quis­tar .a Montreal.

La Vida de Brian

EL IRRE­VE­REN­TE FILM DE MONTY PYTHON

Cele­bran­do su cua­dra­gé­si­mo ani­ver­sa­rio Cine­plex vol­ve­rá a exhi­bir Monty Pytho­n’s Life of Brian, que reúne al cono­ci­do gru­po de come­dia de Ingla­te­rra y que en 1979 cons­ti­tu­yó uno de los más gran­des éxi­tos del cine británico.

Diri­gi­do por Terry Jones y escri­to por los miem­bros de la cele­bra­da agru­pa­ción que inclu­ye a Graham Chap­man, John Chee­se, Terry Gilliam, Eric Idle, Terry Jones y Michael Palin, el film logró ser rea­li­za­do gra­cias al finan­cia­mien­to apor­ta­do por Geor­ge Harri­son, uno de los famo­sos inte­gran­tes de los Beatles.

Esta anár­qui­ca y dis­lo­ca­da come­dia que fue en su momen­to prohi­bi­da en varios paí­ses y dio lugar a nume­ro­sas mani­fes­ta­cio­nes reli­gio­sas acu­san­do de blas­fe­mia y here­jía a su con­te­ni­do temá­ti­co, hoy día es con­si­de­ra­dA un clá­si­co del géne­ro satí­ri­co y exhi­bi­da en casi todo el mundo.

Los integrn­tes de Monty Python

La Vida de Brian que trans­cu­rre duran­te la ocu­pa­ción roma­na en Judea cuen­ta la his­to­ria del judío Brian Cohen ‑inter­pre­ta­do por Graham Chap­man- quien nació en Belén, el mis­mo día que Jesu­cris­to. Con­fun­di­do por las mul­ti­tu­des como el Mesías, como adul­to se une al Fren­te de Libe­ra­ción Popu­lar de Judea y final­men­te ter­mi­na cru­ci­fi­ca­do por el ejér­ci­to de Roma. Mer­ced a las absur­das y joco­sas situa­cio­nes que el argu­men­to pro­vee, los cómi­cos de Monty Python tie­nen la opor­tu­ni­dad de lucir­se en múl­ti­ples roles a medi­da que inter­ca­lan con ex lepro­sos, Pon­cio Pila­tos, alo­ca­dos pro­fe­tas, cen­tu­rio­nes roma­nos, faná­ti­cos reli­gio­sos y revolucionarios.

https://www.youtube.com/watch?v=FN6M0TyVb2g

El gol­pe de gra­cia es ofre­ci­do en la inol­vi­da­ble esce­na final cuan­do un coro de cru­ci­fi­ca­dos comien­za a can­tar Always Look On The Bright Side of Life (Mira siem­pre el lado posi­ti­vo de la vida).

Esta inge­nio­sa far­sa será repues­ta en los cines de Cine­plex a par­tir del 18 de abril.

Para infor­ma­ción sobre los cines par­ti­ci­pan­tes y hora­rios res­pec­ti­vos pre­sio­ne aquí

Las Víc­ti­mas de la Pedofilia

GRA­CE À DIEU / BY THE GRA­CE OF GOD. Fran­cia, 2019. Un film escri­to y diri­gi­do por Fra­nçois Ozon.

Así como en 2015 el rea­li­za­dor Tom McCarthy abor­dó en Spotlight la inves­ti­ga­ción perio­dís­ti­ca rea­li­za­da por el dia­rio Bos­ton Glo­be sobre el encu­bri­mien­to de los abu­sos sexua­les de la Igle­sia Cató­li­ca en el esta­do de Mas­sa­chu­setts, en Grà­ce à Dieu el direc­tor Fra­nçois Ozon lo enca­ra enfo­can­do su aten­ción en las víc­ti­mas que han sufri­do ese ata­que por par­te del cle­ro en la ciu­dad de Lyon. Basa­do en hechos reales, el film dra­ma­ti­za estos lamen­ta­bles even­tos de mane­ra impecable.

Con máxi­ma sobrie­dad y estruc­tu­ra­do como un docu­dra­ma el públi­co asis­te a varias his­to­rias estre­me­ce­do­ras sobre la pedofi­lia ejer­ci­da por un clé­ri­go y el modo en que ese hecho se ha man­te­ni­do ocul­to para no emba­ra­zar a la ins­ti­tu­ción cató­li­ca. Si bien los nom­bres de los res­pon­sa­bles son autén­ti­cos, en cam­bio se han man­te­ni­do otros fic­ti­cios para los afec­ta­dos y sus familiares.

Mel­vil Poupaud

Basa­do en los tes­ti­mo­nios reco­gi­dos para refle­jar la ver­dad de lo acon­te­ci­do, en su rela­to de fic­ción Ozon pre­sen­ta a Ale­xan­dre Gué­rin (Mel­vil Pou­paud), un res­pe­ta­ble abo­ga­do, pro­fun­do cató­li­co y padre de cin­co hijos en el seno de una fami­lia muy bien cons­ti­tui­da de Lyon. Cuan­do en 2014 se ente­ra que el sacer­do­te Ber­nard Prey­nat (Ber­nard Ver­ley) de 70 años, un pedó­fi­lo que lo abu­só en su pre-ado­les­cen­cia, regre­sa a la ciu­dad para pre­di­car misa des­de el púl­pi­to y entrar en con­tac­to con meno­res, noti­fi­ca el hecho a Phi­lip­pe Bar­ba­rin (Fra­nçois Marthou­ret) quien es el Car­de­nal y Arzo­bis­po de Lyon; entre­tan­to la psi­có­lo­ga de la dió­ce­sis Régi­ne Mai­re (Mar­ti­ne Erhel) coor­di­na un encuen­tro entre Gué­rin y Prey­nat; en el mis­mo, el acu­sa­do admi­te y sien­te haber come­ti­do esa abe­rra­ción debi­do a su incon­te­ni­ble atrac­ción hacia los niños. Des­pués de que Ale­xan­dre logra entre­vis­tar al Car­de­nal, éste le mani­fies­ta su sen­ti­mien­to de pena por lo acon­te­ci­do pero sin remo­ver del car­go al con­fe­so sacerdote.

Al com­pro­bar que Bar­ba­rin no adop­ta nin­gu­na acción por lo que implí­ci­ta­men­te pro­te­ge a Prey­nat, Ale­xan­der, siem­pre con­tan­do con el total apo­yo de su mujer (Aure­lia Petit), se dis­po­ne a loca­li­zar a otras víc­ti­mas de Prey­nat para ini­ciar una acción con­jun­ta de denun­cia. Una de las mis­mas es Fra­nçois Debord (Denis Méno­chet), un hom­bre de fami­lia ateo, que al prin­ci­pio se encuen­tra reluc­tan­te de ini­ciar una acción legal con­tra el clé­ri­go pero que lue­go acce­de a par­ti­ci­par jun­to con su ami­go Gilles (Eric Cara­va­ca), otro de los afec­ta­dos; en con­se­cuen­cia deci­den cons­ti­tuir una aso­cia­ción deno­mi­na­da “La paro­le libe­rée” (la pala­bra libe­ra­da) y abrir un sitio web cons­trui­do a tal efec­to para que otros dam­ni­fi­ca­dos se adhie­ran a la cau­sa a fin de com­ba­tir el silen­cio man­te­ni­do por Barbarin.

Es así que va emer­gien­do Emma­nuel Tho­mas­sin (Swann Arlaud), otro agre­di­do por Prey­nat y en don­de las heri­das emo­cio­na­les de su infan­cia aún no han cica­tri­za­do. En su frus­tra­da exis­ten­cia es Inca­paz de lograr esta­bi­li­dad en un empleo y a medi­da que su memo­ria va regis­tran­do los tris­tes hechos del pasa­do es obje­to de seve­ras con­vul­sio­nes; apar­te de man­te­ner una rela­ción sen­ti­men­tal asfi­xian­te con su pare­ja, su úni­co ver­da­de­ro apo­yo lo obtie­ne de su que­ri­da madre (Josia­ne Balasko).

Con un exce­len­te mon­ta­je, actua­cio­nes irre­pro­cha­bles y con una narra­ción sobria y res­pe­tuo­sa­men­te con­tro­la­da, Ozon ofre­ce un docu­men­to vibran­te y absor­ben­te que tie­ne como pro­pó­si­to lograr la jus­ti­cia social denun­cian­do a la jerar­quía ecle­siás­ti­ca capaz de pro­te­ger a un mons­truo res­pon­sa­ble del gra­ve deli­to come­ti­do en for­ma reite­ra­da a los niños de Lyon.

Como coro­la­rio del dra­ma narra­do es nece­sa­rio agre­gar que hace pocas sema­nas Bar­ba­rin fue decla­ra­do cul­pa­ble y con­de­na­do a seis meses de pri­sión sus­pen­di­da al haber esta­do ente­ra­do entre 2014 y 2015 de las acu­sa­cio­nes de las víc­ti­mas de Prey­nat y no haber repor­ta­do los des­ver­gon­za­dos inci­den­tes a la jus­ti­cia. Por otra par­te, aún no está cla­ro cual será el vere­dic­to de la jus­ti­cia cuan­do el pedó­fi­lo clé­ri­go sea juzgado.

Para con­cluir la cró­ni­ca de este tris­te docu­men­to, que sin duda esti­mu­la la dis­cu­sión, que­da la pre­gun­ta si aca­so el cine tes­ti­mo­nial como el de Ozon pue­de tener la sufi­cien­te fuer­za de con­tri­buir de mane­ra deci­si­va en la lucha con­tra el abe­rran­te deli­to de la pedofi­lia. ¡Oja­lá que así lo sea! Jor­ge Gutman

Un Amor Malsano

UN AMOUR IMPOS­SI­BLE. Fran­cia, 2018. Un film de Cathe­ri­ne Corsini

Basa­da en la nove­la homó­ni­ma auto­bio­grá­fi­ca de Chris­ti­ne Angot publi­ca­da en 2015, la direc­to­ra Cathe­ri­ne Cor­si­ni rela­ta en Un Amour Impos­si­ble la dolo­ro­sa expe­rien­cia vivi­da por la auto­ra duran­te su ado­les­cen­cia a tra­vés del víncu­lo man­te­ni­do con su pro­ge­ni­tor. Es ella mis­ma quien efec­túa la narra­ción con la voz en off.

Niels Sch­nei­der y Vir­gi­nie Efira

El guión de Cor­si­ni y Lau­ret­te Pol­manss sitúa la acción en Fran­cia duran­te un perio­do de cua­tro déca­das, pre­sen­tan­do a Rachel (Vir­gi­nie Efi­ra) en los últi­mos años de la déca­da del 50. Ella es una joven pro­ve­nien­te de una fami­lia de con­di­ción social modes­ta que tra­ba­ja como ofi­ci­nis­ta en la peque­ña ciu­dad Châ­teau­roux. Asis­tien­do a un bai­le local cono­ce a Phi­lip­pe (Niels Sch­nei­der), un apues­to tra­duc­tor pari­sino bien cul­ti­va­do per­te­ne­cien­te a una fami­lia bur­gue­sa de París que logra atraer­la. Pron­ta­men­te sur­ge entre ellos un apa­sio­na­do amor don­de des­de un prin­ci­pio él le hace saber que es una per­so­na deseo­sa de gozar la más amplia liber­tad sin que nin­gún com­pro­mi­so sen­ti­men­tal lo reten­ga y por lo tan­to total­men­te rea­cio al matri­mo­nio. Cuan­do Phi­lip­pe con­clu­ye su tarea retor­na a Paris y al poco tiem­po su ena­mo­ra­da le comu­ni­ca que está emba­ra­za­da; sin adju­di­car tras­cen­den­cia a la noti­cia, ade­más de rehu­sar a cual­quier res­pon­sa­bi­li­dad pater­nal tam­po­co acep­ta ofre­cer su ape­lli­do a la cria­tu­ra que se está ges­tan­do. Cuan­do Chan­tal nace, Rachel como madre mono­pa­ren­tal asu­me con valor y deter­mi­na­ción la tarea de criar y edu­car­la a pesar de todas las difi­cul­ta­des que debe atra­ve­sar, entre otras, la del con­di­cio­na­mien­to social de la época.

A medi­da que pasan los años Phi­lip­pe retor­na espo­rá­di­ca­men­te al pue­blo y Rachel lo acep­ta inti­man­do cada vez con él como si nada hubie­ra pasa­do; más aún, él demues­tra poco inte­rés por su hiji­ta peque­ña (Ambre Hasaj), como tam­po­co lo hace cuan­do la niña va cre­cien­do (Sasha Alles­san­dri-Torres Gar­cia). La des­fa­cha­tez de Phi­lip­pe mez­cla­da de indu­da­ble sadis­mo alcan­za un incon­ce­bi­ble nivel cuan­do en uno de esos via­jes él le con­fie­sa a Rachel que se ha casa­do con una rica mujer ale­ma­na de su mis­ma con­di­ción social.

El momen­to crí­ti­co del rela­to se pro­du­ce cuan­do des­pués de 8 años de ausen­cia, Phi­lip­pe regre­sa una vez más para des­cu­brir que su hija es ya una ado­les­cen­te (Este­lle Les­cu­re); por pri­me­ra vez se mues­tra intere­sa­do por ella, acep­ta brin­dar­le su ape­lli­do al pro­pio tiem­po que man­tie­ne una estre­cha rela­ción afec­ti­va que final­men­te reper­cu­ti­rá nega­ti­va­men­te en la vida de Chan­tal al dejar­la emo­cio­nal­men­te trau­ma­ti­za­da. La expe­rien­cia vivi­da con su padre hará que la joven guar­de dis­tan­cia con su madre has­ta que final­men­te como mujer adul­ta (Jehnny Beth) Chan­tal ‑el alter ego de la auto­ra del libro- se recon­ci­lia­rá con Rachel reco­no­cien­do todo el amor y devo­ción que ella le brin­dó duran­te su vida.

Este melo­dra­ma está muy bien rea­li­za­do por Cor­si­ni, a pesar de que resul­ta difí­cil com­pren­der la bají­si­ma auto­es­ti­ma de Rachel al haber tole­ra­do duran­te lar­go espa­cio de tiem­po al des­pre­cia­ble Phi­lip­pe sin haber­lo recha­za­do en oca­sión de sus fan­tas­ma­gó­ri­cas visi­tas. En la inter­pre­ta­ción se des­ta­ca neta­men­te Vir­gi­nie Efi­ra como la estoi­ca madre de Chris­ti­ne Angot; Por su par­te Niels Sch­nei­der logra trans­mi­tir la trans­for­ma­ción de un agra­da­ble joven nar­ci­sis­ta en un cíni­co, per­ver­so y cruel manipulador.

Aun­que de carác­ter for­mal, la obje­ción que se pue­de hacer a este rela­to es el des­cui­do del maqui­lla­je en la medi­da que los ros­tros de Efi­ra como los de Sch­nei­der no deno­tan el enve­je­ci­mien­to natu­ral que se pro­du­ce a tra­vés de los años. Jor­ge Gutman

Un Con­fu­so Atardecer

SUN­SET. Hun­gría, 2018. Un film de Lász­ló Nemes.

Des­pués de abor­dar el tema del holo­caus­to en Son of Saul (2015), pre­mia­do con el Gran Pre­mio del Jura­do en el Fes­ti­val de Can­nes como así tam­bién con el Oscar al mejor film extran­je­ro, el rea­li­za­dor hún­ga­ro Lász­lo Nemes retor­na con Sun­set , un dra­ma que se desa­rro­lla en Buda­pest duran­te un perío­do de gran con­vul­sión que pre­ce­dió a la Gran Guerra.

Habien­do demos­tra­do una madu­rez remar­ca­ble en el film pre­ce­den­te mane­jan­do un tema deli­ca­do con cáma­ra en mano que otor­ga al rela­to un rit­mo ver­ti­gi­no­so y febril, algu­nos de esos ras­gos dis­tin­ti­vos se siguen apre­cian­do en su nue­vo tra­ba­jo pero el resul­ta­do no resul­ta convincente.

Juli Jakab

El guión del rea­li­za­dor escri­to con Cla­ra Royer y Matthieu Tapo­nier sigue los pasos de la joven Irisz Lei­ter (Juli Jakab), una huér­fa­na que no lle­gó a cono­cer a sus padres. Esca­pan­do de Tries­te por razo­nes que no se lle­gan a pre­ci­sar, en 1913 lle­ga a la capi­tal de Hun­gría con el pro­pó­si­to de encon­trar tra­ba­jo en la tien­da de som­bre­ros que había per­te­ne­ci­do a sus pro­ge­ni­to­res. Sin embar­go, Osz­kar (Vlad Iva­nov), el actual pro­pie­ta­rio, ame­na­za­do por su pre­sen­cia la recha­za y eso se debe por­que su her­mano, que ella no sabía que exis­tía, años atrás mató a un con­de hún­ga­ro y pos­te­rior­men­te desapareció.

Una vez lan­za­da en el bulli­cio de las calles de Buda­pest, Irisz está obs­ti­na­da en loca­li­zar a su her­mano y a par­tir de allí la his­to­ria se vuel­ve con­fu­sa a tra­vés de los dis­tin­tos per­so­na­jes que ella encuen­tra en su bús­que­da. A medi­da que se va intro­du­cien­do en el labe­rin­to urbano, la frus­tra­ción y des­orien­ta­ción de la joven se trans­mi­te en el áni­mo del espec­ta­dor quien se sien­te des­con­cer­ta­do tra­tan­do de des­cu­brir hacia dón­de apun­ta el caó­ti­co y tedio­so rela­to. Aquí no se tra­ta de recha­zar el esfuer­zo inte­lec­tual que este fil­me pue­da deman­dar al ciné­fi­lo: sin embar­go, para armar el rom­pe­ca­be­zas pro­pues­to por Nemes es nece­sa­rio que se sumi­nis­tren las pie­zas nece­sa­rias para inte­grar­lo, hecho que aquí no suce­de en la media que hay dema­sia­dos hilos sueltos.

Entre los logros del film cabe des­ta­car la logra­da ambien­ta­ción de épo­ca gra­cias a los bue­nos dise­ños de pro­duc­ción, la estu­pen­da foto­gra­fía como así tam­bién la sen­si­bi­li­dad que Jakab vuel­ca a su per­so­na­je don­de el ojo de la cáma­ra la enfo­ca per­ma­nen­te­men­te a lo lar­go del metra­je; con todo, esos ele­men­tos no com­pen­san la con­fu­sión de esta his­to­ria caren­te de emo­ción y que inne­ce­sa­ria­men­te se pro­lon­ga a lo lar­go de casi dos horas y media. Jor­ge Gutman