Estu­pen­dos Juguetes

TOY STORY 4. Esta­dos Uni­dos, 2019. Un film de Josh Cooley.

La His­to­ria de los Jugue­tes que comen­zó en 1995, pro­si­guió en 1999 para ofre­cer su ter­ce­ra par­te en 2010, des­mien­te con esta cuar­ta entre­ga a la cono­ci­da “ley de los ren­di­mien­tos decre­cien­tes”; así, como en cada uno de los capí­tu­los ante­rio­res la serie se ha supe­ra­do, con Toy Story 4 los estu­dios Pixar han logra­do la gran haza­ña de con­ti­nuar fas­ci­nan­do a gran­des y chi­cos al mis­mo tiem­po que emo­cio­nar por la gran sen­si­bi­li­dad que des­ti­lan los per­so­na­jes de esta trama.

Una esce­na de TOY STORY 4

Josh Cooley, como el nue­vo rea­li­za­dor de este cuar­to seg­men­to, ha sabi­do apro­ve­char la exce­len­cia del guión con­ce­bi­do por Andrew Stan­ton y Stephany Fol­som, para que el públi­co siga dis­fru­tan­do de los céle­bres jugue­tes agre­gan­do esta vez algu­nos nue­vos per­so­na­jes que ame­ni­zan el rela­to. La acción trans­cu­rre en el mis­mo perío­do que el capí­tu­lo pre­ce­den­te don­de Andy que ingre­sa a la uni­ver­si­dad deja sus jugue­tes a su her­ma­ni­ta Bon­nie (Made­lei­ne McGraw); de este modo el cow­boy Woody (Tom Hanks) que mucho extra­ña a Andy, el astro­nau­ta Buss Light­year (Tim Allen), la vaque­ra Jes­sie (Joan Cusack), el dino­sau­rio Rex (Walla­ce Shawn) y los demás com­pa­ñe­ros deben aco­mo­dar­se a su nue­va dueña.

En el pri­mer día que Bon­nie asis­te al jar­dín de infan­tes ella ha con­fec­cio­na­do a Forky (Tony Hale), un híbri­do tene­dor de plás­ti­co con oji­tos irre­gu­la­res por el que sien­te un gran afec­to. Este nue­vo per­so­na­je sufre una cri­sis de iden­ti­dad por­que se con­si­de­ra un dese­cho des­ti­na­do al ces­to de basu­ra; sin embar­go, allí está Woody para con­for­tar­lo hacién­do­le com­pren­der que él es un jugue­te con vida pro­pia al igual que todos los que posee la niña.

Cuan­do en un via­je de vaca­cio­nes que ella rea­li­za con sus padres lle­van­do con­si­go su que­ri­do Forky éste huye del vehícu­lo, Woody sin­tién­do­se el pro­tec­tor del nue­vo chi­che tra­ta­rá de ubi­car­lo para poder devol­ver­lo a Bon­nie. De allí en más el ani­ma­do rela­to adquie­re mayor gra­vi­ta­ción, espe­cial­men­te en las esce­nas que trans­cu­rren en un nego­cio de anti­güe­da­des don­de sur­gi­rán nue­vos per­so­na­jes diver­ti­dos, como la mali­cio­sa muñe­ca Gabby Gabby (Chris­ti­na Hen­dricks), el sim­pá­ti­co dúo Ducky y Bunny (Kee­gan-Michael Key y Jor­dan Pee­le) y el osa­do moto­ci­clis­ta Duke Caboom (Keau­nu Reeves). Agre­gan­do una nota román­ti­ca a esta his­to­ria, se pro­du­ce el emo­ti­vo reen­cuen­tro de Woody con su vie­jo amor Bo Peep (Annie Potts).

Cooley ha insu­fla­do nue­va vida a esta ori­gi­nal serie don­de logra alter­nar el acer­ta­do humor pro­pio de una bri­llan­te come­dia con situa­cio­nes ple­nas de ter­nu­ra y sen­ti­mien­to a la vez que su rela­to ofre­ce un bello men­sa­je de amis­tad, leal­tad y amor.

Las voces que acom­pa­ñan a los entra­ña­bles per­so­na­jes resul­tan irre­pro­cha­bles como asi­mis­mo lo es el nivel de exce­len­cia visual alcan­za­do; en tal sen­ti­do, el equi­po de Pixar uti­li­za la avan­za­da tec­no­lo­gía con ima­gi­na­ción y crea­ti­vi­dad artís­ti­ca al ser­vi­cio de una tra­ma don­de los ado­ra­bles jugue­tes logran una inigua­la­ble dimen­sión humana.

El con­mo­ve­dor des­en­la­ce hace pre­su­mir que con este capí­tu­lo la fran­qui­cia lle­ga a su fin; es por eso que de algu­na mane­ra se sien­ta un háli­to de nos­tal­gia al tener que des­pe­dir­se de estos que­ri­bles per­so­na­jes. A no dudar­lo: este exce­len­te film de ani­ma­ción es uno de los mejo­res pre­sen­ta­dos en el trans­cur­so de este año y por lo tan­to suma­men­te reco­men­da­ble. Jor­ge Gutman