Cri­sis Conyugal

NUES­TRO TIEM­PO. Méxi­co-Fran­cia-Ale­ma­nia-Dina­mar­ca-Sue­cia, 2018. Un film escri­to y diri­gi­do por Car­los Reygadas.

Ale­ja­do de su esti­lo cine­ma­to­grá­fi­co frac­tu­ra­do, no direc­to y poco con­ven­cio­nal, Car­los Rey­ga­das, el renom­bra­do rea­li­za­dor mexi­cano de Japón (2002), entre otros títu­los impor­tan­tes, ofre­ce en Nues­tro Tiem­po una pelí­cu­la acce­si­ble, per­so­nal e inti­mis­ta en un rela­to que abor­da la cri­sis de un matri­mo­nio. A dife­ren­cia de sus otros tra­ba­jos, el rea­li­za­dor se reser­va uno de los roles pro­ta­gó­ni­cos y en su elen­co tam­bién par­ti­ci­pan su espo­sa (Nata­lia López) y sus pro­pios hijos.

Car­los Reygadas

El comien­zo resul­ta aus­pi­cio­so con una her­mo­sa secuen­cia don­de en medio de un valle rodea­do de mon­ta­ñas se obser­va a dos niños jugan­do en un pan­tano. La acción trans­cu­rre en un apar­ta­do ran­cho mexi­cano ubi­ca­do en el esta­do de Tlax­ca­la que per­te­ne­ce a Juan (Rey­ga­das), un gana­de­ro que es tam­bién poe­ta, quien vive con su espo­sa Ester (López) y sus hijos (Elea­zar Rey­ga­das, Rut Rey­ga­das y Yago Mar­tí­nez). En esa con­vi­ven­cia, Juan se encar­ga de criar los toros bra­vos de lidia en tan­to que Ester se ocu­pa de los aspec­tos admi­nis­tra­ti­vos inhe­ren­tes a la explo­ta­ción de la fin­ca. Aun­que el matri­mo­nio ha man­te­ni­do una rela­ción abier­ta en mate­ria sexual, la situa­ción cam­bia a par­tir del momen­to en que apa­re­ce en esce­na Phil (Phil Bur­gers), un entre­na­dor de caba­llos ame­ri­cano que ha sido con­tra­ta­do para ser­vir­les de ayuda.

Al sur­gir un affai­re amo­ro­so entre Ester y el recién lle­ga­do, la vida con­yu­gal que duran­te 15 años se man­tu­vo indem­ne aho­ra comien­za a ero­sio­nar­se; gra­dual­men­te Juan va con­tro­lan­do los pasos de su mujer y cuan­do ella deja de com­par­tir deta­lles de su rela­ción con Phil, tal como solía hacer­lo en otros amo­res extra­ma­tri­mo­nia­les, los celos lo van con­su­mien­do. En la medi­da que Juan sos­pe­cha que ese víncu­lo ade­más de lo sexual invo­lu­cra el ena­mo­ra­mien­to de Ester hacia Phil, comien­za a per­der el domi­nio de sí mis­mo en su enfren­ta­mien­to con la pare­ja; al hacer­lo sufre la humi­lla­ción pro­pi­na­da por su espo­sa don­de ella lo ata­ca en una dura e incon­for­ta­ble escena.

En su rela­to el rea­li­za­dor man­tie­ne un buen equi­li­brio en la des­crip­ción de sus per­so­na­jes pro­ta­gó­ni­cos. Rey­ga­das en su con­di­ción de intér­pre­te com­po­ne muy bien a un mari­do que si bien libe­ral den­tro de las reglas de enten­di­mien­to con Ester, lle­ga un momen­to en que fren­te a una situa­ción extre­ma some­te a prue­ba su hom­bría; por su par­te López trans­mi­te acer­ta­da­men­te la dimen­sión psi­co­ló­gi­ca de Ester como la mujer que no está dis­pues­ta a ceder ni limi­tar su inde­pen­den­cia con­ve­ni­da al comen­zar la vida en común con su esposo.

Como tras­fon­do del rela­to la pujan­za de la natu­ra­le­za y la pre­sen­cia de los ani­ma­les actúan como implí­ci­tos tes­ti­gos de este dra­ma emo­cio­nal; así, la esce­na en que un toro desan­gra a un caba­llo cons­ti­tu­ye una metá­fo­ra de la vio­len­cia que emer­ge del con­flic­to matrimonial.

Con una dura­ción de 3 horas ali­men­ta­das con algu­nas secuen­cias caren­tes de diá­lo­go y esti­lís­ti­ca­men­te bien logra­das este psi­co­dra­ma sin alcan­zar un nivel de exce­len­cia, satis­fa­ce expo­nien­do la com­ple­ji­dad del com­por­ta­mien­to humano y las con­tra­dic­cio­nes que se evi­den­cian al pro­du­cir­se el res­que­bra­ja­mien­to de un víncu­lo con­yu­gal. Jor­ge Gutman