IL PLEUVAIT DES OISSEAUX / AND THE BIRDS RAINED DOWN. Canadá 2019. Un film escrito y dirigido por Louis Archambault.
En una buena adaptación de la premiada novela de Jocelyn Saucier publicada en 2011 la realizadora y guionista Louise Archambault ofrece una entrañable película que fue cálidamente acogida en el reciente festival de Toronto.
La sensibilidad impresa en sus dos largometrajes anteriores (Familia y Gabrielle) Archambault nuevamente la transmite en este agridulce relato centrado en la vejez. La historia transcurre en la foresta de Montmorency de la provincia de Quebec donde Tom (Rémy Girard), Charlie (Gilbert Sicotte) y Boychuck (Kenneth Welsh), son tres amigos ermitaños de madura edad que hace algunos años han preferido dejar el mundanal ruido de la gran ciudad para gozar de la paz y del espacio natural que el medio ambiente les provee viviendo en una cabaña frente a un pequeño lago.
Los tranquilos días de Tom y Charlie se ven alterados por la súbita muerte del pintor Boychuck y por la llegada de dos mujeres. Una de ellas es Rafaëlle (Ѐve Landry), una joven fotógrafa quien ha sido enviada a la zona para entrevistar a los sobrevivientes de uno de los incendios forestales que azotó a la región tiempo atrás; la otra persona es la anciana Marie-Desneige (Andrée Lachapelle), hermana del fallecido Boychuck y tía de Steve (Éric Robidoux) quien es el gerente del pequeño hotel del lugar.
A partir de allí el relato se nutre en la dinámica que se establece entre estos personajes, sobre todo en lo que concierne a Tom, Charlie y Marie-Desneige. Lo más emotivo de esta historia es lo que acontece con la octogenaria dama que a los 16 años había sido internada injustamente en una institución psiquiátirica; es ahora que ha logrado recobrar su libertad donde en este nuevo entorno forja una especial relación con Charlie que lentamente adquiere el carácter de un cálido romance otoñal, teñido de la misma pasión que podría envolver a dos jóvenes adolescentes.
Con una construcción impecable, Archambault logra extraer la riqueza del libro original a través de su eficiente puesta escénica y de las actuaciones de Girard y Sicotte, dos estupendos actores del cine de Quebec, y de la grandiosa intérprete Lachapelle cuya presencia destella radiante luminosidad y ternura.
Si bien los personajes de Landry y Robidoux no se insertan adecuadamente en el relato, eso no alcanza a desmerecer las cualidades de este bello y poético film que se enriquece con la buena música intercalada con las canciones entonadas por Girard acompañado de su guitarra. He aquí una comedia dramática que constituye un candoroso homenaje a la vejez donde nunca es tarde para seguir alentando esperanzas y reafirmar el placer de la vida. Jorge Gutman