Exce­len­te Film Bélico

1917. Esta­dos Uni­dos, 2019. Un film de Sam Mendes

Cua­tro años des­pués de Spec­tre, su últi­mo lar­go­me­tra­je, el direc­tor San Men­des retor­na con un impac­tan­te dra­ma que ‑como su títu­lo lo anti­ci­pa- trans­cu­rre en el perío­do de la Gran Gue­rra; al pro­pio tiem­po, el rea­li­za­dor dedi­ca su tra­ba­jo a su bisa­bue­lo que habien­do par­ti­ci­pa­do en el con­flic­to logró sal­var­se y con­tar a sus des­cen­dien­tes las vici­si­tu­des atravesadas.

Geor­ge MacKay

El guión escri­to por el rea­li­za­dor con Krysty Wil­son-Cairns comien­za el 6 de Abril de 1917, don­de Scho­field (Geor­ge Mac­Kay) y Bla­ke (Dean-Char­les Chap­man) son dos jóve­nes sol­da­dos bri­tá­ni­cos quie­nes jun­to con otros miles de com­pa­trio­tas se encuen­tran atrin­che­ra­dos en Hin­den­burg Line; ese lugar está ubi­ca­do al nor­des­te de Fran­cia y es don­de habían esta­do posi­cio­na­das las tro­pas ale­ma­nas antes de empren­der la reti­ra­da. Ambos reclu­tas reci­ben del gene­ral Erin­mo­re (Colin Firth) la misión de entre­gar per­so­nal­men­te una car­ta al coro­nel Mac­ken­zie (Bene­dict Cum­ber­batch), coman­dan­te de otro bata­llón; el con­te­ni­do de esa misi­va tie­ne por obje­to evi­tar que las tro­pas del coro­nel empren­dan un camino ya pla­nea­do don­de los enemi­gos les tie­nen ten­di­da una trampa.

Con un diá­lo­go mini­ma­lis­ta Men­des ilus­tra el lar­go camino que estos sol­da­dos deben reco­rrer para tener que lle­gar a des­tino en don­de Bla­ke espe­ra reen­con­trar alli a su her­mano (Richard Mad­den). En esa misión sui­ci­da, ellos tie­nen que sor­tear peli­gro­sos incon­ve­nien­tes al pro­pio tiem­po que pre­sen­cian los estra­gos que han cau­sa­do los bom­bar­deos en la tie­rra de nadie que atra­vie­san y tra­tan de evi­tar que par­te del ejér­ci­to ale­mán que aún mero­dea pue­da detectarlos.

Den­tro de la bru­ta­li­dad del con­flic­to, debe pun­tua­li­zar­se que el rela­to ofre­ce cier­tas esce­nas con­mo­ve­do­ras como es el caso de una joven mujer (Clai­re Duburcq) quien escon­di­da con un bebé ajeno tra­ta de no ser des­cu­bier­ta por los ale­ma­nes; a ello se agre­ga otro momen­to de gran emo­ción que se pro­du­ce en los últi­mos tra­mos del rela­to pero que resul­ta indis­cre­to revelarlo.

Un atrac­ti­vo fun­da­men­tal de este dra­ma es la extra­or­di­na­ria foto­gra­fía de Roger Dea­kins y su equi­po quien habien­do fil­ma­do en su mayor par­te a ple­na luz per­mi­te al espec­ta­dor su com­ple­ta inmer­sión en el cam­po de bata­lla, vivien­do una expe­rien­cia fue­ra de serie; a eso se le une el impe­ca­ble mon­ta­je de Lee Smith ofre­cien­do la idea de que todo trans­cu­rre a tra­vés de un úni­co plano secuen­cia. No menos des­de­ña­ble es la remar­ca­ble ban­da sono­ra de Tho­mas Newman.

La direc­ción de Men­des es excep­cio­nal tan­to en su narra­ti­va con momen­tos de indes­crip­ti­ble zozo­bra como así tam­bién en el coreo­grá­fi­co movi­mien­to de cáma­ra logra­do. No menos impor­tan­te es el mag­ní­fi­co apor­te acto­ral de Chap­man y espe­cial­men­te Mac­Kay quien car­ga sobre sus hom­bros la mayor par­te del relato.

Así como lo fue el bri­llan­te docu­men­tal que Peter Jack­son ofre­cie­ra sobre el mis­mo tema en They Shall Not Grow Old (2018), 1917 es uno de los más impor­tan­tes rela­tos de gue­rra que el cine haya brin­da­do en el terreno de la fic­ción y deci­di­da­men­te una de las mejo­res pelí­cu­las de este año a pun­to de cul­mi­nar. Jor­ge Gutman