THE SURROGATE. Estados Unidos, 2020. Un film escrito y dirigido por Jeremy Hersh. Disponible en la plataforma cinemaduparc.com
Es bien sabido que muchos padres que no pueden tener hijos propios ya sea por infertilidad o por incapacidad de concebir recurren a madres sustitutas para lograrlo. A veces suelen generarse situaciones difíciles si- por ejemplo- la mujer portadora al haberse encariñado con el bebé durante el período de gestación, después del parto se niega a cederlo a quienes le han solicitado su servicio. Aunque este tema ya ha sido considerado anteriormente, con The Surrogate el novel director y guionista Jeremy Hersh lo enfoca a través de una óptica diferente; al hacerlo ha logrado un bello film que al no ser posible de estrenarse en las salas de cine se tiene la posibilidad de apreciarlo en línea.
Jasmine Batchelor caracteriza a Jess, una joven graduada universitaria que se desempeña como diseñadora de sitios web para una organización sin fines de lucro en Brooklyn. Aunque sentimentalmente no logra plena satisfacción con su enamorado Nate (Brandon Michael Hall), en cambio celebra y disfruta de la amistad mantenida con su gran amigo Josh (Chris Perfetti) y su marido Aaron (Sullivan Jones). Como esta pareja desea tener un hijo, ella acepta gustosamente ser la madre sustituta sin necesidad de recurrir a formalidades legales.

Sullivan Jones, Jasmine Batchelor y Chris Perfetti
Cuando Jess comprueba que está embarazada y comunica su estado a los futuros papás, el trío comparte entusiasmadamente la buena nueva; sin embargo, la euforia será de corto alcance. El motor que impulsa al relato es cuando en un examen prenatal se descubre que el bebé que se está gestando nacerá con el síndrome Down. Esta noticia entristece a Josh y Aaron y en los días que siguen se produce una indecisión sobre cómo proceder frente a tal situación.
La originalidad de la historia planteada por Hersh reside en el dilema moral que conlleva. Además del aspecto financiero que requiere la crianza y educación del futuro hijo, en este caso se agrega el disponer del tiempo necesario para cuidarlo. Si ambos padres trabajan surge la pregunta de quién se ocupará del niño, qué será de él cuando vaya creciendo y sobre todo cómo sobrellevar la carga emocional que todo ello implica. La cuestión más relevante reside en la responsabilidad de traer al mundo a una criatura discapacitada.
Resulta imposible permanecer indiferente al problema planteado en este drama sutilmente expuesto. En tal sentido el guión introduce situaciones de considerable sensibilidad como cuando Jess, consternada por lo que sucede, decide acudir a un centro comunitario para saber cómo se conducen los padres de hijos que padecen de ese síndrome; emotivas escenas se producen a través de su encuentro con Bridget (Brooke Bloom), la joven madre de un niño (Leon Lewis) con ese problema, y posteriormente con Sandra (Meg Gibson) quien es otra madre que atraviesa la misma situación.
El conflicto dramático se acrecienta porque Jess desea proseguir el embarazo en tanto que sus amigos no están de acuerdo con su decisión. No es conveniente revelar cómo queda resuelto el intrigante dilema para no desincentivar el interés del público deseoso de verlo.
A la muy buena realización e impecable guión de Hersh se agregan la interpretación de Batchelor quien magníficamente transmite la variada gama emocional que adquiere su personaje a medida que el conflicto de la historia progresa; su notable actuación no desmerece las de Perfetti y Jones quienes infunden elocuente autenticidad caracterizando a los frustrados padres. El reparto incluye eficientes actores en roles de apoyo donde además del muy buen desempeño de Brooke Bloom, igualmente se destacan Leon Addison Brown y Tonya Pinkins como los padres de Jess así como Eboni Booth como su hermana mayor.
Con su ópera prima el director logró.un drama moral de gran calidad que se ubica entre los mejores filmes vistos durante este pandémico año. Jorge Gutman