Un Ser­vi­cial Aprendiz

DOC­TEUR?. Fran­cia, 2019. Un film de Tris­tan Ségué­la. 90 minutos

Al comen­zar el film se acla­ra que la his­to­ria del mis­mo está basa­da en hechos reales y que sus auto­res man­tie­nen toda su con­fian­za en la pro­fe­sión médi­ca. Si lo que se ve en Doc­teur? pudo haber acon­te­ci­do o no poco impor­ta pero el espec­ta­dor está pre­ve­ni­do de ante­mano para apre­ciar una come­dia y a no tomar­se muy seria­men­te lo que el direc­tor Tris­tan Ségué­la rela­ta en la misma.

Hakim Jemi­li y Michel Blanc

El vete­rano actor y rea­li­za­dor Michel Blanc inter­pre­ta a Ser­ge, un soli­ta­rio médi­co pari­sino que en la noche de la vís­pe­ra navi­de­ña, mien­tras todo el mun­do se dis­po­ne a fes­te­jar en fami­lia, él atien­de los lla­ma­dos de emer­gen­cia. Des­de la pri­me­ra esce­na en que aus­cul­ta a un bebé recién naci­do delan­te de sus ansio­sos padres, ya mues­tra su carác­ter espe­cial de indi­vi­duo de poca pacien­cia que cum­ple su obli­ga­ción de mane­ra mecá­ni­ca y sin mucho entusiasmo.

Una lla­ma­da urgen­te requie­re su pre­sen­cia para asis­tir a Rose (Solè­ne Rigot), una joven que ha tra­ga­do un con­si­de­ra­ble exce­so de pas­ti­llas medi­ci­na­les; como ella no pue­de abrir­le la puer­ta del edi­fi­cio dado su esta­do, logra acce­der al mis­mo gra­cias a Malek (Hakim Jemi­li), un joven repar­ti­dor Uber de comi­da a domi­ci­lio que esa noche lle­ga al mis­mo inmue­ble para entre­gar un pedi­do. Curio­sa­men­te se pro­du­ce un víncu­lo entre el hura­ño médi­co y el jovial y ani­ma­do mucha­cho cuan­do Ser­ge, debi­do a sus fuer­tes dolo­res de colum­na que le han sobre­ve­ni­do, se encuen­tra prác­ti­ca­men­te inmo­vi­li­za­do para con­ti­nuar sus con­sul­tas y enton­ces le pide a Malek que lo reem­pla­ce don­de éste ter­mi­na acep­tan­do el inau­di­to requerimiento.

El peso del rela­to des­can­sa en las dife­ren­tes situa­cio­nes que el fal­so doc­tor debe enfren­tar aten­dien­do a pacien­tes afec­ta­dos por dis­tin­tas cau­sas, don­de su diag­nós­ti­co se basa en lo que tele­fó­ni­ca­men­te Ser­ge le trans­mi­te des­de el vehícu­lo en que se encuen­tra. En ese accio­nar se pro­du­cen situa­cio­nes gra­cio­sas, como cuan­do Malek exa­mi­na a un niño con alta tem­pe­ra­tu­ra mien­tras que su padre que es ciru­jano con­tem­pla su extra­ño com­por­ta­mien­to; otro caso es cuan­do debe asis­tir a una mujer con fuer­tes dolo­res de estó­ma­go y en ese momen­to se le rom­pe la bol­sa de agua por estar pron­ta a dar a luz.

Aun­que Ségué­la no siem­pre logra un rit­mo nive­la­do, el film adquie­re brío gra­cias a sus dos acto­res pro­ta­gó­ni­cos. Blanc da en el tono pre­ci­so como el des­en­can­ta­do pro­fe­sio­nal cuyo carác­ter se ha avi­na­gra­do a cau­sa de haber per­di­do a su hijo en un acci­den­te años atrás; con todo, a ins­tan­cias de Malek logra­rá vol­ver a cobrar huma­ni­dad con Rose, que ha sido la com­pa­ñe­ra del difun­to. Aun­que bien cono­ci­do en Fran­cia como ver­sa­do humo­ris­ta, en su debut para el cine Jemi­li impre­sio­na gra­ta­men­te como el ama­ble y ser­vi­cial apren­diz de Serge.

Que­da como resul­ta­do una afa­ble come­dia que sin mayor pre­ten­sión des­pier­ta la son­ri­sa que hoy día es tan nece­sa­ria para ate­nuar la ten­sión vivi­da a cau­sa de la malé­fi­ca pan­de­mia. Jor­ge Gutman