PERDRIX / THE BARE NECESSITY. Francia, 2019. Un film escrito y dirigido por Erwan Le Duc. 102 minutos
Aunque no siempre resulta sencillo abordar una comedia del absurdo que se aparta de parámetros tradicionales, ése es el desafío que se propuso Erwin Le Duc en Perdrix, su primer largometraje que tuvo su estreno mundial en la Quincena de Realizadores de Cannes de 2019. Aunque no del todo logrado es muy factible que este film satisfaga a los cinéfilos proclives al género.
La acción transcurre en un pequeño pueblo rural de Vosgos, emplazado al noreste de Francia, donde en apariencia reina una tranquilidad pastoral. En ese ámbito, Pierre Perdrix (Swann Arlaud), soltero de 37 años, se desempeña como gendarme policial donde casi nunca sucede gran cosa, salvo el accionar de unos activistas nudistas y la presencia de ciertos aldeanos que tratan de reproducir escenas bélicas de la Segunda Guerra. con tanques de combate apostados en la calle.
Pierre vive con su hermano menor Julián (Nicolas Maury), un biólogo especializado en el estudio de las lombrices y padre de su inquieta hija preadolescente Marion (Patience Münchenbach). Junto a ellos se encuentra Thérèse (Fanny Ardant), la viuda matriarca familiar quien siente mucho la pérdida de su marido; parte de su tiempo lo dedica a emitir en el garaje de su casa una audiencia radial donde ofrece consejos sobre el amor; cabe aclarar que los únicos oyentes son los miembros de su familia.
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La rutina de Pierre se altera cuando Juliette (Maud Wyler), una impetuosa joven que estando de pasada por el lugar se presenta en la oficina policial para efectuar la denuncia del robo de su coche con todo lo que poseía en su interior cometido por una nudista de la zona. A todo ello, horas después y de manera inesperada irrumpe en el domicilio de la familia Perdrix y en forma desinhibida se invita a sí misma a cenar como si se tratase de una vieja amiga o conocida.
Esta primera parte del relato está nutrida de acertados gags basados en situaciones insólitas en el retrato que el novel realizador efectúa de la pintoresca familia de Pierre y de los estrafalarios nudistas de la zona. Sin embargo, el guión de Le Duc comienza a perder fuerza cuando la animosidad que guarda el gendarme hacia la entrometida Juliette va gradualmente adquiriendo el carácter de una trivial historia romántica. De todos modos el humor seco y mordaz, algunos jugosos diálogos y la muy solvente actuación de Arlaud y Wyler permiten que el balance final resulte favorable. Jorge Gutman