Dis­tin­tas Face­tas del Amor

AMO­RES MODER­NOS. Méxi­co, 2019. Un film de Matías Meyer. 83 minutos

El pro­pó­si­to del rea­li­za­dor Matías Meyer es demos­trar las dis­tin­tas face­tas que pue­de adqui­rir el amor en la actual socie­dad mexi­ca­na. Según su visión, los tiem­pos moder­nos han apa­re­ja­do impor­tan­tes cam­bios en el núcleo fami­liar, en los víncu­los de pare­ja e inclu­so en la amis­tad, don­de pare­cie­ra que todo resul­ta ser válido.

La pri­me­ra ima­gen del rela­to ofre­ce una apa­sio­na­da esce­na de amor del matri­mo­nio anciano inte­gra­do por Luis (Rubén Pablos) y Armi­da (Con­cep­ción Már­quez). Cuan­do pos­te­rior­men­te ella tro­pie­za en la coci­na con tal mala suer­te que pro­du­ce su muer­te, la fami­lia se reúne bajo un mis­mo techo a fin de asis­tir al fune­ral. Allí se encuen­tran Car­los (Andrés Almei­da), el mayor de los hijos acom­pa­ña­do de su mujer Ana (Lud­wi­ka Pale­ta), su her­mano menor Alex (Leo­nar­do Ortiz­gris) y Ricar­do (David Angu­lo), el mejor ami­go de Car­los. Igual­men­te se encuen­tra Rocío (Ilse Salas), una agra­da­ble y devo­ta joven que atien­de al patriar­ca fami­liar que sufre de Alzhei­mer y que tam­bién solía ocu­par­se de Armida.

El guión de María Cami­la Arias, Edgar Chias y de Meyer ilus­tra cómo el for­za­do reen­cuen­tro fami­liar moti­va a que sal­gan a relu­cir algu­nos secre­tos de fami­lia; así, Ana sin­tien­do insa­tis­fac­ción en su víncu­lo con­yu­gal enga­ña a su espo­so a tra­vés de su rela­ción adúl­te­ra con Ricar­do; tam­bién se lle­ga a saber que la orien­ta­ción sexual dife­ren­te de Alex lo obli­gó a dejar el hogar por haber cau­sa­do esco­zor en su homó­fo­bo y machis­ta pro­ge­ni­tor. Sin embar­go, la nove­dad más sor­pren­den­te se pro­du­ce cuan­do los dos her­ma­nos des­cu­bren que su hono­ra­ble padre había lle­va­do una doble vida man­te­nien­do otra fami­lia de la cual tuvo una hija.

Den­tro del mar­co des­crip­to, a pesar de su tras­fon­do dra­má­ti­co como lo es el resul­ta­do de la pér­di­da de un ser que­ri­do, esta melo­dra­má­ti­ca come­dia, que más se ase­me­ja a una tele­no­ve­la, se nutre de momen­tos de pun­zan­te humor. Dejan­do de lado cier­tos pre­con­cep­tos y un final deci­di­da­men­te com­pla­cien­te, sin lle­gar a tras­cen­der Amo­res Moder­nos se deja ver por su ágil narra­ción y sobre todo por el desem­pe­ño de su homo­gé­neo elen­co. Jor­ge Gutman