2040. Australia, 2019. Un documental escrito y dirigido por Damon Gameau. 92 minutos
Varias veces el cine ha abordado el problema de la crisis climática que afecta al mundo, como por ejemplo lo ha sido el magnífico documental An Inconvenient Truth (2005) de David Guggenheim donde el ex vicepresidente Al Gore advierte sobre el peligro en que la humanidad se halla por el peligroso recalentamiento terrestre. Ahora es el turno del documentalista australiano Damon Gameau quien adentrándose en el tema propone algunas soluciones al problema para que las generaciones futuras habiten en un mundo más auspicioso.
En un relato ágil y ameno mediante una narrativa basada en parte en efectivas técnicas de animación, Gameau se ubica en dos momentos del tiempo, el actual y en 2040. Así basándose en las tecnologías ya existentes trata de imaginar cómo en 20 años tanto su hijita de 4 años como los niños de su generación les será posible vivir en un medio ambiente donde ya no existan las dañinas emisiones de carbono que afectan a la atmósfera. Es así que efectúa un viaje a través de varios países incluyendo el suyo, Estados Unidos, Gran Bretaña, Suecia, Bangladesh y Singapur testimoniando cuáles son las medidas que ciertos sectores productivos están adoptando para remediar el problema.
En todo el periplo, el director se valió de la explicación suministrada por varias personas involucradas en el tema; entre ellas se encuentran las opiniones vertidas por Geneviève Bell (antropóloga), Neel Tamhane (especialista en energía renovable), Kate Raworth (economista) John Peterson (profesor de estudios ambientales), Paul Hawken (ambientalista), Tony Seba (autor y conferencista) Fraser y Leanne Pogue (granjeros), Helena Norberg-Hodge (activista).
En su visita a una región humilde de Bangladesh comprueba cómo sus habitantes sin tener acceso a la electricidad han resuelto el problema obteniéndola a través de la energía solar mediante la aplicación de un sistema de paneles interconectadas entre un grupo de viviendas.
Otros medios apropiados radican en adoptar ciertas prácticas regenerativas de la agricultura que absorben el carbón atmosférico; así, evitando la erosión del suelo se pueden cultivar alimentos más nutritivos. El realizador constata cómo la permacultura marina en el este de Estados Unidos puede contribuir a revitalizar los océanos para eliminar la polución de las aguas y mejorar en consecuencia el hábitat de la flora y fauna marina.
Teniendo en cuenta la congestión del tráfico automotriz en ciertas ciudades de Estados Unidos, como Nueva York y Los Ángeles, Gameau avizora la manera en que el panorama actual podría modificarse con el empleo de vehículos eléctricos sin conductores donde la sociedad comparte los viajes a través de pedidos, evitando así tener un auto propio; además de eliminar los obstáculos de parqueo, esta medida contribuiría a reducir el aire contaminado por la emanación de gases tóxicos de los medios de transporte alimentados a combustible.
El documental igualmente incluye el encuentro del director con niños y preadolescentes de diferentes lugares del mundo para que ellos den su opinión y las soluciones que proponen para resolver el problema.
Demostrando ser un eficaz comunicador de ideas, Gameau prueba que existen los medios para recomponer las dificultades atmosféricas que se están viviendo. En tal sentido, el mensaje optimista de su documental no es meramente utópico o idealista; solamente se necesita una firme determinación del espectro político para implementar las medidas necesarias a fin de que en 2040 la humanidad pueda disfrutar mejor de la vida en el planeta Tierra. Jorge Gutman