Come­dia Feminista

LA BON­NE ÉPOU­SE. Fran­cia, 2019. Un film de Mar­tin Pro­vost. 109 minutos

Des­pués de haber brin­da­do algu­nos sóli­dos fil­mes como entre otros lo han sido Séraphi­ne (2008), Vio­let­te (2013) y Sage Fem­me (2017), el rea­li­za­dor Mar­tin Pro­vost retor­na con una come­dia livia­na que tie­ne por obje­to sati­ri­zar el rol tra­di­cio­nal de la mujer en la Fran­cia poco antes de los acon­te­ci­mien­tos de mayo de 1968.. La atrac­ción que pue­de des­per­tar esta his­to­ria radi­ca en los nom­bres de su elen­co, espe­cial­men­te el de Juliet­te Bino­che que a la hora actual es una de las actri­ces fran­ce­sas de mayor popularidad.

Juliet Bino­che

La acción se desa­rro­lla en 1967, en Alsa­ce, don­de Pau­let­te van der Beck (Bino­che) diri­ge una escue­la des­ti­na­da a pre­pa­rar a las amas de casa. a fin de que las alum­nas sepan com­por­tar­se como una bue­na espo­sa. En este queha­cer tam­bién cola­bo­ran Gil­ber­te (Yolan­de Moreau), la bene­vo­len­te cuña­da de Pau­let­te y la auto­ri­ta­ria e infle­xi­ble mon­ja Marie-Thé­rè­se (Noé­mie Lvovsky). Den­tro de un estric­to régi­men dis­ci­pli­na­rio, las dis­cí­pu­las van reci­bien­do lec­cio­nes sobre coci­na, plan­cha­do, tareas vin­cu­la­dos con el queha­cer domés­ti­co así cómo el mane­jo del pre­su­pues­to hogareño.

La situa­ción plan­tea­da se alte­ra cuan­do Robert (Fra­nçois Ber­léand), el mari­do de Pau­let­te, repen­ti­na­men­te mue­re y su viu­da atra­vie­sa una difi­cul­to­sa situa­ción finan­cie­ra que ade­más se agra­va por la dis­mi­nu­ción del núme­ro de alum­nas del esta­ble­ci­mien­to. Cla­ro está que allí se encuen­tra el ban­que­ro André (Edouard Baer) para tra­tar de ayu­dar­la con­si­de­ran­do que él ha sido des­de hace tiem­po su apa­sio­na­do admirador.

Cuan­do los ecos revo­lu­cio­na­rios de París resue­nan en Alsa­ce con los vien­tos de cam­bios socia­les inclu­yen­do el rol que ata­ñe a la mujer, las más jóve­nes alum­nas comien­zan a mani­fes­tar su deci­sión de esca­par de un futu­ro de sumi­sión mari­tal. Pron­ta­men­te la filo­so­fía de la escue­la se reve­la com­ple­ta­men­te obsoleta.

Con algu­nas esce­nas iró­ni­cas, el film deci­di­da­men­te pre­vi­si­ble y no exen­to de cli­sés se deja ver aun­que sin que reper­cu­ta. Con una pues­ta en esce­na correc­ta, Pro­vost per­mi­te que el trío pro­ta­gó­ni­co demues­tre sus con­di­cio­nes de bue­nas come­dian­tes adap­tán­do­se al espí­ri­tu humo­rís­ti­co que se des­pren­de del guión. En todo caso, lo más res­ca­ta­ble es su men­sa­je final abo­gan­do por la eman­ci­pa­ción de la mujer. Jor­ge Gutman

Foto: Ir a Bon­ne Épou­se. Juliet Bino­che e