Una Noche Especial

ONE NIGHT IN MIA­MI. Esta­dos Uni­dos, 2020. Un film de Regi­na King. 114 minu­tos. Dis­po­ni­ble en Ama­zon Pri­me Video 

Habien­do obte­ni­do un Oscar por su memo­ra­ble actua­ción en If Bea­le Street Could Talk (2018), Regi­na King aho­ra se ubi­ca detrás de la cáma­ra para diri­gir un pri­mer lar­go metra­je basa­do en la pie­za de tea­tro One Night in Mia­mi de Kemp Powers que ha sido por él guio­ni­za­da. Aun­que la acción se desa­rro­lla en los Esta­dos Uni­dos de hace seis déca­das su per­ti­nen­te tema reper­cu­te actualmente.

Una esce­na de ONE NIGHT IN MIAMI

El film repro­du­ce un even­to real aun­que lo expues­to es fic­cio­nal. El 25 de febre­ro de 1964 Cas­sius Clay (Eli Goree), el joven boxea­dor de 22 años que días des­pués cam­bia su nom­bre por el de Moham­med Ali, obtie­ne una rotun­da vic­to­ria como cam­peón mun­dial de los pesos pesa­dos derro­tan­do a su con­trin­can­te Sonny Lis­ton; para cele­brar el triun­fo, el pugi­lis­ta se reúne con tres ami­gos afro­ame­ri­ca­nos en el Ham­pton Hou­se Hotel de Mia­mi; ellos son Mal­com X (Kings­ley Ben-Adir) ‑el acti­vis­ta defen­sor de los dere­chos cívi­cos de su raza‑, Jim Brown (Aldis Hod­ge) ‑el astro del fút­bol ame­ri­cano del NFL- y el cele­bra­do croo­ner Sam Cooke (Les­lie Odom Jr.).

La vela­da que se desa­rro­lla entre una de las habi­ta­cio­nes del hotel y la terra­za del mis­mo, comien­za armo­nio­sa­men­te, nutrién­do­se de con­ver­sa­cio­nes cir­cuns­tan­cia­les en don­de entre otros comen­ta­rios Jim mani­fies­ta su inten­ción de dejar el depor­te para par­ti­ci­par como actor en una pelí­cu­la. El cli­ma comien­za a enra­re­cer­se cuan­do Mal­com X repro­cha a Sam por can­tar temas capa­ces de con­ten­tar a la clien­te­la blan­ca sin tener en cuen­ta a la comu­ni­dad negra. A todo ello, otro momen­to de ten­sión sur­ge entre Cas­sius Clay anun­cian­do su con­ver­sión al Islam y Mal­com X infor­man­do que deja­rá de ser miem­bro de La Nación del Islam (orga­ni­za­ción reli­gio­sa y polí­ti­ca) para crear su pro­pio movi­mien­to islá­mi­co y secu­lar. A pesar de las coli­sio­nes ideo­ló­gi­cas pro­du­ci­das, la san­gre no lle­ga al río impo­nién­do­se el sen­ti­mien­to fra­ter­nal que une a estos cua­tro íconos.

Con­ser­van­do su ori­gen tea­tral, a pesar de que en algu­nos momen­tos el rit­mo resul­te tedio­so, la direc­to­ra logra que tras­cien­da el tema cen­tral de la pie­za sobre la nece­si­dad del empo­de­ra­mien­to de la comu­ni­dad negra por las injus­ti­cias socia­les sufri­das y el deplo­ra­ble tra­ta­mien­to que es obje­to por par­te de los blancos.

Lo que más pre­do­mi­na en este rela­to es el inme­jo­ra­ble nivel de inter­pre­ta­ción. Los cua­tro acto­res expre­san genui­na­men­te lo que sus per­so­na­jes les deman­dan aun­que por la natu­ra­le­za de sus roles algu­nos de ellos adquie­ren mayor rele­van­cia; así impre­sio­na el ímpe­tu y fer­vor radi­cal que Ben-Adir vuel­ca en Mal­com X, como asi­mis­mo se des­ta­ca Odom Jr,-el gran actor de Hamil­ton- can­tan­do el cele­bra­do himno de Cooke A Chan­ge is Gon­na Come (Un cam­bio sobre­ven­drá), que tuvo lugar des­pués de la cele­bra­da reunión.

La pelí­cu­la sin ser excep­cio­nal, ade­más de su actua­ción y algu­nos diá­lo­gos rele­van­tes se dis­tin­gue por su impe­ca­ble repro­duc­ción de épo­ca y sobre todo por­que cons­ti­tu­ye un buen espal­da­ra­zo para la actual orga­ni­za­ción Black Lives Mat­ter en su lucha con­tra el racis­mo ali­men­ta­do por la supre­ma­cía blan­ca de Esta­dos Uni­dos. Jor­ge Gutman