ADOLESCENTES. Francia, 2019. Un documental escrito y dirigido por Sébastien Lifshitz. 135 minutos. Disponible en Amazon Prime Video
Después de haber deparado el conmovedor documental Little Girl (2019) exponiendo el delicado tema de la disforia de género, Sébastien Lifshitz se supera en Adolescentes que como bien lo índica su título aborda la temática del período de transición desde el comienzo de la pubertad hacia la edad adulta. Para ello centra su atención en dos amigas de infancia viviendo en la pequeña localidad francesa de Brive-la-Gaillarde situada en la región de Nueva Aquitania, durante un lapso que comienza en 2013 y culmina en 2018..
Si bien Richard Linklater abordó en Boyhood (2014) la etapa de crecimiento de un niño de 6 años hasta los 18 años de edad en un excelente relato de ficción, aquí el período es ciertamente menor donde los cambios son menos drásticos; con todo eso no es un impedimento para que el film impresione por la manera precisa y amena en que Lifshitz analiza y desmenuza las personalidades de Anaïs y Emma.
Al iniciar el relato, el director las ubica en momentos en que con sus 15 años de edad ambas están cursando el último año del ciclo de enseñanza elemental francesa preparándose para proseguir sus estudios de enseñanza media. La regordeta Anaïs pertenece a un hogar de clase media en donde su padre casi siempre se encuentra ausente trabajando duro y su madre con su salud deteriorada desea que su hija siga una dieta para ser físicamente más atractiva y no llegar a ser tan obesa como ella. Por su parte, la estilizada Emma proviene de un hogar de clase social superior conformado por padres profesionales; con un nivel de bienestar asegurado eso le permite carecer de mayores preocupaciones.
En el colegio queda ilustrada la relación que mantienen con los compañeros de clase como así también con los profesores siendo lo más importante para ambas lograr aprobar los exámenes para no tener que repetir el año escolar. En esa etapa adolescente comienzan a surgir las primeras emociones sentimentales con la revelación sexual; asimismo, como no puede ser de otro modo en esta era digital, ellas pasan parte de su tiempo adheridas a sus celulares.
Considerando los acontecimientos violentos acaecidos en Francia, especialmente con el asesinato de 12 personas en las oficinas del semanario Charlie Hebdo en enero de 2015, es interesante apreciar el sentimiento de los alumnos; en tal sentido Anaïs sostiene la necesidad de no condenar a la gente corriente de la comunidad musulmana por los actos cometidos por extremistas islámicos. Otro aspecto importante es la reacción que se manifiesta en los respectivos hogares de estas amigas frente al resultado de las elecciones de 2017; mientras que en el de Emma están satisfechos de que Marine Le Pen haya sido vencida, en cambio en el de Anaïs la respuesta es menos entusiasta con la elección de Emmanuel Macron.
A medida que el tiempo transcurre y el ciclo secundario está por finalizar se va perfilando la orientación de lo que cada una de ellas desea encarar en el futuro. Anaïs, sin duda la más madura de las dos por la dura experiencia vivida con su madre en coma a quien debe atender, piensa en una profesión en la que pueda cuidar a niños y a ancianos desvalidos. Por su lado Emma encuentra que su vocación es seguir la carrera de cine aprovechando que ha sido aceptada en una universidad de París, aunque eso motiva discusiones con su madre que no la quiere ver partir del hogar.
Es así que se llega a la melancólica escena de la despedida de las dos amigas dado que AnaÏs seguirá su programa de estudios en Limoges en tanto que Emma lo hará en la capital de Francia. Sería interesante saber cuál es el resultado que cada una de ellas ha logrado desde 2018 hasta el presente y sus responsabilidades como seres adultos. De todos modos lo más importante a destacar es que Lifshitz ha obtenido un remarcable retrato del proceso de madurez de estas jóvenes. Jorge Gutman