PREMIĖRE VAGUE. Canadá 2020. Un film escrito y dirigido por Max Dufaud, Kevin T. Landry, Reda Lahmould y Rémi Fréchette. 74 minutos
Un cuarteto de cineastas quebequenses ha tratado de documentar a través de cuatro cortometrajes de ficción la situación vivida en Quebec durante el lapso de 100 días en que se desarrolló la primera ola de la pandemia, donde el primer caso se registró el 27 de febrero de 2020. Cada uno de los relatos transcurre en Montreal y mediante sus ocho personajes quedan expuestos los sentimientos de soledad, frustración, temor y demás facetas provocadas por el forzado confinamiento impuesto por esta maliciosa plaga.
Nobleza obliga reconocer el gran esfuerzo desplegado por todo el equipo actoral y técnico durante los 15 días de filmación que tuvo lugar en julio del año pasado. Con todo, los episodios relatados que transcurren en Montreal no aportan algo diferente de las numerosas situaciones diariamente comentadas por los diferentes medios de difusión sobre la forma en que la población se ajusta a este nuevo modo de vida. Consecuentemente el material de archivo intercalado en los diferentes relatos registrando las frecuentes conferencias de prensa del primer ministro de Quebec François Legault y el doctor Horacio Arruda con respecto a las diferentes medidas adoptadas, no resulta novedoso.
Entre las historias propuestas se destaca la referida a Daniel (Fayolle Jean Jr.), un afable repartidor a domicilio que debe ocuparse de su padre enfermo y sujeto a una silla de ruedas (Fayolle Jean); también se distingue la relativa a Marianne (Marie-Sophie Roy) cuya madre enferma reside en un hogar de ancianos y que en oportunidad del Día de la Madre no se le permite que pueda saludarla físicamente. En cambio no resulta muy relevante el segmento vinculado con Samuel (Mathieu Lorain Dignard) quien después de haber perdido su trabajo y haber sido abandonado por su novia se vuelca al arte; tampoco gravita mayormente la historia de Fanny (Myranda Plourde) que recién llegada a Montreal comienza una relación sentimental con Guillaume (Luka Limoges).
Queda como balance un film testimonial que resulta demasiado familiar en lo que expone; en este aspecto habría resultado más provechoso si se hubiera encarado un único relato ya sea de ficción o documental que profundizando más en sus personajes pudiera trascender con más vigor. Jorge Gutman