TROIS JOURS ET UNE VIE. Francia-Bélgica, 2019. Un film escrito y dirigido por Nicolas Boukhrief. 2 horas.
Un complejo drama psicológico es lo que se aprecia en Trois jours et une vie de Nicolas Boukhrief basado en la adaptación realizada de la novela homónima escrita por Pierre Lemaître. Si bien parte importante del logro de este film se debe a la riqueza del libro original, lo importante es que el realizador elaboró un excelente guión que desde el comienzo hasta el final mantiene una cautivante intriga.
La acción comienza en 1999, tres días antes de la fiesta navideña, en el pueblo belga de Olloy. En ese lugar donde todos se conocen vive Antoine (Jeremy Senez) de 12 años de edad junto con su cariñosa madre Blanche (Sandrine Bonnaire). El conflicto central se produce cuando después de una salida de Antoine con su vecino amiguito Rémi de 6 años efectuada al bosque cercano, el niño no retorna al hogar; a medida que las horas transcurren la inquietud se hace presa de todos los aldeanos, sobre todo para sus angustiados padres Michel (Charles Berling) y Émilie (Margot Bancilhon). La desaparición motiva a que el día de Navidad se inicie una gran movilización de las autoridades policiales y de la gente local para ubicar a Rémi; pero los esfuerzos resultan infructuosos cuando una endemoniada tormenta azota a la zona eliminando por completo cualquier huella de su paradero.
No resulta indiscreto anticipar lo ocurrido porque desde el principio se sabe cómo accidentalmente Antoine causó la muerte del niño para luego ocultar su cuerpo en el bosque. Ese trágico acontecimiento él lo mantiene en estricto secreto aunque eso no libera de cargar en su conciencia un profundo sentimiento de culpa; su pesadilla emocional que atraviesa se agrava aún más cuando comienzan a cundir sospechas de que Andrei (Arben Bajraktaraj), un polaco de la zona, pudiese haber estado involucrado en el hecho.
La segunda parte del relato transcurre doce años después cuando Antoine (Pablo Pauly), habiendo sido estimulado de niño por el doctor de la aldea (Philippe Torreton) para estudiar medicina, retorna al pueblo graduado de médico para visitar a su madre y constata que allí aún perdura el misterio de la suerte corrida por Rémi. La intriga del relato se intensifica cuando durante la estadía de Antoine se produce un inesperado acontecimiento que sería imprudente revelar.
Sin manipulación alguna Boukhrief de manera sutil logra mantener el progresivo suspenso de este sombrío relato excelentemente hilvanado; el mismo se encuentra agraciado por la magnífica puesta escénica y la buena descripción de los personajes caracterizados por su sólido reparto; en tal sentido cabe elogiar tanto a Senez como Pauly quienes intensamente transmiten las emociones trasuntadas por el personaje protagónico en diferentes etapas de su vida por la responsabilidad moral que le incumbe en la desaparición del infante.
A modo de reflexión queda abierta la pregunta si acaso es factible deslindar o liberar de culpabilidad a un menor que ha cometido un involuntario homicidio. Jorge Gutman