Crónica de Jorge Gutman
Murina (Croacia-Brasil-Estados Unidos-Eslovenia)
Con los buenos antecedentes de haber obtenido la Cámara de Oro al mejor primer film exhibido en el reciente festival de Cannes y con Martin Scorcese como productor ejecutivo llega al TIFF Murina de la novel directora Antoneta Alama Kusijanović. En un guión que le pertenece con la colaboración de Frank Graziano, la historia relatada permite crear en su inicio una sutil tensión que se va intensificando a lo largo de su desarrollo.
La acción transcurre en una idílica isla croata donde su visión se asemeja a una fotografía turística que invita a visitar sus hermosas playas frente al intenso mar azul. Allí habita la joven Julija (Gracija Filipović) con su padre Ante (Leon Lučev) y su madre Nela (Danica Curcic). La especial atracción que el mar ejerce en Julija la motiva a zambullirse con frecuencia, compensando en parte el descontento que experimenta. Desde el comienzo se hace evidente cómo ella sufre interiormente el brutal trato que le dispensa su autoritario progenitor a la vez que contempla cómo su madre lo tolera sometiéndose a su voluntad sin protestar.
El relato adquiere fuerza cuando Javier (Cliff Curtis) arriba al lugar: él es un empresario millonario y amigo de juventud de Ante quien lo ha invitado para proponerle su asociación en un ambicioso proyecto que consiste en transformar la isla en un paraíso turístico que habrá de redituarles un gran beneficio. A partir de allí se va creando un clima enrarecido cuando Nela comienza a flirtear con Javier y al propio tiempo Julija ve en el huésped la forma de poder liberarse de su brutal padre. Es aquí que se produce el enfrentamiento de las dos mujeres tratando de seducir a Javier como así también la violenta reacción de Ante al descubrir las intenciones de su hija. De este modo el film va adquirilendo el carácter de un thriller en donde todo está preparado para que la tóxica relación de la muchacha con su padre llegue a estallar.
El elenco se desempeña remarcablemente destacando en especial la notable caracterización de Filipović como la joven ansiosa de lograr su independencia así como la de Lučev animando al despreciable machista quien es consciente de que su familia lo detesta. Por su parte la fotografía de Hélène Louvart capta magníficamente la belleza de la isla realzada por el colorido del ardiente mar que se convierte en un personaje adicional de esta historia.
Este drama croata demuestra la inusual madurez de Kusijanović como realizadora constituyendo una muy buena carta de presentación para sus futuros proyectos.
Futura (Italia)
Pietro Marcello, Alice Rohwacher y Franceso Munzi, tres importantes directores de Italia de la presente generación, efectúan un viaje a través del país con el propósito de entrevistar a adolescentes y jóvenes entre 15 y 20 años de edad a fin de recabar sus puntos de vista sobre cómo avizoran el futuro.
Ese recorrido a lo largo de Italia que comenzó en febrero de 2020 abarcó diferentes zonas urbanas como asimismo rurales de Roma, Milán, Nápoles, Pisa, Turín, Savona, Venecia, Trento, Treviso, Pisa, Cagliari, Viterbo, y Brescia; en esas entrevistas que se realizan en grupos se detectan jóvenes de diferente condición social, económica e intelectual, quienes en mayor o menor grado responden a las preguntas de sus interlocutores.
Algunas respuestas se caracterizan por un marcado pesimismo al enfatizar que se vive en una sociedad muy individualista con un mundo en decadencia y sin aguardar mejoras en tal sentido. Otras opiniones coinciden en afirmar que no hay gran esperanza de concebir un futuro promisorio en la Italia actual y que resultaría conveniente trabajar en el exterior. En el comentario sobre las redes sociales resulta interesante escuchar cómo varios jóvenes sostienen que las mismas constituyen una plaga que aliena a la persona sin conducir a algo positivo y por lo tanto es necesario afirmarse en la vida real; indirectamente hay referencias acerca de cómo la tecnología afecta las relaciones personales.
La necesidad de obtener en el futuro un buen trabajo que permita una vida digna es lo que esta juventud aspira pero para varios subsiste la duda de si realmente una buena formación académica permitirá lograrlo. En cuanto a la profesión que les gustaría ejercer, las respuestas varían incluyendo la de trabajar de actor en la televisión, ser futbolista, desempeñarse como criminólogo forense, aspirar a ser médico, lograr ser experta en belleza, etc.
La pandemia no se encuentra ausente del reportaje y en ese aspecto no hay respuesta precisa de cómo será el mundo una vez que esta pesadilla concluya; de todos modos, los venecianos lamentan la manera en que el maldito Covid afectó al turismo de la región que constituye su principal fuente de recursos.
De modo general queda la impresión de las ansiedades, sueños y temores de una juventud cuya respuesta sobre el futuro no resulta muy concreta; eso en parte se debe a que la pregunta sobre el tema es muy amplia y no permite profundizar demasiado; así hay quienes responden que en tiempos tan cambiantes sólo se puede saber lo que ocurrirá, mañana, pasado o quizá hasta algunos meses más pero imposible de aventurarse a predecir lo que acontecerá dentro de 10 años. De todos modos, queda como resultado un documental que capta el espíritu que anima a la generación nacida en el siglo actual y destinada a vivir en un mundo incierto e inseguro.
Le Bal des Folles (Francia)
En el firmamento cinematográfico de Francia, Mélanie Laurent se distingue como una de las más destacadas actrices y directoras. Tras su actuación en más de 35 películas y 4 largometrajes como realizadora, ahora retorna con Le Bal des Folles donde además de asumir uno de los dos roles protagónicos, es también la directora y autora del guión compartido con Christophe Deslandes.
El drama transcurre en Francia hacia finales del siglo 19 presentando a Eugénie (Lou de Laâge) quien es una joven que está dotada de un don especial por el que oye y ve a los muertos. De libre espíritu y liberal para las costumbres de la época y perteneciendo a un hogar de la alta burguesía, su familia se encuentra alarmada por sus visiones creyendo que hay algo raro en ella; consecuentemente, su padre decide internarla ‑en contra de su voluntad- en la clínica neurológica de Pitié-Salpêtrière ubicada en París, dirigida por el profesor Jean-Martin Charcot (Grégoire Bonnet) quien es considerado un pionero de la psiquiatría.
Prácticamente encerrada y privada de libertad, el sitio no puede resultar más deprimente para ella al tener que convivir con mujeres de toda edad diagnosticadas de histeria, epilepsia y de enfermedad mental. A pesar de los esfuerzos que Eugénie realiza demostrando que está en su sano juicio, nada cambia hasta el momento en que se vincula con Geneviève (Mélanie Laurent), la enfermera de la unidad neurológica que se encuentra atormentada por la muerte de su hermana; cuando la joven le demuestra que efectivamente es capaz de comunicarse con el espíritu de su hermana, Geneviève le ayudará a cambiar su destino.
https://www.youtube.com/watch?v=K0JI-jes0Es
Basada en la premiada novela de la escritora Victoria Mas publicada en 2019, la adaptación cinematográfica de Laurent respeta la versión original, transmitiendo muy bien la misoginia de la época, el conrovertido rol que en ciertos casos asume la psiquiatría en nombre de la objetividad científica — en este caso a través del método empleado por el narcisista Charcot– y sobre todo el trato muchas veces inhumano recibido por los pacientes.
A las irreprochables actuaciones de Laâge como la desafortunada Eugénie y de Laurent como la humana enfermera se añade la remarcable puesta escénica de la cineasta; la misma alcanza su climax en el gran baile que realiza el hospital para los habitantes de París en donde las internas disfrazadas con extravagantes atuendos danzan al compás de los valses.