El Fes­ti­val del Arte

Cró­ni­ca de Jor­ge Gutman

FIFA (1)

El 15 de mar­zo comen­za­rá una nue­va edi­ción del Fes­ti­val Inter­na­tio­nal du film sur l’art (FIFA) que se habrá de pro­lon­gar has­ta el 27 de mar­zo inclu­si­ve. Ade­más de pre­sen­tar los fil­mes en sala en Mon­treal y en Que­bec, el fes­ti­val podrá apre­ciar­se en Cana­dá median­te su difu­sión en línea.A lo lar­go de sus cua­tro déca­das de exis­ten­cia FIFA ha pro­mo­vi­do la difu­sión del arte en sus dife­ren­tes mani­fes­ta­cio­nes median­te docu­men­ta­les cui­da­do­sa­men­te selec­cio­na­dos. Con la direc­ción artís­ti­ca de Phi­lip­pe U. del Dra­go, la diver­si­fi­ca­da pro­gra­ma­ción de este año segui­rá con­tri­bu­yen­do al enri­que­ci­mien­to cul­tu­ral de Cana­dá así como tam­bién per­mi­ti­rá des­ta­car el tra­ba­jo de los artis­tas en el cam­po del cine, video y de las artes visuales.

En esta cua­dra­gé­si­ma edi­ción el fes­ti­val exhi­bi­rá 209 títu­los pro­ve­nien­tes de 46 paí­ses con 50 pelí­cu­las pre­sen­ta­das en pri­mi­cia mun­dial. El film de aper­tu­ra es el docu­men­tal Je me sou­lè­ve del direc­tor cana­dien­se Hugo Latulippe.

Para infor­ma­ción acer­ca de la pro­gra­ma­ción com­ple­ta, difu­sión hora­ria y las dife­ren­tes acti­vi­da­des cone­xas con la mues­tra el sitio web a con­sul­tar es Lefifa.com

A con­ti­nua­ción se rese­ñan cua­tro docu­men­ta­les que Tri­bu­na Cul­tu­ral ha teni­do oca­sión de juzgar.

Daniel Day­Le­wis – L’ héri­tier (Fran­cia)

El excep­cio­nal actor bri­tá­ni­co natu­ra­li­za­do irlan­dés Daniel Day-Lewis es el foco de aten­ción de este rele­van­te docu­men­tal ilus­tran­do has­ta qué pun­to la obse­sión per­fec­cio­nis­ta del actor lle­gó a afec­tar su salud. Median­te imá­ge­nes iné­di­tas, los rea­li­za­do­res Jean­ne Burel y Nico­las Mau­pied con la sobria narra­ción de Elsa Lepoi­vre pasan revis­ta al bri­llan­te talen­to inter­pre­ta­ti­vo de Day-Lewisr que muchos crí­ti­cos sos­tie­nen que es el mejor actor del mundo.

A par­tir de My Beau­ti­ful Laun­dret­te (1985) ani­man­do a un joven homo­se­xual a car­go de una lavan­de­ría y pro­si­guien­do con A Room with a View (1986), carac­te­ri­zan­do a un juve­nil aris­tó­cra­ta de la socie­dad bri­tá­ni­ca, logra entu­sias­mar a la crí­ti­ca y al públi­co. Pocos años des­pués se con­sa­gra mun­dialm­len­te con My Left Foot (1989) don­de obtie­ne su pri­mer Oscar dan­do vida al pin­tor Christy Brown afec­ta­do de pará­li­sis cere­bral. A ello segui­ría un segun­do Oscar por su labor en The­re Will Be Blood (2007) y por ter­ce­ra vez con­quis­ta el valio­so tro­feo por su actua­ción en Phan­tom Thread, (2017) que será su tra­ba­jo pós­tu­mo para el cine.

El docu­men­tal se valo­ri­za con la pre­sen­ta­ción de extrac­tos de su fil­mo­gra­fía como así tam­bién con entre­vis­tas de tele­vi­sión rea­li­za­das, en don­de ade­más de su labor pro­fe­sio­nal se reve­lan aspec­tos de carác­ter per­so­nal. Eso se mani­fies­ta en la com­ple­ja rela­ción man­te­ni­da con su padre, el lau­rea­do poe­ta Cecil Day-Lewis, que aun­que afec­ti­va asi­mis­mo resul­tó dis­tan­te dejan­do una gran influen­cia en su per­so­na­li­dad; pre­ci­sa­men­te él lo vuel­ca en la inter­pre­ta­ción que rea­li­za en In The Name of the Father (1993) en el que se rela­ta el espe­cial víncu­lo de un hijo con su padre acu­sa­do de un acto cri­mi­nal que no come­tió. Aun­que con menor énfa­sis, el docu­men­tal hace refe­ren­cia a su debut como actor tea­tral ade­más de haber sido miem­bro de la Royal Sha­kes­pea­re Company.

Habien­do tra­ba­ja­do con remar­ca­bles direc­to­res de la cine­ma­to­gra­fía uni­ver­sal como Mar­tin Scor­se­se, Ste­ven Spiel­berg, Tom She­ri­dan, Paul Tho­mas Ander­son entre otros, lo más tras­cen­den­te que des­ta­ca el docu­men­tal es su sin­gu­lar méto­do de tra­ba­jo dejan­do de lado su per­so­na­li­dad para trans­for­mar­se de mane­ra inten­si­va en cada per­so­na­je asu­mi­do, con la con­se­cuen­cia de dejar­lo emo­cio­nal­men­te tor­tu­ra­do; por ese moti­vo a los 60 años de edad adop­ta la deci­sión de poner pun­to final a su anto­ló­gi­ca carre­ra de actor.

Cuan­do El Olmo Cho­ca con la Pam­pa (Argen­ti­na)

La obra del gran mura­lis­ta escul­tor y pin­tor argen­tino Ricar­do Cina­lli naci­do en 1948 es exa­mi­na­da en el muy buen docu­men­tal de Sol Mira­glia y Hugo Manso.

Des­de peque­ño los padres de Ricar­do des­cu­brie­ron su incli­na­ción artís­ti­ca y es así que lo envia­ron a estu­diar a una Aca­de­mia de Pin­tu­ra en Rosa­rio. Des­pués de haber con­clui­do sus estu­dios uni­ver­si­ta­rios, en 1972 resol­vió dejar Argen­ti­na para mudar­se a Lon­dres a fin de cana­li­zar ple­na­men­te su voca­ción artís­ti­ca. Allí estu­dió en la Harrow School of Art y en el Horn­sey Colle­ge of Art don­de al poco tiem­po, radi­ca­do en el East End de la capi­tal ingle­sa, es con­si­de­ra­do como una de las per­so­na­li­da­des más impor­tan­tes de las artes plás­ti­cas de Gran Bre­ta­ña. Ade­más del pode­ro­so impac­to pro­du­ci­do con sus gigan­tes­cos mura­les, atra­jo la aten­ción con sus tra­ba­jos en tis­sue papers con­sis­ten­tes en dibu­jos de des­nu­dos mas­cu­li­nos efec­tua­dos en papel de seda.
Median­te viñe­tas que van refle­jan­do sus acti­vi­da­des coti­dia­nas, los docu­men­ta­lis­tas resal­tan la pena del artis­ta vien­do cómo muchos de sus fres­cos han comen­za­do a dete­rio­rar­se con el trans­cur­so del tiem­po en los sitios que han sido alber­ga­dos. A tra­vés de impor­tan­te mate­rial de archi­vo Mira­glia y Man­so con­tras­tan la labor del pin­tor efec­tua­da hace cua­tro déca­das y la reali­dad actual en don­de la des­apa­ri­ción de sus obras pic­tó­ri­cas le pro­du­ce un sen­ti­mien­to de pro­fun­da tristeza.

Ya sep­tua­ge­na­rio el pin­tor efec­túa un regre­so al pue­blo natal de la pro­vin­cia de San­ta Fe para reen­con­trar­se con sus raí­ces, don­de acu­den los recuer­dos de su infan­cia y ado­les­cen­cia. El docu­men­tal cons­ti­tu­ye un ínti­mo retra­to de un artis­ta que a pesar de la sole­dad del pre­sen­te que lo abru­ma, no se da por ven­ci­do tra­tan­do de reco­brar el espí­ri­tu juve­nil per­di­do en Lon­dres a fin de recu­pe­rar las obras diez­ma­das. En suma, esta pelí­cu­la per­mi­te refle­xio­nar acer­ca del paso ineluc­ta­ble de los años y la mane­ra en que un artis­ta cons­cien­te de ello avi­zo­ra su futuro.

Veni­ce Elsewhe­re (Ita­lia).

El docu­men­ta­lis­ta vene­ciano Elia Roma­ne­lli deci­de home­na­jear a su ciu­dad natal de mane­ra sin­gu­lar; en vez de refe­rir­se a la “rei­na del Adriá­ti­co”, tal como es cono­ci­da la román­ti­ca Vene­cia, su obje­ti­vo es ubi­car algu­nos luga­res del con­ti­nen­te euro­peo que lle­van el mis­mo nom­bre y habi­ta­dos por gen­te que nun­ca ha visi­ta­do la her­mo­sa ciu­dad de los canales.

Con­se­cuen­te­men­te, la cáma­ra del rea­li­za­dor enfo­ca un salón de belle­za ubi­ca­do en Zagreb, una aldea roma­na en don­de la can­ti­dad de ove­jas supera al núme­ro de habi­tan­tes, un vecin­da­rio ubi­ca­do en la peri­fe­ria de Ber­lín, un cen­tro comer­cial en Estam­bul, al pro­pio tiem­po que se asis­te a una pin­to­res­ca boda ubi­ca­da en un lugar no espe­ci­fi­ca­do de Euro­pa. Ilus­tran­do la mane­ra en que la real Vene­cia impac­ta en la ima­gi­na­ción de los pobla­do­res de otros rin­co­nes del vie­jo con­ti­nen­te que han adop­ta­do su nom­bre, Roma­ne­lli ofre­ce un curio­so film inte­gra­do por varia­das anéc­do­tas que se dejan ver aun­que sin tras­cen­der demasiado.

Jac­ques Audiard – Le ciné­ma à coeur (Fran­cia)

Pie­rre-Hen­ri Gibert es un reco­no­ci­do autor de docu­men­ta­les de arte que en mate­ria de cine lo ha demos­tra­do en los últi­mos años con Le scan­da­le Clou­zot (2017) sobre el rea­li­za­dor Hen­ri-Geor­ges Clou­zot, Luis Buñuel, la trans­gres­sion des rêves (2018) que fue pre­sen­ta­do en FIFADanie­lle Darrieux: Il est poli d’ê­tre gai (2019), Vol­ker Schlön­dorff, tam­bour bat­tant (2020) y final­men­te Jac­ques Audiard-Le ciné­ma à couer, el film que rea­li­za­do en 2021 ha sido selec­cio­na­do por el fes­ti­val para la pre­sen­te edi­ción. En el mis­mo el rea­li­za­dor abor­da la tra­yec­to­ria del cineas­ta fran­cés enfa­ti­zan­do el dis­tin­ti­vo esti­lo emplea­do en su valio­sa fil­mo­gra­fía inte­gra­da por 9 títulos.

Hijo del cono­ci­do cineas­ta y dia­lo­guis­ta Michel Audiard, a par­tir de la déca­da del 80 Jac­ques se vin­cu­la con el cine escri­bien­do guio­nes. Pero su gran vuel­co se pro­du­ce cuan­do en 1994 a los 42 años de edad rea­li­za su debut como direc­tor con Regar­dez les hom­mes tom­ber, una pelí­cu­la inter­pre­ta­da por Jean-Louis Trin­tig­nant y Mat­tieu Kas­so­vitz por la que obtu­vo el César a la mejor ópe­ra pri­ma y el Pre­mio Geor­ges Sadoul. Cier­ta­men­te el roda­je ejer­ció una con­si­de­ra­ble pre­sión sobre sus hom­bros, pero eso no lo disua­dió en seguir afe­rra­do al cine con su segun­do tra­ba­jo Un héros très dis­cret (1996) por el que fue pre­mia­do en Can­nes como mejor guio­nis­ta; en todo caso es con Sur mes lèvres (2001) que adquie­re reco­no­ci­mien­to inter­na­cio­nal como remar­ca­ble cineas­ta innovador.

Gibert ha logra­do entre­vis­tar a varias per­so­na­li­da­des que tuvie­ron y man­tie­nen vin­cu­la­ción con Audiard; es así que entre los par­ti­ci­pan­tes se encuen­tran Patrick Fos­sey ‑su gran ami­go de infan­cia- el pro­duc­tor Mar­co Cher­qui, el guio­nis­ta Alain Le Hen­ri, el com­po­si­tor Ale­xan­dre Des­plat y varios acto­res que actua­ron en sus pelí­cu­las tales como Niel Ares­trup, Emma­nue­lle Devos y Tahar Rahim, entre otros. Cada uno de los mis­mos apor­ta mati­ces de Audiard no muy cono­ci­dos que con­tri­bu­yen a real­zar el documental.

Ade­más de varios César reci­bi­dos en su fruc­tí­fe­ra carre­ra, el Fes­ti­val de Can­nes pre­mió a Un prophè­te (2009) con el Gran Pre­mio del Jura­do y a Dhee­pan (2015) con la codi­cia­da Pal­ma de Oro.

En esen­cia, esta pelí­cu­la cons­ti­tu­ye una bue­na explo­ra­ción de Audiard, un cineas­ta que inten­ta reno­var­se a sí mis­mo en cada pro­yec­to fíl­mi­co que enca­ra logran­do supe­rar los obs­tácu­los que pue­den inter­po­ner­se en su camino.