MADELEINE COLLINS. Francia-Bélgica-Suiza, 2021. Un film de Antoine Barraud. 106 minutos
La historia de una dama que adopta una doble identidad es lo que considera el realizador Antoine Barraud en un drama psicológico que no alcanza a satisfacer como debiera.
La premisa inicial es intrigante contemplando a Judith (Virginie Efira), una mujer de aproximadamente 40 años trabajando como traductora en Ginebra y viviendo con su compañero Abdel Soriano (Quim Gutiérrez) y la pequeña hija Ninon (Loïse Benguerel). Inmediatamente después se traslada a París para compartir el hogar con su marido Melvil Fauvet (Bruno Salomone), un reputado director musical, y los dos hijos del matrimonio.
Teniendo en cuenta el prólogo del relato, esa doble vivencia podría justificarse parcialmente a pesar de no ser plenamente convincente. Si bien hay ciertos aspectos del film que remiten a algunas obras de Claude Chabrol y Alfred Hitchcock, los secretos y las mentiras de las que la protagonista se vale para mantener su bigamia podrían cuajar si se tratara de una comedia o sátira, pero eso no ha sido la intención contenida en el guión del realizador escrito con Héléna Klotz. En consecuencia este drama realista tratando de describir la crisis existencial de su protagonista y su estado de confusión mental termina frustrando al espectador.
Para una audiencia complaciente, Madeleine Collins es una película que se deja ver pero que resulta difícil conmiserarse de su protagonista, a pesar de la intensa actuación de Efira quien se encuentra limitada por el endeble guión. Jorge Gutman