LES PASSAGERS DE LA NUIT /THE PASSENGERS OF THE NIGHT. Francia, 2021. Un film de Mikhaël Hers. 111 minutos
Sin estridencia ni grandilocuencia alguna, Mikhaël Hers ofrece un film intimista sobre las cosas simples y complicadas que afectan a dos mujeres tratando de encontrar la manera de encauzar su existencia.
El relato comienza el 10 de mayo de 1981 con la población de París volcada en las calles, celebrando con alegría el triunfo electoral de François Mitterand como Presidente de Francia en el inicio de una nueva era. De inmediato la acción se traslada a 1984 ubicándose en el departamento de Élisabeth (Charlotte Gainsbourg), una mujer de temprana mediana edad que no oculta su pena causada por el alejamiento de su marido; con todo no puede reprocharle como debiera teniendo en cuenta que él la cuidó solícitamente cuando fue objeto de una mastectomía a causa de un cáncer de pecho. No obstante recibir el incondicional apoyo de su anciano padre (Didier Sandre) y de sus dos hijos, el adolescente Matthias (Quito Rayon Richter) de 16 años y Judith (Megan Northam) algo mayor, la abandonada esposa se siente completamente inútil al cobrar conciencia de que toda su vida conyugal estuvo consagrada a desempeñarse exclusivamente como buena ama de casa.
Con el propósito de lograr un trabajo y mantenerse por sí misma Élisabeth contacta a Vanda Dorval (Emmanuelle Béart), la anfitriona del programa radial nocturno Les passagers de la nuit que ella sintoniza con frecuencia, a quien logra convencer para que le dé una oportunidad de empleo en la emisora; su tarea consiste en recibir telefónicamente el llamado de los oyentes insomnes que en medio de la noche están necesitados de procurar un consejo o ayuda. En ese devenir se presenta durante el programa Talulah (Noée Abita), una joven de 18 años, quien huyendo de una desafortunada relación familiar, está volcada a las drogas y deambula sin rumbo fijo. Compadecida de esta chica, Élisabeth le ofrece alojamiento en su hogar en el departamento parisino que habita con sus dos hijos.
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A través de pequeñas viñetas muy bien entrelazadas el guión del realizador compartido con Maud Ameline y Mariette Désert va ilustrando la evolución del núcleo familiar. Élizabeth encuentra confort en su trabajo radial donde tiene un encuentro sexual con uno de sus colegas (Laurent Poitrenaux); por su parte Matthias y Judith forjan un estrecho vínculo de amistad con Talulah, en donde el adolescente se enamora de ella; al cabo de un tiempo, Talulah deja el hogar al no haber podido dejar su drogadicción.
Cuatro años después el realizador enfoca la transformación emocional de Élizabeth quien además de su programa nocturno, trabaja medio tiempo en una biblioteca en la que llega a conocer a Hugo (Thibault Vinçon), un asiduo lector; con él encontrará la posibilidad de iniciar una nueva relación estable de pareja. Cuando inesperadamente Talulah regresa, Élizabeth nuevamente la admite en su hogar pero con la terminante condición de dejar definitivamente las drogas; es así que con esfuerzo la joven logra vencer su adicción, consigue trabajar en la boletería de un cine local y posteriormente actuar como extra en una película. Asimismo, Judith, ya independiente, invita a su madre y hermano a visitar su domicilio, en tanto que Matthias, convertido en un aspirante a escritor profesional, siguiendo muy enamorado de Talulah siente el desencanto al comprobar que ella solo lo considera como un muy buen hermano y amigo.
En el retrato de familia que Hers expone con magnífica solidez narrativa hay escenas conmovedoras y una que especialmente sobresale es cuando los cuatro integrantes del núcleo familiar bailan entrelazados al compás de una bella melodía compartiendo de este modo un instante de plena felicidad.
Destilando una singular melancolía, al ir evocando situaciones del pasado no siempre gratas, este drama soberbiamente construido deja una remarcable impresión en el ánimo del espectador. Resaltando la nobleza del ser humano, queda reflejada la manera en que el apoyo recibido de Vanda Dorval permitió a Élizabeth encontrar la fuerza necesaria para vislumbrar un futuro optimista y cómo ella a su vez lo ha retribuido a Talulah al haberle brindado la oportunidad de vislumbrar un rumbo positivo a su vida.
Además de la excelente realización e impecable guión, el film se valoriza por el magnífico desempeño de su elenco, sobre todo el de la veterana Charlotte Gainsbourg. Asimismo, en los factores técnicos se distinguen la esplendorosa fotografía de Sébastien Buchmann y el irreprochable montaje de Marion Monnier. Jorge Gutman