EN ATTENDANT BOJANGLES. Francia, 2022. Un film de Régis Roinsard. 124 minutos
Basado en el best seller de Olivier Bourdeaut publicado en 2016, el realizador Régis Roinsard en un guión coescrito con Romain Compingt ha trasladado a la pantalla En Attendant Bojangles.
Es difícil definir con precisión la naturaleza de este film que podría estar encuadrado como comedia ingenua y agridulce, una fantasía o posiblemente como un cuento mágico con visos de Peter Pan. Más allá de su catalogación, para apreciar esta película es importante dejarse llevar por su contenido en la medida que Roinsard ofrece un relato bien narrado y estupendamente interpretado.
Comenzando en 1958 con el bello panorama de la Costa Azul lo primero que se observa es el espíritu divertido que anima a Georges (Romain Duris) quien manifiesta su contagiable alegría de vivir en una fiesta rodeado de amigos; allí conoce a Camille (Virginie Efira), una excéntrica joven y de inmediato ambos experimentan el flechazo de cupido; al poco tiempo se casan y de esa unión nace Gary.
Nueve años después vemos a este núcleo familiar viviendo en una lujosa mansión de París en donde Camille y Georges no dejan de transmitir su considerable vitalidad oyendo música, bailando, bebiendo champagne e irradiando permanente optimismo en un comportamiento cuasi infantil; en tanto Gary (Solan Machado-Graner) con sus 9 años, comparte la dicha de sus padres, amparado por el gran amor que les prodiga. En ese utópico mundo de la pareja, Charles (Grégory Gadebois) es el gran amigo y mecenas que le financia su confortable nivel de vida.
La fantasía adquiere un tono melodramático cuando lentamente Camille es afectada por un intenso desorden de desregulación emocional por el que su conducta transita entre momentos de euforia y otros de manifiesta locura. Esto motiva a que sea internada en una clínica psiquiátrica, en tanto que Georges realiza lo imposible para mantener a su familia unida; así él comienza a inventar diferentes historias que le relata a su amada esposa con el propósito de hacerle más llevadera su bipolaridad.
Equilibrando alegría y tristeza Roinsard aporta un mágico relato que queda resaltado por la intensidad investida por Efira como la alocada y querendona mujer y Duris como el amante marido dispuesto a sacrificarlo todo por su mujer; ambos actores transmiten magníficamente la poética frescura de la novela original. No menos importante es la actuación de Machado-Graner quien se distingue como el pequeño chaval que guardando un inmenso cariño hacia sus padres no puede ocultar la pena causada por la enfermedad de su madre.
Técnicamente el film es impecable tanto por su esmerada fotografía, deslumbrante vestuario y remarcable diseño de producción reproduciendo satisfactoriamente los diversos escenarios en que transcurre la acción.
Sin llegar a un nivel excepcional, el film es lo suficientemente gratificante para merecer su visión. Jorge Gutman