Cruel Homi­ci­dio Racial

TILL. Esta­dos Uni­dos, 2022. Un film de Chi­non­ye Chuk­wu. 130 minutos

Nume­ro­sas his­to­rias sobre la dis­cri­mi­na­ción racial en Esta­dos Uni­dos han sido abor­da­das por el cine; sin embar­go nun­ca será sufi­cien­te para vol­ver a tra­tar­la para que esa gran man­cha his­tó­ri­ca del país ame­ri­cano no sea olvi­da­da, sobre todo por­que hoy día esa situa­ción aun­que menos inten­sa aún sub­sis­te. De allí que resul­ta bien­ve­ni­do el pro­yec­to de la rea­li­za­do­ra Chi­non­ye Chuk­wu en tras­la­dar a la pan­ta­lla el caso real del cruel ase­si­na­to racial de un mucha­cho afro­ame­ri­cano come­ti­do en Mis­sis­sip­pi hace casi 7 déca­das y la deno­da­da lucha de su madre para que se haga justicia.

Jalyn Hall y Danie­lle Deadwyler

El guión de la rea­li­za­do­ra com­par­ti­do con Michael Reilly y Keith Beau­champ trans­cu­rre en 1955 e intro­du­ce a Mamie Till Mogley (Danie­lle Deadwy­ler), una viu­da afro­ame­ri­ca­na cuyo mari­do murió diez años atrás duran­te la Segun­da Gue­rra. Vivien­do en Chica­go vuel­ca su inmen­so amor hacia su úni­co hijo Emmett Till (Jalyn Hall) de 14 años, siem­pre vivaz, son­rien­te y ale­gre. Tam­bién resi­den en Chica­go, su madre Alma (Whoo­pi Gold­berg), su padre John (Fran­kie Fai­son) y su novio Gene (Sean Patrick Tho­mas). Cuan­do Emmett se dis­po­ne a via­jar a Mis­sis­sip­pi para visi­tar a sus pri­mos Mamie lo alec­cio­na sobre cómo una per­so­na de color debe com­por­tar­se con la gen­te blan­ca ya que la inten­si­dad de la dis­cri­mi­na­ción racial allí vigen­te no tie­ne visos de com­pa­ra­ción con la de Chicago.

Des­pués del via­je en tren acom­pa­ña­do por su tío Moses (John Dou­glas Thom­pson) el mucha­cho se aco­mo­da con sus fami­lia­res en el lugar de des­tino y todo mar­cha sobre rie­les has­ta el fatí­di­co 24 de agos­to de 1955; ese día Emmett des­pués de haber entra­do en un peque­ño nego­cio de comes­ti­bles de la ciu­dad de Money y ser aten­di­do por su due­ña blan­ca Carolyn Bryant (Haley Ben­nett), al salir a la calle le diri­ge un ino­cen­te sil­bi­do que a ella le cau­sa gran indig­na­ción; ese atre­vi­mien­to moti­va a que días des­pués en mitad de la noche su mari­do Roy Bryant (Sean Michael Weber) y su her­ma­nas­tro JW. Milam (Eric Whit­ten) se diri­jan con vio­len­cia a la casa de los tíos de Emmett, lle­ván­do­se vio­len­ta­men­te al ado­les­cen­te; des­pués de haber sido bru­tal­men­te lin­cha­do el mucha­cho es ase­si­na­do y a los tres días se des­cu­bre su cadá­ver flo­tan­do en el río con su ros­tro com­ple­ta­men­te desfigurado.

Afor­tu­na­da­men­te la rea­li­za­do­ra no mues­tra deta­lles del cri­men para en cam­bio refle­jar el extre­ma­do dolor de Mamie al reci­bir la tris­te noti­cia y pos­te­rior­men­te al ser tras­la­da­do su cuer­po a Chica­go. Pero esta mujer no obs­tan­te su terri­ble gol­pe emo­cio­nal per­mi­ti­rá a los repor­te­ros grá­fi­cos foto­gra­fiar el cuer­po muti­la­do y la cabe­za des­fi­gu­ra­da de su hijo ubi­ca­do en el ataúd, a fin de que el vil homi­ci­dio reper­cu­ta públi­ca­men­te a tra­vés de la prensa.

La segun­da mitad del rela­to mues­tra el via­je de Mamie a Mis­sis­sip­pi acom­pa­ña­do de su padre para asis­tir al jui­cio al que serán some­ti­dos los acu­sa­dos del cri­men. Para ello la mujer reci­be la ayu­da del acti­vis­ta esta­dou­ni­den­se Med­gar Evers (Tosin Cole), una per­so­na que luchó deno­da­da­men­te con­tra la dis­cri­mi­na­ción racial; es él quien tra­ta­rá de pro­veer­le los tes­ti­gos nece­sa­rios que obser­va­ron el lin­cha­mien­to sufri­do por Emmett.

No es sor­pren­den­te que en un Esta­do arrai­ga­da­men­te racis­ta, la fal­sa decla­ra­ción de Carolyn Bryant mani­fes­tan­do de que Emmett tra­tó de apro­ve­char­se de ella, con­du­je­ra a que el vere­dic­to del juez blan­co haya exi­mi­do de cul­pa­bi­li­dad a los mal­he­cho­res. La des­na­tu­ra­li­za­ción de la jus­ti­cia que­da reafir­ma­da al leer en los cré­di­tos fina­les que en 1956 los homi­ci­das con­fe­sa­ron a una revis­ta el cri­men come­ti­do a pesar de que nun­ca han sido penalizados..

Rela­tan­do impe­ca­ble­men­te esta tra­ge­dia Chuk­wu ha rea­li­za­do un pon­de­ra­ble tra­ba­jo evi­tan­do todo tipo de gran­di­lo­cuen­cia. Su nota­ble expo­si­ción efec­tua­da con máxi­ma cla­ri­dad en una exce­len­te pues­ta escé­ni­ca que­da mag­ni­fi­ca­da por un remar­ca­ble elen­co en don­de se des­ta­ca la anto­ló­gi­ca actua­ción de Deadwy­ler. Esta gran actriz se ha pose­sio­na­do por com­ple­to de Mamie trans­mi­tien­do el dolor irre­pa­ra­ble de una madre cora­je con la for­ta­le­za y fir­me deter­mi­na­ción de denun­ciar a la nación lo acon­te­ci­do. No hay duda de que con su inter­pre­ta­ción, ella es una seria can­di­da­ta a la mejor inter­pre­ta­ción feme­ni­na en la com­pe­ten­cia del Oscar.

En con­clu­sión, este tris­te y con­mo­ve­dor dra­ma reúne todos los ele­men­tos nece­sa­rios para que reper­cu­ta hon­da­men­te en la audien­cia, sin haber recu­rri­do a gol­pes sen­sa­cio­na­lis­tas. Jor­ge Gutman