Una Admi­ra­ble Mujer

SIMO­NE: LE VOYA­GE DU SIĖ­CLE. Fran­cia, 2022. Un film escri­to y diri­gi­do por Oli­vier Dahan. 140 minutos

Des­pués de haber abor­da­do la per­so­na­li­dad de Edith Piaf en La Vie en Rose (2007) y la román­ti­ca vida de Gra­ce Kelly en Gra­ce of Móna­co (2014), el rea­li­za­dor Oli­vier Dahan enfo­ca aho­ra a una de las más remar­ca­bles muje­res del siglo pasa­do como lo ha sido Simo­ne Veil (1929 – 2017). Aun­que su rela­to está estruc­tu­ra­do de mane­ra no cro­no­ló­gi­ca y a veces asu­me un cri­te­rio didác­ti­co, el cineas­ta ha sido capaz de pro­fun­di­zar en los prin­ci­pa­les logros de esta excep­cio­nal política.

Elsa Zyl­bers­tein

En el perío­do cre­pus­cu­lar de su exis­ten­cia Simo­ne (Elsa Zyl­bers­tein) pasa revis­ta a su vida a tra­vés de lo que alber­ga en su memo­ria. Naci­da en Fran­cia como Simo­ne Jacob atra­ve­só una infan­cia feliz en Niza rodea­da de sus que­ri­dos padres judíos secu­la­res, un her­mano y dos her­ma­nas. Si bien la ocu­pa­ción de Ale­ma­nia en Fran­cia duran­te la gue­rra en un prin­ci­pio no afec­tó el sur del país, en 1944, al día siguien­te de haber con­clui­do los estu­dios secun­da­rios, la joven Simo­ne (Rebec­ca Mar­der) es arres­ta­da por los nazis y habien­do men­ti­do sobre su ver­da­de­ra edad evi­tó ser eje­cu­ta­da; es así que es depor­ta­da a Ausch­witz jun­to con su madre y her­ma­nas, en tan­to que su padre y her­mano son envia­dos a los paí­ses bál­ti­cos, sin haber­los vuel­to a ver. El sufri­mien­to expe­ri­men­ta­do en el cam­po de con­cen­tra­ción así como vien­do el cruel tra­ta­mien­to de que han sido obje­to sus pri­sio­ne­ros, deja­ron en Simo­ne una pro­fun­da hue­lla que deter­mi­na­ría los pasos a seguir en el futu­ro con el fir­me pro­pó­si­to de res­tau­rar la dig­ni­dad humana.

En un medio don­de los dere­chos de la mujer dis­ta­ban de igua­lar­se a los del hom­bre, una vez retor­na­da a París Simo­ne empren­de sus cur­sos uni­ver­si­ta­rios de leyes don­de cono­ce a Antoi­ne Veil (Mathieu Spi­no­si de joven y Oli­vier Gour­met en la edad madu­ra) con quien con­trae enla­ce en 1946. Una vez reci­bi­da de abo­ga­da se dedi­ca con ahin­co a defen­der la situa­ción de los pre­sos en cár­ce­les des­pro­vis­tas de las indis­pen­sa­bles medi­das sani­ta­rias. Pos­te­rior­men­te renun­cia a la abo­ga­cía y aprue­ba los exá­me­nes para gra­duar­se de magis­tra­da; en ese lap­so se preo­cu­pa de que se envia­ran a Fran­cia los pri­sio­ne­ros arge­li­nos del Fren­te de Libe­ra­ción Nacio­nal que eran obje­to de torturas.

Pro­si­guien­do cro­no­ló­gi­ca­men­te, Dahan resal­ta un momen­to fun­da­men­tal de su vida públi­ca cuan­do como Minis­tra de Salud defien­de ardien­te­men­te en la Asam­blea Nacio­nal la defen­sa de la mujer en su lucha para la des­pe­na­li­za­ción del abor­to; gra­cias a su inter­ven­ción se logra que Fran­cia san­cio­ne en enero de 1975 la ley que per­mi­te la inte­rrup­ción volun­ta­ria del emba­ra­zo. Otro paso des­ta­ca­ble es cuan­do como gran par­ti­da­ria de la Unión Euro­pea es ele­gi­da en 1979 Pre­si­den­ta del Par­la­men­to Euro­peo, car­go que desem­pe­ña­ría has­ta 1993.

Dahan ade­más de rese­ñar en su guión los aspec­tos fun­da­men­ta­les de su vida, al pro­pio tiem­po ofre­ce momen­tos de gran emo­ción. Entre los mis­mos se encuen­tra el gran dolor que Simo­ne sien­te cuan­do en un acci­den­te auto­mo­vi­lís­ti­co falle­ce su ado­ra­da her­ma­na Made­lei­ne (Judith Chem­la) con quien man­te­nía una inten­sa rela­ción fra­ter­nal. Otros momen­tos logra­dos del film con­cier­nen a su núcleo fami­liar quien como bue­na espo­sa y madre de 3 hijos hay ins­tan­cias de ten­sión cuan­do su devo­ta ocu­pa­ción pro­fe­sio­nal res­ta el tiem­po dis­po­ni­ble que los suyos qui­sie­ran estar con ella. No menos impor­tan­te es la emo­ción que el rela­to pro­por­cio­na en el encuen­tro de Simo­ne con uno de los enfer­mos de SIDA cuan­do esa enfer­me­dad arre­cia inten­sa­men­te en la déca­da del 90; asi­mis­mo es emo­ti­vo cuan­do la ancia­na Veil reme­mo­ra su via­je a Ausch­witz en 2005 en con­me­mo­ra­ción del sexa­gé­si­mo ani­ver­sa­rio de la libe­ra­ción de ese infa­me cam­po, en don­de ella pro­nun­cia un emo­ti­vo dis­cur­so en el que home­na­jea a las víctimas.

En una sobria rea­li­za­ción Dahan ofre­ce un digno tri­bu­to a una mujer que con­sa­gró su vida polí­ti­ca para defen­der los dere­chos huma­nos. Ese men­sa­je huma­nis­ta está muy bien trans­mi­ti­do por el cineas­ta y con­vin­cen­te­men­te inter­pre­ta­do por un elen­co enca­be­za­do por la vete­ra­na Elsa Zyl­bers­tein y Rebec­ca Mar­der. Al revi­vir la memo­ria colec­ti­va, el direc­tor ha per­mi­ti­do cono­cer más a fon­do la excep­cio­nal per­so­na­li­dad de Veil quien mode­ló en gran par­te la vida polí­ti­ca de su país. Jor­ge Gutman