Rela­to Autobiógráfico

Cró­ni­ca de Jor­ge Gutman

AT THE BEGIN­NING OF TIME: Autor: Ste­ve Galluc­cio — Direc­ción: Peter Hin­ton-Davis — Elen­co: Richard Jutras, Stephen Law­son, Michael Miran­da y Nadia Verruc­ci — Esce­no­gra­fía y Dise­ño de Ves­tua­rio: Michael Gian­fran­ces­co – Dise­ño de Ilu­mi­na­ción: Andrea Lundy — Dise­ño de Sonido:Troy Slo­cum – Asis­ten­te de Direc­ción: Adam Caprio­lo — Dura­ción: 95 minu­tos (sin entre­ac­to) — Repre­sen­ta­cio­nes: has­ta el 12 de mar­zo de 2023 en el Cen­taur Thea­tre (http://www.centaurtheatre.com)

El popu­lar dra­ma­tur­go Ste­ve Galluc­cio quien en 2001 alcan­zó noto­rie­dad con su cele­bra­da pie­za Mam­bo Ita­liano, que a su vez ha sido tras­la­da­da al cine retor­na aho­ra con esta obra que deci­di­da­men­te adquie­re un tono per­so­nal. La pie­za está ambien­ta­da en Mon­treal y sus per­so­na­jes per­te­ne­cen a la comu­ni­dad ita­lia­na de esta ciudad.

Richard Jutras y Nadia Verruc­ci (Foto: Andrée Lanthier)

El autor que nun­ca ocul­tó su orien­ta­ción sexual vuel­ve nue­va­men­te a mani­fes­tar­lo a tra­vés de un rela­to de fic­ción auto­bio­grá­fi­co. La his­to­ria gira en torno de Michael (Richard Jutras) ‑su alter ego- quien se halla hos­pi­ta­li­za­do debi­do a una peque­ña infec­ción renal. Es allí aten­di­do por Nelia (Nadia Verruc­ci) quien ama­ble­men­te sabe cómo tra­tar al pacien­te que se encuen­tra repo­san­do en su cama.

La acción cobra impul­so con la visi­ta que Michael reci­be de dos ami­gos de lar­ga data, Lou (Michael Miran­da) y Pat (Stephen Law­son), que al igual que él son homo­se­xua­les de apro­xi­ma­da­men­te 60 años.

Duran­te esa visi­ta se gene­ra un diá­lo­go en el que los tres pasan revis­ta a expe­rien­cias vivi­das en el pasa­do des­de que eran estu­dian­tes de la edu­ca­ción secun­da­ria has­ta el pre­sen­te; en esa inin­te­rrum­pi­da con­ver­sa­ción la memo­ria reme­mo­ra aspec­tos de sus pro­pias vidas en rela­ción con sus res­pec­ti­vas fami­lias y en gene­ral los momen­tos de ale­gría com­par­ti­dos como tam­bién los de tris­te­za vivi­dos indi­vi­dual­men­te por dife­ren­tes razo­nes. Así Michael no pue­de dejar de expre­sar su aflic­ción por el esta­do de demen­cia senil de su pare­ja, Lou expe­ri­men­ta enor­me pena por la muer­te de su que­ri­do com­pa­ñe­ro víc­ti­ma de un cán­cer y Pat, el más extra­ver­ti­do del trío, admi­te no haber sido capaz de lograr una esta­ble rela­ción sen­ti­men­tal duran­te su vida.

Michael Miran­da, Richard Jutras y Stephen Law­son (Foto: Andrée Lanthier)

Entre los tópi­cos con­si­de­ra­dos en la char­la man­te­ni­da no fal­ta el tema de lo que sig­ni­fi­ca ser gay en la actua­li­dad tenien­do en cuen­ta la homo­fo­bia y el racis­mo pre­va­le­cien­te en el mundo.

En líneas gene­ra­les, la obra trans­cu­rre entre situa­cio­nes de eufo­ria sal­pi­ca­das de cor­tan­te comi­ci­dad a tra­vés de chis­tes no muy refi­na­dos con otros momen­tos de intros­pec­ción en el que estos per­so­na­jes adquie­ren con­cien­cia del pau­la­tino enve­je­ci­mien­to. El rela­to no está exen­to de cier­ta ten­sión como cuan­do Pat crí­ti­ca seve­ra­men­te a Michael por sus inten­tos de ini­ciar una nue­va rela­ción sen­ti­men­tal; con todo, pre­va­le­ce el pro­fun­do sen­ti­mien­to de amis­tad, capaz de supe­rar cual­quier discordancia.

A tra­vés de la expo­si­ción rea­li­za­da, Galluc­cio tra­ta de exor­ci­zar sus demo­nios inter­nos admi­tien­do que aún en los momen­tos más trá­gi­cos de la vida es posi­ble avi­zo­rar un futu­ro más pro­mi­so­rio impul­san­do la nece­si­dad de seguir ade­lan­te y no doblegar.

Si bien que­da cla­ro el men­sa­je del autor, la narra­ción se tor­na dema­sia­do repe­ti­ti­va y eso moti­va a que la pie­za expe­ri­men­te un letar­go que ami­no­ra en par­te su inte­rés. De todos modos, a su favor cabe reco­no­cer la bue­na pues­ta escé­ni­ca del direc­tor Peter Hin­ton-Davis así como la irre­pro­cha­ble actua­ción del homo­gé­neo elenco.