Crónica de Jorge Gutman
PRAYER FOR THE FRENCH REPUBLIC. Autor: Joshua Marmon. Dirección: Lisa Rubin. Elenco: Ellen David, Eyall Galli, Madison Graves, Daniel Greenberg, Richard Jutras, Michael “Misha” Kreyzerman, Wade Lynch, Alex Poch-Goldin, Maurice Podbrey, Arielle Shiri y Felicia Shulman. Escenografía: Brian Dudkiewicz. Vestuario: Louise Bourret. Iluminación: Claude Accolas. Música y Composición de Sonido: Nick Burguess. Dirección Adjunta: Gabriela Saltiel Duración: 3 horas, incluyendo dos entreactos. Representaciones: Hasta el 14 de mayo de 2023 en la sala principal del Segal Centre (www.segalcentre.org)
Después de haber impresionado con Bad Jews en 2016, el Segal Centre presenta la nueva obra de Joshua Harmon reflejando las consecuencias y reacciones que produce el creciente antisemitismo imperante en Francia. Al hacerlo el autor ofrece una clara y objetiva visión de qué modo eso afecta la identidad judía, a través de dos familias de franceses judíos viviendo en períodos diferentes.
El intenso drama enfoca en 2016 a Marcelle Salomon Benhamou (Ellen David) cuyos ancestros de origen asquenazí habitaron Francia a través de varios siglos. Ella está casada con Charles Benhamou (Alex Poch-Goldin) que nacido en Argelia emigró desde niño con su familia sefardí cuando en la década del 60 se hizo difícil seguir residiendo allí.
El matrimonio tiene dos hijos: uno de ellos es Daniel (Daniel Greenberg) de 26 años, muy religioso y profesor de matemáticas en una escuela hebrea y Elodie (Arielle Shiri) de 28 años de volátil personalidad. Cuando la obra comienza Marcelle recibe a la joven Molly (Madison Graves), la hija de una prima suya, quien vive en Estados Unidos y visita Francia por un año para seguir estudios universitarios; es entonces que se produce el primer incidente cuando Daniel regresa al hogar ensangrentado al haber sido agredido por antisemitas que lo identificaron como judío por usar su kipá. Ese lamentable episodio unido a otros graves atentados que tuvieron lugar en los últimos años en París, motiva a que por razones de seguridad y protección Charles quiera dejar el país y fijar la residencia en Israel; sin embargo Marcelle se opone a la idea porque cree que sus raíces están en Francia. De esa discusión entre marido y mujer la obra presenta el primer tópico de sumo interés sobre lo que significa ser judío en Francia.
A todo ello, Molly que se considera judía agnóstica interroga a Daniel sobre cuál es la razón de su profunda convicción religiosa, pregunta a la que él no responde de manera concreta. He ahí otro de los subtemas planteados por el autor.
La pieza presenta el personaje de Patrick Salomon (Maurice Podbrey), hermano de Marcelle, quien es el narrador y además el puente que une a sus bisabuelos Adolphe Salomon (Wade Lynch) y su esposa Irma Salomon (Felicia Shulman). Ambos habitando un pequeño departamento parisino durante la ocupación alemana, milagrosamente se salvaron de ser arrestados pudiendo seguir manteniendo el negocio de los Pianos Salomon; si bien una de sus hijas vive en México, su hijo Lucien (Eyal Galli) no ha podido evitar en ser deportado y enviado a los campos de concentración en Polonia. Cuando la guerra concluye Adolphe e Irma sienten gran alegría cuando Lucien que ha logrado sobrevivir regresa al hogar junto con su primogénito Pierre (Michael “Misha” Krezerman) aunque no pueden ocultar el horror que les produce cuando él les relata la tragedia del holocausto. Ahora lo más importante es que Lucien pueda seguir manteniendo la empresa con la venta de pianos que después de la guerra se torna más difícil. Al volver a la época actual se contempla al anciano Pierre Salomon (Maurice Podbrey) cuyo hijo Patrick se hará cargo de él en la medida que su hermana y familia se trasladan a Israel.
La narrativa entre presente y pasado,converge armoniosamente y a través de la misma hay numerosos tópicos que se vinculan con el problema central del antisemitismo. A la referencia histórica de los judíos en Francia, se une el tema de que el odio visceral a esta comunidad surgió mucho antes que sus integrantes hayan sido tomados como chivos emisarios de la muerte de Cristo. No menos interesante es la discusión de si es conveniente vivir en el actual gobierno de Israel manteniendo y avanzando en la ocupación de territorios palestinos con las tensiones que eso produce sin que exista por ahora solución al problema. ¿Cuántas más atrocidades es posible que aguarden los judíos?
No obstante los divergentes puntos de vista de los personajes sobre cómo reaccionar frente al antisemitismo el autor resalta el gran milagro de que a pesar de los múltiples ataques sufridos, el pueblo judío ha subsistido a través de los milenios y es orgulloso de haber brindado al mundo entero insignes representantes como lo fueron, entre otros, Einstein, Kafka y Bernstein.
De lo que antecede hay varios subtemas de gran interés planteados en esta densa y conmovedora obra que mantiene permanente el interés de la audiencia a lo largo de sus tres horas de duración. Eso es debido al magnífico texto de Joshua Harmon, a la excelente puesta escénica de Lisa Rubin demostrando su fina sensibilidad para transmitir el mensaje de su autor y al remarcable elenco caracterizando con máxima autenticidad a los 11 personajes que la integran.
Dicho lo que antecede, el público asiste a una memorable experiencia teatral.