LE PARFUM VERT. Francia-Bélgica, 2022. Un film escrito y dirigido por Nicolas Parisier. 100 minutos
Aunque estrenado en la Quincena de Cineastas de Cannes 2022, Le Parfum Vert no reúne la suficiente calidad que se aguarda de un film invitado en la muestra paralela del prestigioso festival. Si bien el realizador Nicolas Parisier se distinguió con sus dos previos trabajos (Le grand jeu y Alice et le Maire), su tercer film carece de ingenio debido a su inverosímil guión.
La trama comienza en el prestigioso teatro estatal La Comedie Française de París donde antes de que se inicie la función teatral se aprecia que una misteriosa dama (Lucie Gallo) detrás del escenario realiza una maniobra que no se determina claramente en qué consiste. A los pocos minutos, en medio de la representación de la obra Ivanov de Chejov, Vlad (Pascal Rénéric), uno de sus intérpretes, se desvanece en escena y antes de morir por haber sido envenenado le susurra al oído de Martin Rémi (Vincent Lacoste), otro de los actores que está a su lado, las palabras “He sido asesinado…El perfume verde”. Curiosamente, cuando Martin sale a la calle es secuestrado por varios individuos que lo conducen a una suntuosa mansión y se enfrenta con Hartz (Rüdiger Vogler), un hombre maduro que forma parte de la misteriosa organización internacional Parfum Vert; la misma tiene como propósito sembrar la confusión global mediante campañas de desinformación a través del mundo. Sorprendentemente después de despertar por haber sido anestesiado Martin queda liberado.
Hasta aquí no queda claro el motivo del secuestro pero lo cierto es que Martin comprueba que es objeto de la persecución tanto de miembros de la organización mencionada como asimismo de la policía que sospecha que él fue el causante de la muerte de Vlad. En consecuencia, el inocente hombre decide investigar qué es lo que hay por detrás de lo que le está ocurriendo y dilucidar quén cometió el crimen. Por imperio de las circunstancias al visitar una librería conoce a Claire Mayer (Sandrine Kiberlain), una autora de ilustraciones gráficas que allí trabaja, que decide ayudarlo en su tarea detectivesca. Demás está decir que resulta completamente inexplicable admitir que ella deje su trabajo para embarcarse con un desconocido en una arriesgada aventura pero así lo quiere el guión.
Como consecuencia de lo que precede ambos viajan de París a Bruselas y posteriormente a Budapest donde cuentan con la ayuda de Louise (Léonie Simaga) quien es una agente que tiene como misión ubicar a la peligrosa organización. La historia alcanza su climax durante la representación de una obra de Pierre Corneille que tiene lugar en un teatro de la capital húngara.
Lo que se aprecia son escenas que sin explicación lógica tratan de crear un suspenso que en última instancia no llega a concretarse. Además el realizador añade a esta historia la nota romántica donde a través de confidencias mutuas Martin y Claire llegan a sentirse atraídos; eso es otro elemento que lamentablemente contribuye a trivializar el relato.
Aunque convencionalmente dirigida, Parisier no logra un thriller plausible. El elemento rescatable es la buena actuación de Kiberlain y Lacoste pero ellos no pueden eludir las situaciones inconcebibles a las que están sometidos por el endeble libreto del realizador. Jorge Gutman