Crónica de Jorge Gutman
Cerrar los Ojos (España-Argentina)
El célebre realizador Víctor Erice que ofreció títulos tan valiosos como El Espíritu de la Colmena (1973), El Sur (1983) y El Sol del Membrillo (1992), después de 31 años de ausencia retorna con este excepcional drama melancólico. Sin duda alguna el octogenario cineasta emerge más lúcido que nunca, permitiendo que el cinéfilo goce con la historia propuesta por él con la colaboración de Michel Gaztambide.
Las primeras imágenes del relato transcurren después de la Segunda Guerra en un majestuoso castillo ubicado en algún lugar no especificado de la Francia rural; allí está radicado su millonario propietario (Josep María Pou), un judío español refugiado que le solicita a un compatriota suyo (José Coronado) que trate de localizar y traer de retorno a su hija desaparecida en el conflicto bélico y que ahora se encuentra en Shanghái.
Para gran sorpresa del espectador, lo que hasta ese momento observó en la pantalla era la filmación de una película (La Mirada del Adiós) que en 1990 estaba dirigiendo el cineasta español Miguel Garay (Manolo Solo) y que no pudo concluirla porque repentinamente desapareció sin dejar huella alguna su protagonista Julio Arenas (José Coronado).
Con estos antecedentes la acción se desplaza a 2012 donde en un programa televisivo de gran audiencia titulado Casos sin Resolver, Garay es invitado para que suministre detalles de aquel proyecto malogrado y ofrezca algunos datos del actor desaparecido quien a su vez había sido su gran amigo. Ese programa motiva a que Garay, que después de su película inconclusa dejó de filmar y se desplazó a una aldea de pescadores de Andalucía para vivir, trate de investigar cuál ha sido el paradero de su amigo; entre algunos de sus contactos se encuentra el editor y archivista del film (Mario Pardo), una cantante amiga (Soledad Vilamil) que ha sido su amante como también de Arenas y Ana (Ana Torrent), la hija del desaparecido actor. Si bien su búsqueda en principio resulta infructuosa, una trabajadora social se comunica con la responsable del programa de televisión para brindar valiosa información sobre Arenas.
Aquí comienza la segunda y apasionante historia del relato que de manera alguna conviene divulgar, excepto mencionar que el cinéfilo quedará completamente concentrado con el desarrollo de los acontecimientos hasta culminar en un remarcable y conmovedor desenlace en donde la memoria y el olvido adquieren relevancia.
Con el sensacional elenco que Erice logró convocar cabe resaltar la hipnótica actuación de Solo así como la magnífica expresividad destilada por Coronado; asimismo para quienes aplaudieron en 1973 a la pequeña Ana Torrent de 7 años de edad en El Espíritu de la Colmena, resultará nostálgico y cautivante contemplar ahora a la veterana actriz, nuevamente de la mano del gran cineasta.
La magia del cine, tal como había sido concebida por los hermanos Auguste y Louis Lumière, ha sido maravillosamente revivida por Erice en esta remarcable película.
El Rapto (Argentina)
La directora Daniela Goggi, bien conocida por sus logros en Abzurdah /2015) y El Hilo Rojo (2016) enfoca ahora un drama histórico vivido en Argentina durante el proceso de transición de la democracia después de la. dictadura militar.
El guión de Goggi y Andrea Garrote está basado en la novela de Martin Sivak El Salto de Papá mostrando algunas de las graves anomalías existentes en los primeros años del período en que el esperanzado pueblo de Argentina comenzó a experimentar los vientos de libertad que asomaban tras la sangrienta represión vivida durante 7 años.
El comienzo es auspicioso reflejando la emoción de Julio Levy (Rodrigo de la Serna) y su familia retornando del exilio en 1983 para iniciar una nueva etapa de su vida en Buenos Aires. De inmediato Julio se reincorpora a la institución financiera familiar a cargo de su padre (Jorge Marrale) junto con la participación de su hermano Miguel (Germán Palacios).
El clima jubiloso es de corto alcance cuando Miguel sorpresivamente es secuestrado en la calle y a partir de allí Julio se encuentra en la difícil tarea de negociar con los secuestradores siguiendo las instrucciones recibidas. A pesar de la entrega de dinero requerida por los malhechores, su hermano no es liberado. Después de varias semanas sin noticias, Julio con su cuñada Alicia (Andrea Garrote) ‑la esposa de Miguel- solicitan una entrevista con el Presidente Alfonsín quien accede a la misma y empatizando con los visitantes, deriva el caso a la asesoría militar para que se ocupe del grave problema.
La situación se complica cuando se descubren algunas grietas de la incipiente democracia, al comprobarse que varios de los responsables del secuestro habían participado en la dictadura y que ahora directa o indirectamente están infiltrados en las esferas políticas del gobierno. Es así como la corrupción, intrigas, manoseos y traiciones van creando un asfixiante clima donde la democracia es puesta a prueba a pesar de las nobles intenciones del primer mandatario tratando de sobrellevar su gestión en la mejor forma posible.
Paralelamente a la situación reinante, el film reseña cómo el secuestro ha afectado a la familia de Julio, con especial referencia a su abnegada esposa Silvia (Julieta Zylberberg), como asimismo a la desesperada mujer de Miguel. En tal sentido, uno de los sustentos de este conmovedor drama descansa en su sólido elenco, especialmente agraciado por la excelente caracterización de Rodrigo de la Serna en el personaje protagónico.
Aunque el relato abunda en referencias de lo acontecido en el país sudamericano, la sólida dirección de Goggi permite que el film adquiera trascendencia internacional.
Copa 71 (Gran Bretaña)
No es necesario ser adicto al fútbol para apreciar este eficaz documental demostrando que este popularísimo deporte mundial no es atributo exclusivo del género masculino.
A través de importante material de archivo y de entrevistas realizadas a la hora actual, el film de Rachel Ramsay y James Erskine considera la celebración del campeonato mundial femenino que tuvo lugar en México en 1971. En esa época la práctica de este deporte realizado por mujeres no era bien mirado por el contexto social reinante. Esa limitación no solo alcanzaba a los familiares de las deportistas sino también a la FIFA (Federación Internacional de Fútbol Asociación) que de ninguna manera apoyaría ni reconocería un torneo mundial femenino.
Es la voz de Serena Williams quien en su comienzo introduce al espectador en la génesis de esta historia para posteriormente proseguir con el relato comentado por algunas de las mujeres que habían participado en el evento. Entre las mismas intervienen Elba Selva (Argentina), Nicole Mangas (Francia), Silvia Zaragoza y Elvira Aracén (México), Carol Wilson (Inglaterra), Elena Schiavo (Italia), Birte Kjems y Ann Stengard (Dinamarca) quienes comentan sus historias personales y los obstáculos que tuvieron que superar para concretar su vocación deportista; asimismo es de especial interés la contribución del historiador David Goldblatt efectuando una reseña del deporte a lo largo del siglo pasado.
Al propio tiempo gran parte del metraje expone los momentos más emocionantes de los partidos disputados por Argentina, Francia, México, Inglaterra, Italia y Dinamarca a partir del 15 de agosto de 1971. Este Campeonato Mundial Femenino culminó el 5 de septiembre con la asistencia de más de 100 mil personas en el Estadio Azteca de la Ciudad de México donde se realizó el electrizante encuentro de los jugadores de México y Dinamarca con el rotundo e indiscutido triunfo del equipo danés que fue galardonado con la célebre Copa.
La Copa 71 queda registrado como el más concurrido evento deportivo de la historia y tal como se aclara en los créditos finales su estatus de copa mundial aún no es reconocido por la FIFA, no obstante que hoy día el deporte de fútbol femenino es el de mayor crecimiento en el planeta.
En esencia, Erskine y Ramsay ofrecen con este ameno documental un cálido y justiciero homenaje a las mujeres que aman y practican el fútbol.
The Dead Don’t Hurt (México-Canadá-Dinamarca)
El apreciable género del western cobra nuevo aliento en esta producción filmada con sumo esmero por Viggo Mortensen quien además de realizador y guionista participa como actor.
La acción comienza en la frontera del oeste americano en los años 60 del siglo 19 donde el inmigrante danés Holger Olsen (Mortensen) sepulta a Vivienne Le Coudy (Vicky Krieps), su querida mujer franco canadiense que falleció de una enfermedad no especificada.
De inmediato la historia retrocede al pasado en donde se observa como Holger y su mujer llegaron a conocerse en San Francisco, surgiendo de inmediato una rápida comunicación y simpatía que motivó a unir sus vidas a pesar de que ella ha rehusado a casarse. Viviendo en un remoto y desolado sector de Nevada, como mujer independiente ella que solía vender flores consigue un empleo en la taberna local, en tanto que Holger se desempeña como carpintero.
La región tiene como alcalde a Rudolph Schiller (Danny Huston), un corrupto individuo vinculado con el poderoso terrateniente Alfred Jeffries (Garret Dillahunt) cuyo violento hijo Weston (Solly McLeod) se solaza matando a mexicanos sin motivo alguno.
La vida transcurre apaciblemente sin que nada perturbe la felicidad de la pareja hasta que al comenzar la guerra civil Holger decide enlistarse como voluntario en el ejército; si bien Vivianne no está de acuerdo con la decisión de su marido, ella evita interferir en la misma.
La situación se complica para Vivianne cuando estando sola rechaza terminantemente los avances amorosos de Weston quien finalmente la abate y viola salvajemente.
Cuando después de algunos años de ausencia Holger retorna al hogar, comprueba muy a su pesar que su mujer es madre de un niño. Aunque él acepta con nobleza el rol de padre para un hijo que no es suyo, no durará mucho el enfrentamiento que mantendrá con el villano Weston y cuyo resultado es obviamente predecible.
Sin llegar a niveles de excepción, la historia atrae por la entrañable y romántica relación de Vivienne y Holger, a pesar de algunas instancias de desacuerdo y obstáculos que deben superar. Con una buena realización, Mortensen se valió de un buen elenco en donde predomina la irreprochable actuación de Vicky Krieps. En los aspectos técnicos se destaca la muy buena fotografía de Marcel Zyskind otorgando al film un atractivo estilo visual.
A Normal Family (Corea del Sur)
Del renombrado realizador surcoreano Hur Jin-ho llega a la pantalla un inquietante relato imbuido de considerable connotación moral. Basado en la novela holandesa Het Diner (La Cena) de Herman Koch, la adaptación realizada por los guionistas Park Eun-kyo y Joon-seok configura un valioso aporte en la medida que el cineasta captó en toda su dimensión las vicisitudes producidas en el seno de dos familias que a despecho del título del film se apartan de los cánones normales.
La película comienza con un encolerizado incidente callejero que se produce entre dos conductores de autos en donde uno de ellos terminará muerto dejando en el vehículo a su hijita herida. El exitoso abogado criminalista Jae-wan (Sol Kyung-gu) asume la defensa del homicida en tanto que su hermano menor Jae-gyu (Jang Dong-gun) que es médico pediatra tiene a su cargo la operación de la niña gravemente maltrecha. De allí se van conociendo las personalidades de dos hermanos con principios éticos bien diferentes; así, mientras el legista sólo está interesado en el beneficio pecuniario que le provee su profesión sin importarle a quien tiene que defender, el médico en cambio antepone el saneamiento de sus pacientes como objetivo primordial sin que el dinero entre en juego.
Jae Wan con su joven esposa Ji-su (Claudia Kim) y Jae-gyu con su cónyuge Yeon-kyung (Kim Hee-ae) suelen reunirse con cierta frecuencia para cenar en suntuosos restaurantes manteniendo entre ellos una buena relación familiar. Eso se extiende también a la amistad reinante entre los primos adolescentes Si-ho (hijo de Jae-gyu) y Hye-yoon (hija de Jae-wan).
Si bien el relato está impregnado de varias situaciones violentas, la más contundente se produce cuando ambos adolescentes después de haber salido de una fiesta, a través de un brutal episodio con un hombre sin hogar que se encuentra en la calle le ocasionan su muerte y eso queda registrado en una cámara de video. Es ahí donde ese crimen motiva a que el relato cobre considerable dramaticidad en la medida que los respectivos padres adoptan posiciones drásticamente opuestas con respecto a cómo tratar esta tragedia. En tanto que Jae-gyu a toda costa quiere proteger a su hijo dejando de lado sus altos principios morales, Jae-wan posiblemente por un problema de conciencia está resuelto a denunciar a la policía el asesinato cometido por los adolescentes. En consecuencia, la relación de ambas familias se desintegran por completo generando un clima de máxima tensión que conduce a un desenlace que si bien puede ser objeto de discusión de todos modos resulta convincente tal como está expuesto.
Con una descripción minuciosa de sus personajes y adoptando un dinámico ritmo, Hur Jin-ho brinda un excelente film resaltando cómo la moralidad humana puede reflejar dispares sentimientos cuando entra en juego la protección de los hijos.
Without Air (Hungría)
Nuevamente en la sección Discovery del TIFF resulta gratificante descubrir a noveles cineastass como en este caso acontece con Katalin Moldovai quien en su primer largometraje demuestra poseer un sólido talento.
El guión de la realizadora y Zita Palóczi ubica la acción en una pequeña ciudad de Hungría presentando a Ana (Ágnes Krasznahorkai), profesora de literatura en la escuela Balassi de enseñanza media. A través de varios años de denodada labor se ha granjeado el respeto de Eva (Tünde Skovrán) que es la directora del establecimiento, de sus colegas y sobre todo del alumnado integrado por jóvenes de 17 años quienes han visto en ella a una precursora e inspiradora literaria mediante los textos leídos en clase, incluyendo las poesías. Como lo ha hecho en el pasado, después de una clase dedicada al poeta Arthur Rimbaud, Ana sugiere a los alumnos que vean el film de 1995 Total Eclipse de Agnieszka Holland, en donde se ilustra la relación amorosa mantenida entre Rimbaud y el poeta Paul Verlaine; sin duda alguna el propósito de la visión reside en su contenido poético y de ninguna manera en el vínculo sexual de estos poetas.
El conflicto dramático del relato se produce cuando el conservador padre de Viktor (Soma Sándor), uno de sus más destacados alumnos, observa a su hijo viendo el film; de manera impulsiva se dirige a la escuela aduciendo la inapropiada conducta de Anna por recomendar una película que puede corromper a los alumnos por su contenido homosexual. A partir de ese momento Ana se encuentra en un laberinto kafkiano sin imaginar cómo ese film llega a ser la causa de recibir una posible amonestación. Teniendo en cuenta que la escuela está por celebrar el sesquicentenario de su fundación y que el incidente producido pueda dañar su imagen con la posibilidad de no obtener subsidios financieros de la alcaldía, la directora no obstante tener una excelente opinión de la profesora, la sanciona con una reprimenda.
Ante semejante injusticia, Ana decide apelar la sentencia para que la misma sea anulada. Sin embargo, su actitud causa inusitado revuelo y para peor se agrava al alcanzar difusión pública. A través de la marginalización que va experimentando ella comprueba el pusilánime medio social que la rodea.
Sin caer en demagogia alguna, con este valiente y audaz film remarcablemente ejecutado la novel realizadora efectúa una clara denuncia de la intolerancia, cinismo, perversión y desinformación reinante así como la ausencia de una auténtica libertad de expresión.
Nota: Las fotos han sido suministradas por el TIFF