FNC 2023 (Ter­ce­ra Parte)

Cró­ni­ca de Jor­ge Gutman

He aquí otros tres comen­ta­rios de pelí­cu­las vis­tas en el Fes­ti­val du Nou­veau Ciné­ma (FNC) 

Per­di­dos en la Noche (Méxi­co-Paí­ses Bajos-Alemania)

Enmar­ca­do en el cli­ma vio­len­to don­de las des­apa­ri­cio­nes en Méxi­co no resul­tan epi­so­dios ais­la­dos, Amat Esca­lan­te en prin­ci­pio con­si­de­ra ese tema para pos­te­rior­men­te con­ver­tir­lo en un thri­ller sin mayor vuelo.

PER­DI­DOS EN LA NOCHE

La his­to­ria del rea­li­za­dor basa­da en su guión com­par­ti­do con su her­mano Mar­tin Esca­lan­te y Pau­li­na Men­do­za trans­cu­rre en un peque­ño pue­blo rural de Gua­na­jua­to don­de en su pró­lo­go se obser­va a un redu­ci­do núme­ro de acti­vis­tas pro­tes­tan­do con moti­vo del pro­yec­to de una explo­ta­ción mine­ra cana­dien­se que allí ten­drá lugar. En horas noc­tur­nas Palo­ma (Vicky Arai­co), una de las muje­res que habían par­ti­ci­pa­do en la asam­blea, es asal­ta­da bru­tal­men­te por cier­tos indi­vi­duos no identificados.

Tras una elip­sis, tres años des­pués el joven Emi­liano (Juan Daniel Gar­cia Tre­vino) que es el hijo de la mujer que había sido ata­ca­da, al no tener noti­cias de su madre des­apa­re­ci­da y sin reci­bir apo­yo por par­te de las auto­ri­da­des loca­les resuel­ve enca­rar el asun­to por su cuen­ta con la cola­bo­ra­ción de su novia Jaz­mín (María Fer­nan­da Oslo). A tra­vés de un dato pro­vis­to por un mori­bun­do poli­cía, Emi­liano logra emplear­se en el hogar de una influ­yen­te y adi­ne­ra­da fami­lia que estu­vo invo­lu­cra­da con las des­apa­ri­cio­nes; la mis­ma está inte­gra­da por Rigo (Fer­nan­do Boni­lla), un artis­ta con­cep­tual, su pare­ja Car­men (Bár­ba­ra Mori), una can­tan­te pop, y su hija Móni­ca (Ester Expó­si­to), con quien Emi­liano esta­ble­ce una espe­cial relación.

No con­vie­ne ade­lan­tar cómo cada uno de estos per­so­na­jes per­mi­ti­rá des­en­tra­ñar el mis­te­rio en torno de la suer­te corri­da por Palo­ma; pero lo cier­to es que el rela­to se nutre de una serie de situa­cio­nes que sin estar cla­ra­men­te cohe­sio­na­das son abor­da­das superficialmente.

En su inten­to de denun­ciar las falen­cias de un sis­te­ma judi­cial insu­fi­cien­te­men­te capa­ci­ta­do para resol­ver los innu­me­ra­bles casos de per­so­nas injus­ta­men­te borra­das del mapa, Esca­lan­te ofre­ce un dra­ma cri­mi­nal tibia­men­te acep­ta­ble que care­ce del vigor nece­sa­rio capaz de conmover.

Bet­ween Revo­lu­tions (Ruma­nia-Croa­cia-Qatar-Irán)

Com­pro­me­ti­do en temas de natu­ra­le­za polí­ti­ca y social, el rea­li­za­dor rumano Vlad Petri, bien recor­da­do por Whe­re are you, Bucha­rest? (2014), pre­sen­ta algo simi­lar en este híbri­do docu­men­tal refle­jan­do qué es lo que ha acon­te­ci­do cuan­do dos revo­lu­cio­nes popu­la­res cam­bia­ron el rum­bo polí­ti­co de Ruma­nia e Irán.

El argu­men­to está cen­tra­do en la rela­ción per­so­nal y pos­te­rior­men­te epis­to­lar exis­ten­te entre la ruma­na María y la ira­ní Zah­ra quie­nes en la déca­da del 70 ambas efec­tua­ron sus estu­dios en la Escue­la de Medi­ci­na de la Uni­ver­si­dad de Bucarest.

En ese enton­ces, Ruma­nia esta­ba gober­na­da por el repre­si­vo régi­men de Nico­lae Ceaușes­cu y cuan­do en 1978 se pro­du­ce la revo­lu­ción ira­ní con la fuga del sha Moham­mad Reza Pah­le­vi, Zah­ra retor­na a Irán alber­gan­do la espe­ran­za de vivir en un país dife­ren­te bajo un cli­ma más libe­ral. Es así que Maria envi­dia la situa­ción que acon­te­ce en Irán has­ta que en 1989 se pro­du­ce la caí­da de Ceau­ses­cu y en este caso ella se sola­za pen­san­do que ven­drán mejo­res tiempos.

A tra­vés de los años Zah­ra y María siguen comu­ni­ca­das median­te el inter­cam­bio de car­tas en las que que­da refle­ja­da la des­es­pe­ran­za de ambas; en un caso por la revo­lu­ción islá­mi­ca que tra­jo con­si­go un esta­do teo­crá­ti­co amor­da­zan­do la liber­tad de expre­sión y por el lado rumano la caí­da de su dic­ta­dor es reem­pla­za­da por gobier­nos incom­pe­ten­tes implan­tan­do un capi­ta­lis­mo de máxi­ma dureza.

Tan­to María como Zah­ra son per­so­na­jes fic­ti­cios y el con­te­ni­do de las car­tas está escri­to por Lavi­nia Bra­niş­te que es la auto­ra del guión com­par­ti­do con Petri. Lo más impor­tan­te es que la corres­pon­den­cia epis­to­lar sir­ve de excu­sa para refle­jar lo acon­te­ci­do entre las dos revo­lu­cio­nes de Irán y Ruma­nia y que están expues­tas en el valio­so mate­rial de archi­vo de los dos paí­ses duran­te los años 70 y 80 obte­ni­dos por el rea­li­za­dor. Si bien ambas revo­lu­cio­nes han sido dife­ren­tes, tie­nen en común el de haber decep­cio­na­do las expec­ta­ti­vas de la pobla­ción de lograr un cam­bio positivo.

Muy bien rea­li­za­do por Petri y agra­cia­do por su bue­na edi­ción efec­tua­da con la cola­bo­ra­ción de Dra­gos Ape­tri y Cata­lin Cris­tu­tiu se asis­te a un satis­fac­to­rio docu­men­to explo­ran­do los tur­bu­len­tos momen­tos del no muy lejano pasa­do his­tó­ri­co de Ruma­nia e Irán a tra­vés de la visión de dos ínti­mas amigas.

Retra­tos Fan­tas­mas (Bra­sil)

Retra­tan­do a su que­ri­da ciu­dad natal de Reci­fe y evi­den­cian­do su pasión por el cine en este docu­men­tal Kle­ber Men­do­nça Filho trans­por­ta al espec­ta­dor en un emo­ti­vo via­je hacia el pasa­do impreg­na­do de melancolía.

RETRA­TOS FANTASMAS

El rea­li­za­dor estruc­tu­ra su rela­to en tres par­tes. En la pri­me­ra se asis­te a la casa en don­de trans­cu­rrió su infan­cia, que adqui­ri­da por su madre his­to­ria­do­ra cuan­do se divor­ció de su padre fue obje­to de varias refor­mas des­pués de su muer­te en 1994; en ese hogar con­ver­ti­do en par­te en un set de fil­ma­ción es don­de él rodó más de una dece­na de cor­to­me­tra­jes y par­te de su exce­len­te pri­mer lar­go­me­tra­je O Som ao Redor (2012). Asi­mis­mo el cineas­ta nos hace cono­cer el vecin­da­rio y algu­nas vis­tas de Reci­fe inclu­yen­do un puen­te muy con­cu­rri­do que según pare­ce des­pren­de una varie­dad de olores.

Si bien resul­ta gra­to echar un vis­ta­zo a lo que hoy día es la moder­na ciu­dad que arqui­tec­tó­ni­ca­men­te está nutri­da de gran­des ras­ca­cie­los, lo más des­ta­ca­ble del docu­men­tal es lo que se ilus­tra en su segun­da y ter­ce­ra par­te que cons­ti­tu­ye un home­na­je a las salas de cine ya des­apa­re­ci­das. Las mis­mas esta­ban ubi­ca­das en el cen­tro de la ciu­dad que en la actua­li­dad está en deca­den­cia y sin el ful­gor y dina­mis­mo de anta­ño. Allí se encon­tra­ban los vie­jos cines don­de des­de los 13 has­ta los 25 años Men­do­nça Filho solía asis­tir varias veces por sema­na. Entre algu­nas de esas salas se halla­ba el cine Sāo Luiz que duran­te sus 70 años de exis­ten­cia fue visi­ta­do por 50 millo­nes de espectadores.

Otro mag­ní­fi­co cine ha sido el Art Palá­cio en don­de en un encuen­tro con el pro­yec­cio­nis­ta Ale­xan­dre (falle­ci­do en 2003), él reme­mo­ra cómo des­de su calu­ro­sa sala de pro­yec­ción sin aire acon­di­cio­na­do se pasa­ban algu­nos de los gran­des éxi­tos como lo ha sido El Padrino que se man­tu­vo 4 meses en car­tel; tam­bién el pro­yec­cio­nis­ta recuer­da que en cier­tas oca­sio­nes tuvo que lidiar con la cen­su­ra del gobierno mili­tar vigen­te en ese enton­ces; resul­ta con­mo­ve­dor cuan­do men­cio­na las lágri­mas sali­das de su ros­tro al cerrar­se defi­ni­ti­va­men­te sus puer­tas; sin duda esas esce­nas traen a la memo­ria el her­mo­so film Cine­ma Para­di­so de Gui­sep­pe Tor­na­to­re. Otro momen­to que des­ta­ca el cineas­ta ha sido la inau­gu­ra­ción en 1970 del lujo­so cine Vene­za con la pro­yec­ción de Air­port en don­de asis­tie­ron varias per­so­na­li­da­des del cine y el gober­na­dor de Pernambuco.

Ple­na nos­tal­gia pro­du­ce obser­var las mar­que­si­nas de los cines anun­cian­do Bar­ba­re­lla, Jaws y Hair, entre otros títu­los. Esas míti­cas salas que con­for­ma­ban una espe­cie de con­vi­ven­cia huma­na, son en algu­nos casos rui­nas gene­ra­das por la mudan­za urba­na que se pro­du­jo con el paso del tiem­po. En su seg­men­to final el docu­men­tal mues­tra cómo los edi­fi­cios de algu­nos cines han sido trans­for­ma­dos en igle­sias evangélicas.

Para lograr este retra­to de los fan­tas­mas de un bello pasa­do, el rea­li­za­dor se ha vali­do de su archi­vo per­so­nal, foto­gra­fías y clips de nume­ro­sos fil­mes inclu­yen­do algu­nos de su fil­mo­gra­fía y muy bien edi­ta­dos por Matheus Farias. En suma, a todas luces este es un remar­ca­ble docu­men­tal que sin reser­va algu­na ame­ri­ta su visión.