THE KILLER. Estados Unidos, 2023. Un film de David Fincher. 118 minutos
Teniendo en cuenta que a lo largo de su carrera David Fincher ha brindado notables películas como lo han sido entre otros títulos Seven (1995), Zodiac (2007) y The Social Network (2010), creó considerable expectativa su reciente film The Killer; sin embargo en este caso se está frente a un trabajo menor que aunque bien hecho no alcanza a suscitar gran entusiasmo.
La película guionizada por Andrew Kevin Walker que está basada en la serie homónima de novelas gráficas de Alexis Nolent e ilustrada por Luc Jacamon se centra en un asesino a sueldo.
En la primera escena se observa al sicario sin nombre (Michael Fassbender) en una oficina vacía de un edificio de París mientras se prepara para cumplir un trabajo encomendado. En tanto aguarda el momento de cumplir dicho encargo, monologa con una voz soporífera dando cuenta acerca de la naturaleza de su ocupación y los detalles que debe tener en consideración para no comprometer su labor con su vida personal. Después de largos 20 minutos, llega el momento de entrar en acción pero al hacerlo comete un error al no haber ejecutado a la persona asignada; su falta le resultará muy cara dado que su pareja (Sophie Charlotte) es brutalmente atacada.
De aquí en más, el asesino tratará de vengar a su amada tratando de localizar a quien o quienes han dado la orden de embestirla y quien cumplió esa tarea. Con información que logra recoger y cambiando continuamente de identidad se verá al asesino arribar a Santo Domingo saliendo al encuentro de un taxista local (Gabriel Polanco), proseguirá su viaje a New Orleans para encontrar al abogado (Charles Parnell) que le encomendó el trabajo como así también a su secretaria (Kerry O’Malley), continuará su derrotero a Florida, posteriormente a New York y luego a Chicago donde ubicará a una asesina rival (Tilda Swinton) para finamente llegar nuevamente a Santo Domingo.
No es preciso adelantar qué es lo que acontece con cada persona a la que él logra hallar sino simplemente señalar que a pesar de unas cuentas escenas de acción que generan cierta tensión, a la postre el relato se vuelve monotemático debido a un endeble guión; eso impide que se llegue a explorar como debiera la psicología del asesino, a diferencia de lo que Jean-Pierre Melville logró con una temática similar en su brillante film Le Samourai (1967) con Alain Delon.
Ciertamente la correcta realización de Fincher y la muy buena caracterización de Fassbinder del personaje protagónico permiten que el film pueda verse como un moderado entretenimiento a lo largo de sus casi dos horas, aunque sin que quede retenido en la memoria del espectador. Jorge Gutman