El Mila­gro de los Andes

LA SOCIE­DAD DE LA NIE­VE. Espa­ña-Uru­guay-Chi­le, 2023. Un film de Juan Anto­nio Bayo­na. 143 minu­tos. Dis­po­ni­ble en Netflix.

Dado a cono­cer como clau­su­ra del Fes­ti­val de Vene­cia de 2023, esta pelí­cu­la de J.A. Bayo­na es a todas luces excep­cio­nal. Su tema es la tra­ge­dia aérea acon­te­ci­da el 13 de octu­bre de 1972 cuan­do el vue­lo 571 de la fuer­za aérea de Uru­guay que par­tió de Mon­te­vi­deo con des­tino a San­tia­go de Chi­le lle­van­do con­si­go 45 pasa­je­ros y tres tri­pu­lan­tes se estre­lló en ple­na Cor­di­lle­ra de los Andes a 4000 metros de altu­ra. Si bien el des­gra­cia­do acon­te­ci­mien­to ya fue tra­ta­do por el cine en la pelí­cu­la mexi­ca­na de René Car­do­na Super­vi­vien­tes de los Andes (1976) y en el film Ali­ve (1993) de Frank Marshall, como tam­bién en varios docu­men­ta­les, lo cier­to es que Bayo­na obtie­ne con La Socie­dad de la Nie­ve, un dra­ma sus­tan­cial­men­te supe­rior que a pesar de ser de fic­ción adquie­re la rele­van­cia de un docu­men­tal dada la remar­ca­ble auten­ti­ci­dad y nivel de máxi­mo rea­lis­mo con que fue realizado.

Una esce­na del film

Para rese­ñar la catás­tro­fe y sus con­se­cuen­cias el direc­tor se ha basa­do en el libro homó­ni­mo de Pablo Vier­ci, publi­ca­do en 2009, don­de a su vez el autor se valió de las entre­vis­tas rea­li­za­das a los sobre­vi­vien­tes de la tra­ge­dia aérea como asi­mis­mo a sus fami­lia­res. Así la adap­ta­ción efec­tua­da por el cineas­ta con la cola­bo­ra­ción de Ber­nat Vila­pla­na, Jai­me Mar­ques y Nico­lás Casa­rie­go, sigue fiel­men­te al libro aun­que con cier­ta licen­cia acep­ta­ble en don­de Numa Tur­cat­ti (Enzo Vogrin­cic), uno de los inte­gran­tes del gru­po que no alcan­za a sobre­vi­vir ofi­cia de narrador.

El rela­to comien­za cuan­do un gru­po de jóve­nes depor­tis­tas del equi­po de rugby ama­teur del Old Chris­tians Club de Mon­te­vi­deo se apres­tan a par­tir a San­tia­go por un fin de sema­na para una serie de par­ti­dos que esta­ban pro­gra­ma­dos en dicha ciu­dad, don­de tam­bién via­jan algu­nos fami­lia­res y ami­gos. El buen esta­do de áni­mo y la des­preo­cu­pa­ción de los pasa­je­ros al comen­zar el vue­lo poco des­pués cede paso a la angus­tia cuan­do todo hace pre­su­mir que se ave­ci­na el desas­tre, lo que lamen­ta­ble­men­te acae­ce debi­do a un error del coman­dan­te de la nave. En la arre­ba­ta­do­ra y espe­luz­nan­te esce­na del acci­den­te fil­ma­da extra­or­di­na­ria­men­te por Bayo­na, falle­cen de inme­dia­to 12 pasa­je­ros, aun­que pos­te­rior­men­te sucum­bi­rán 17 adi­cio­na­les viajeros.

Con el correr de los días se obser­va cómo los sobre­vi­vien­tes están expues­tos al rigor del inten­so frío en medio de la nie­ve, usan­do como pre­ca­rio refu­gio los res­tos del fuse­la­je del avión. A todo ello resul­ta enco­mia­ble com­pro­bar la cama­ra­de­ría y la ayu­da mutua de los que se han sal­va­do fren­te a los seve­ros obs­tácu­los que se van produciendo.

Des­pués de haber trans­cu­rri­do poco más de una sema­na sin que haya seña­les de auxi­lio, el infor­tu­nio se acre­cien­ta en el gru­po vivien­te cuan­do a tra­vés de una radio a tran­sis­to­res se ente­ra que la misión de res­ca­te sus­pen­de la infruc­tuo­sa bús­que­da y que recién será reanu­da­da en los meses del pró­xi­mo verano. La situa­ción tien­de a agra­var­se cuan­do la comi­da se aca­ba y comien­za a sur­gir la idea por par­te de algu­nos de los miem­bros sobre­vi­vien­tes de uti­li­zar los cuer­pos de los falle­ci­dos ami­gos que­ri­dos como sus­ten­to alimenticio.

Con suma deli­ca­de­za el direc­tor abor­da el tema del cani­ba­lis­mo sin que exis­ta nin­gún ele­men­to efec­tis­ta que pro­duz­ca dis­gus­to, rese­ñan­do en cam­bio cómo aqué­llos que son cons­cien­tes de que les res­ta ape­nas minu­tos de vida sugie­ren a los res­tan­tes cama­ra­das que se apro­pien de sus cuer­pos para poder sobre­vi­vir. En tal sen­ti­do, Numa poco antes de morir deja escri­to en un papel “no hay amor más que­ri­do que el que da la vida por sus ami­gos”. Bayo­na asi­mis­mo brin­da otro momen­to de hon­da emo­ción y pro­fun­da espi­ri­tua­li­dad cuan­do el rug­bier Artu­ro Noguei­ra (Fer­nan­do Con­tin­gia­ni) de pro­fun­da fe cris­tia­na mani­fies­ta que cada uno de sus cama­ra­das repre­sen­ta con su huma­ni­dad al Dios de la montaña.

La odi­sea con­clu­ye cuan­do dos de los rug­bies, Nan­do Parra­do (Agus­tín Par­de­lla) y Rober­to Cane­sa (Matías Recalt), se aven­tu­ran a dejar a sus com­pa­ñe­ros para esca­lar la mon­ta­ña con direc­ción a Chi­le en pro­cu­ra de ayu­da; al lle­gar a un valle logran avi­zo­rar a un baqueano quien comu­ni­ca a las auto­ri­da­des ofi­cia­les de que hay per­so­nas que han logra­do sal­var­se del desas­tre aéreo. En con­se­cuen­cia el 22 de diciem­bre, des­pués de 72 días aza­ro­sos, la lle­ga­da de heli­cóp­te­ros de la fuer­za aérea de Chi­le per­mi­te el res­ca­te de los 16 sobrevivientes.

No obs­tan­te que lo que se ha dado en lla­mar “El Mila­gro de los Andes” ha logra­do reper­cu­sión inter­na­cio­nal y por lo tan­to bien cono­ci­do, Bayo­na ha logra­do una exce­len­te obra coral e inti­mis­ta capaz de gene­rar ten­sión y hon­da emo­ción man­te­nien­do la intri­ga has­ta su afor­tu­na­do des­en­la­ce. Para ello se ha vali­do de un equi­po de jóve­nes acto­res uru­gua­yos y argen­ti­nos que han ofre­ci­do máxi­ma auten­ti­ci­dad a sus res­pec­ti­vos per­so­na­jes; a los nom­bres ya men­cio­na­dos, cabe agre­gar entre otros a Este­ban Bigliar­di, Andy Pruss, Rafael Feder­man, San­tia­go Vaca Nar­va­ja, Feli­pe Gon­zá­lez Ota­ño, Este­ban Kuku­ricz­ka, Simón Hem­pe, Rafael Feder­man, y Tomás Wolf. El roda­je rea­li­za­do en la Sie­rra Neva­da de Espa­ña, cons­ti­tu­ye una mag­na proeza téc­ni­ca y que agra­cia­da por la estu­pen­da foto­gra­fía de Pedro Luque Brioz­zo logra sus­ci­tar admiración.

A tra­vés de la resi­lien­cia demos­tra­da por quie­nes deci­die­ron no clau­di­car y seguir afe­rra­dos a la espe­ran­za de sobre­vi­vir, esta exce­len­te pelí­cu­la de Bayo­na cons­ti­tu­ye un her­mo­so y emo­ti­vo can­to a la vida. Jor­ge Gutman