Hipó­cri­ta Fic­ción Americana

AME­RI­CAN FIC­TION. Esta­dos Uni­dos, 2023. Un film escri­to y diri­gi­do por Cord Jef­fer­son. 117 minutos

Con el favo­ra­ble ante­ce­den­te de haber logra­do éxi­tos tele­vi­si­vos Cord Jef­fer­son se ubi­ca por pri­me­ra vez detrás de la cáma­ra para diri­gir Ame­ri­can Fic­tion. Median­te una sáti­ra social com­bi­na­da con un melo­dra­ma fami­liar, el film gra­ta­men­te sor­pren­de por su mor­daz agudeza.

El novel cineas­ta adap­tó la nove­la Era­su­re del escri­tor esta­dou­ni­den­se Per­ci­val Eve­rett publi­ca­da en 2001 en la que su autor cri­ti­ca la mane­ra en que la indus­tria edi­to­rial de su país ofre­ce una ima­gen de la raza negra que la habi­ta, que al no ajus­tar­se a la estric­ta reali­dad gene­ra una hipó­cri­ta fic­ción americana.

Jef­frey Wright

En base a lo que pre­ce­de el guión de Jef­fer­son pre­sen­ta a The­lo­nious Elli­son (Jef­frey Wright) apo­da­do “Monk”,un res­pe­ta­do inte­lec­tual afro­ame­ri­cano, que ade­más es escri­tor y pro­fe­sor de lite­ra­tu­ra ingle­sa en una uni­ver­si­dad de Los Ánge­les. Su pro­pó­si­to es que de modo alguno su con­di­ción racial lo dis­tin­ga en los tra­ba­jos que efec­túa. Es así que su recien­te nove­la, den­sa­men­te filo­só­fi­ca, no resul­ta exi­to­sa en las libre­rías y según su agen­te Arthur (John Ortiz) eso se debe, según los comen­ta­rios crí­ti­cos, a que su con­te­ni­do no es lo sufi­cien­te­men­te “negro” para atraer a los lectores.

Dado que en esos momen­tos se rea­li­za un Fes­ti­val del Libro en Bos­ton al que Monk es invi­ta­do, su via­je le per­mi­te visi­tar a su núcleo fami­liar del cual se ha man­te­ni­do dis­tan­cia­do. Así es reci­bi­do por su esti­ma­da her­ma­na médi­ca Lisa, (Tra­cee Ellis Ross) que jun­to a la entra­ña­ble emplea­da domés­ti­ca Lorrai­ne (Myra Lucre­tia Tay­lor) cui­dan de su madre Agnes (Les­lie Uggams), afec­ta­da de Alzhei­mer .Con un padre falle­ci­do que no fue con­si­de­ra­do con los suyos, el res­tan­te miem­bro de la fami­lia es su her­mano Cliff (Ster­ling K. Brown), un hom­bre gay que estan­do casa­do lle­va una doble vida por lo cual Monk lo resien­te. Mien­tras tan­to, en el trans­cur­so del fes­ti­val gran­de es su sor­pre­sa cuan­do se impo­ne del extra­or­di­na­rio éxi­to obte­ni­do por la escri­to­ra negra Sin­ta­ra Gol­den (Issa Rae) con su nove­la “We’s lives in Da Ghet­to”.pla­ga­da de este­reo­ti­pos sobre la mujer afroamericana.

En tan­to un dra­ma acon­te­ci­do en su fami­lia obli­ga a que Monk per­ma­nez­ca en Mas­sa­chu­setts como así tam­bién le per­mi­te afian­zar la rela­ción sen­ti­men­tal que emer­ge con Cora­li­ne (Eri­ka Ale­xan­der), una veci­na de la fami­lia. A fin de poder sufra­gar los cos­tos que insu­me la enfer­me­dad de su madre en la medi­da que la ubi­ca en una resi­den­cia espe­cia­li­za­da para su mejor aten­ción, el escri­tor deci­de comen­zar una nue­va nove­la en la que habrá de recu­rrir a todos los cli­sés de la comu­ni­dad negra de su país; para ello comu­ni­ca a su agen­te que para ocul­tar su iden­ti­dad uti­li­za­rá el seu­dó­ni­mo Stagg R. Leigh; así sur­ge la nove­la “My Pafo­logy”.que habien­do sido some­ti­da a una edi­to­rial, su publi­ca­ción logra un des­co­mu­nal suce­so; pron­ta­men­te un pro­duc­tor de Holly­wood (Adam Brody) lo invi­ta a que escri­ba un guión para su tras­la­do cinematográfico.

Aun­que el con­flic­to fami­liar no siem­pre se inser­ta por com­ple­to con la crí­ti­ca social, el film logra que el públi­co empa­ti­ce con el pro­ble­ma de con­cien­cia que atra­vie­sa el van­guar­dis­ta escri­tor al tener que sacri­fi­car sus idea­les. Para un ser humano reco­no­ci­do y acla­ma­do como Stagg R. Leigh pero no con­si­de­ra­do como The­lo­nious Ell­son, resul­ta frus­tran­te tener que ceder a la pre­sión de los edi­to­res de des­cri­bir a la raza negra sumi­da en la escla­vi­tud, la pobre­za, la fal­ta de cul­tu­ra, la adic­ción a las dro­gas o bien envuel­ta en la vio­len­cia gangs­te­ril, dejan­do de lado el aspec­to humano, la gene­ro­si­dad y la soli­da­ri­dad como vir­tu­des que tra­sun­tan igual­men­te en la pobla­ción blanca.

Ante­po­nien­do la come­dia al dra­ma, tan­to la satis­fac­to­ria direc­ción de Jef­fer­son como el apor­te de un sóli­do elen­co enca­be­za­do por Wright, per­mi­ten que se dis­fru­te de un gra­to entre­te­ni­mien­to de carác­ter social que con­du­ce a un des­en­la­ce suma­men­te inge­nio­so que no con­vie­ne deve­lar. Jor­ge Gutman