La Aman­te de Louis XV

JEAN­NE DU BARRY. Fran­cia, 2023. Un film de Maï­wenn. 116 minutos

Pre­sen­ta­do como film de aper­tu­ra en el Fes­ti­val de Can­nes de 2023, el mis­mo ha sido reci­bi­do con crí­ti­cas poco hala­güe­ñas. Aun­que Jean­ne Du Barry dis­ta de ser una obra remar­ca­ble y a todas luces infe­rior a Marie Antoi­net­te (2006) de Sofia Cop­po­la como dra­ma his­tó­ri­co, esta pelí­cu­la de Maï­wenn que igual­men­te pro­ta­go­ni­za, no mere­ce ser descartada.

Maï­wenn

El rela­to guio­ni­za­do por la rea­li­za­do­ra con Teddy Lus­si-Modes­te y Nico­las Livec­chi y comen­ta­do a tra­vés de la voz de un monó­tono narra­dor (Sta­nis­las Sta­nic) se cen­tra en la vida de Jean­ne (Maï­wenn) a par­tir de su infan­cia en Vau­cou­leurs, una comu­na al nor­des­te de Fran­cia; como ile­gí­ti­ma hija de una coci­ne­ra y un frai­le. A pesar de su ori­gen humil­de pudo reci­bir una bue­na edu­ca­ción en el hogar de un matri­mo­nio aris­to­crá­ti­co don­de su madre mono­pa­ren­tal tra­ba­ja­ba. Gran aman­te de la lec­tu­ra, des­pués de haber vivi­do un cor­to perío­do en un con­ven­to don­de fue obje­ta­da y pos­te­rior­men­te recha­za­da por los libros eró­ti­cos que leía, con su madre se tras­la­da a París. No tar­da mucho para que Jean­ne, con su cul­tu­ra e inte­li­gen­cia ade­más de su poder de seduc­ción, logre con­ver­tir­se en una hábil liber­ti­na. Ella con­si­gue tras­pa­sar las barre­ras de cla­se cuan­do el con­de Jean du Barry (Mel­vil Pou­paud) es con­quis­ta­do por su encan­to y lue­go de ser su aman­te la des­po­sa, a cam­bio de hacer­le par­ti­ci­par con los ingre­sos que obten­drá como cortesana.

La suer­te de Jean­ne cam­bia­rá por com­ple­to cuan­do el Duque Riche­lieu (Pie­rre Richard), ami­go del con­de, le soli­ci­ta que ella conoz­ca al rey Louis XV. Des­pués de haber sido revi­sa­da y apro­ba­da gine­co­ló­gi­ca­men­te, es ins­trui­da acer­ca de las for­ma­li­da­des que debe guar­dar fren­te al rey (Johnny Depp). Satis­fa­cien­do los ape­ti­tos sexua­les del sobe­rano, sur­ge un inten­so amor entre ambos, lo que moti­va a que ella resi­da de allí en más en el Pala­cio de Ver­sa­lles, como su aman­te preferida.

La pre­sen­cia de la con­de­sa du Barry escan­da­li­za a las tres hijas del rey (Suzan­ne De Baec­que, Capu­ci­ne Val­mary, Lau­ra Le Velly) y a los miem­bros de la cor­te de Ver­sa­lles que no la tole­ran como ple­be­ya y hacen lo posi­ble para no disi­mu­lar su des­agra­do, sobre todo por­que ella pasa por alto las for­ma­li­da­des del Pala­cio; a su favor Jean­ne cuen­ta con la sim­pa­tía de La Bor­de (Ben­ja­min Lavernhe), el valet de cáma­ra del rey, la de Adolphe (Thi­bault Bonen­fant), el hijo de du Barry, así como la del del­fín Louis (Die­go Le Fur), futu­ro Louis XVI. El rela­to cobra un cli­ma de ten­sión con el arri­bo de la joven aus­tría­ca Marie Antoi­net­te (Pau­li­ne Pollm­man) de Aus­tria para casar­se con el hijo del rey, a fin de inten­si­fi­car polí­ti­ca­men­te las rela­cio­nes de Fran­cia con Aus­tria; con todo Jean­ne que­da satis­fe­cha cuan­do la recién lle­ga­da le diri­ge la pala­bra demos­trán­do­le así su res­pe­to. La favo­ri­ta del rey cae­rá en des­gra­cia con la muer­te de Louis XV y pos­te­rior­men­te cuan­do con la lle­ga­da de Revo­lu­ción Fran­ce­sa es acu­sa­da de trai­ción y sen­ten­cia­da a morir gui­llo­ti­na­da en 1793.

Glo­bal­men­te con­si­de­ra­do, este es un con­ve­nien­te dra­ma de épo­ca bien rea­li­za­do aun­que sin sus­ci­tar mayor emo­ción. Mai­wenn se defien­de como actriz, en tan­to que la actua­ción de Johnny Deep resul­ta apá­ti­ca como asi­mis­mo des­di­bu­ja­do el víncu­lo román­ti­co que la une a Jean­ne; el res­to del repar­to se desem­pe­ña correc­ta­men­te, en don­de neta­men­te se dis­tin­gue Ben­ja­min Lavernhe.

Dicho lo que pre­ce­de, lo más des­ta­ca­ble del film es el exce­len­te des­plie­gue de pro­duc­ción resal­tan­do su esplen­dor visual, la exce­len­te repro­duc­ción de épo­ca, el impo­nen­te Pala­cio de Ver­sa­lles con sus habi­ta­cio­nes y lám­pa­ras y en espe­cial el sun­tuo­so ves­tua­rio. Jor­ge Gutman