El Rey de la Músi­ca Reggae

BOB MAR­LEY: ONE LOVE. Esta­dos Uni­dos, 2024. Un film de Rei­nal­do Mar­cus Green

Con una con­si­de­ra­ble pro­mo­ción de por medio, creó expec­ta­ti­va el estreno de Bob Mar­ley: One Love, cen­tra­do en el emble­má­ti­co com­po­si­tor, gui­ta­rris­ta y can­tan­te de la músi­ca reg­gae. No obs­tan­te que Mar­ley ha sido un revo­lu­cio­na­rio en tal géne­ro, el film de Rei­nal­do Mar­cus Green dis­ta de ser­lo en la medi­da que enfo­can­do un bre­ve perío­do de su vida, su sim­plis­ta rea­li­za­ción no lle­ga a conformar.

Kings­ley Ben-Adir

El rela­to basa­do en el guión del rea­li­za­dor con Teren­ce Win­ter, Frank E. Flo­wers y Zach Bay­lin comien­za en Jamai­ca en 1976, poco más de una déca­da des­de que el país logró su inde­pen­den­cia; no obs­tan­te en ese año las inmi­nen­tes elec­cio­nes inten­si­fi­can la agre­si­vi­dad de los par­ti­dos polí­ti­cos anta­gó­ni­cos crean­do una cli­ma de vio­len­cia inusi­ta­da. Es asi que Mar­ley (Kings­ley Ben-Adir) de 31 años de edad, imbui­do de un gran amor a su tie­rra natal y ya con­si­de­ra­do allí como un céle­bre artis­ta, deci­de ofre­cer un con­cier­to en Kings­ton que per­mi­ta a tra­vés de su arte unir al país; sin embar­go, pocos días antes del pla­nea­do even­to Smi­le Jamai­ca él y su espo­sa Rita (Lasha­na Lynch) son obje­to de un inten­to de ase­si­na­to que los dejan heri­dos; es así que Mar­ley deci­de exi­lar­se de Jamai­ca y enfi­lar hacia Lon­dres, envian­do a su seño­ra e hijos a Esta­dos Uni­dos has­ta que los ten­sos dis­tur­bios de su país se atenúen.

Ya en la capi­tal ingle­sa, habien­do sido ins­pi­ra­do por la músi­ca de Ernest Gold del film Exodus (1960) el artis­ta lide­ran­do su ban­da musi­cal The Wai­lers comien­za los pre­pa­ra­ti­vos de su álbum Exodus, cier­ta­men­te el más famo­so de todos los regis­tros edi­ta­dos, que lo con­sa­gra a nivel inter­na­cio­nal, a su vez rati­fi­ca­do en los con­cier­tos ofre­ci­dos duran­te su gira euro­pea. En 1978 vuel­ve a Jamai­ca para ofre­cer con su ban­da el céle­bre con­cier­to One Love Pea­ce que per­mi­tió pro­mo­ver la recon­ci­lia­ción nacional.

Lo expues­to por el rea­li­za­dor es narra­do de mane­ra frag­men­ta­ria sin que sus­ci­te mayor emo­ción; así, por ejem­plo, el cán­cer a la piel que comen­zó afec­tar a Mar­ley en 1977 y que pos­te­rior­men­te se inten­si­fi­có es mos­tra­do pero sin lle­gar a con­mo­ver como debiera.

El film ofre­ce una sem­blan­za muy lige­ra del emble­má­ti­co artis­ta don­de; en fuga­ces flash­backs se sabe que su padre era blan­co, con quien no tuvo mucho con­tac­to, y que su madre era afro-jamai­ca­na; pero no exis­te expli­ca­ción algu­na de cómo sur­gió su pasión por la música.

De su vida per­so­nal poco es lo que se mues­tra acer­ca de los pro­ble­mas que lo afec­tan; en tal sen­ti­do el film ilus­tra la abne­ga­ción de Rita por su espo­so aun­que a su vez ella se irri­ta fren­te a los affai­res don­jua­nes­cos de Bob y por las con­se­cuen­cias que aca­rrea su cele­bri­dad. Tam­po­co hay mayor alu­sión a la rela­ción man­te­ni­da con sus nume­ro­sos hijos como asi­mis­mo a su for­ma­ción espiritual.

A su favor, el film se bene­fi­cia por brin­dar extrac­tos de algu­nos de los temas más céle­bres del com­po­si­tor, tales como Three Little Birds, One Love, Redem­ption Song, No Woman No Cry, entre otros. Igual­men­te es des­ta­ca­ble la carac­te­ri­za­ción logra­da por Ben-Adir de la emble­má­ti­ca per­so­na­li­dad de Mar­ley, como asi­mis­mo Lynch ofre­ce com­ple­ta con­vic­ción dan­do vida a su espo­sa, a pesar de que su per­so­na­je no está sufi­cien­te­men­te desa­rro­lla­do. Entre el elen­co de apo­yo se des­ta­ca James Nor­ton ani­man­do a Chris Black­well, el fun­da­dor de Island Records que edi­tó el icó­ni­co álbum Exodus.

Que­da como balan­ce una des­tem­pla­da rese­ña del talen­to­so Mar­ley, quien sin duda es mere­ce­dor de un film más ambi­cio­so que el pre­sen­te. Jor­ge Gutman