LUCY GRIZZLI SOPHIE. Canadá, 2024. Un film de Anne Émond. 89 minutos
Basado en la pieza teatral La Meute dada a conocer en 2018, este quinto trabajo de la realizadora Anne Émond se vale del guión de la dramaturga y actriz Catherine-Anne Toupin para narrar una historia perturbadora que trata de adoptar el tono de drama psicológico.
El relato presenta a Sophie (Toupin), una mujer de 45 años de edad que en estado de pánico y conduciendo un suntuoso coche en la carretera, encuentra finalmente refugio en una casa ubicada en una región aislada y próxima a un lago, que se halla a cientos de kilómetros de Montreal. Allí es recibida por Martin (Guillaume Cyr), un gordinflón de 35 años que es el sobrino de la propietaria Louise (Lise Roy). A partir de allí, teniendo en cuenta que la tía se ausenta, se genera entre la huésped y Martin una compleja y alocada relación que aparentemente se convierte en amistad; así no faltará el consumo de alcohol, algunos baños desnudos en el lago y el intercambio de confidencias donde se sabe que Sophie ha perdido su empleo en Montreal como él también fue despedido del puesto que tenía.
Repentinamente, la complicidad de estos dos personajes adopta un giro inesperado, donde nada de lo visto hasta ese momento condice con lo que se presencia después y que por razones obvias de modo alguno conviene revelar. A todas luces, la intención de la autora es ofrecer un thriller psicológico con reminiscencias del notable suspenso que Hitchcock supo ofrecer en sus filmes. Sin embargo, en el caso de esta historia, la intriga no adquiere vuelo porque lo que se aprecia en la segunda parte del relato no guarda cohesión con lo visto precedentemente.
La intención de Lucy Grizzli Sophie es ilustrar críticamente un tema actual y decididamente grave cómo es el de la ciber violencia ejercida contra inocentes personas a través de las redes sociales; sin embargo el modo en que este grave problema es expuesto por la cineasta no llega a satisfacer. A su favor, el film se beneficia con las remarcables prestaciones de Toupin- que no resulta extraño dado que es la autora del relato- y la de Cyr, además de estar agraciado por la la impecable fotografía de Olivier Gossot. Jorge Gutman