Cor­to­me­tra­jes de Docu­men­ta­les Nomi­na­dos al Oscar

Cró­ni­ca de Jor­ge Gutman

1. Nai Nai & Wai Pó (Esta­dos Undos) 17 minutos

A tra­vés de una his­to­ria mul­ti­ge­ne­ra­cio­nal el direc­tor ame­ri­cano de ori­gen tai­wa­nés Sean Wang rin­de tri­bu­to a sus que­ri­das abue­las mater­na y pater­na. Así, el rea­li­za­dor enfo­ca a Yi Yan Fuei de 94 años y Zhang Li Hua de 83 años, apo­da­das Nai Nai y Wai Pó, quie­nes refle­jan el vivaz espí­ri­tu que las ani­ma y la ter­nu­ra que ema­na entre ellas. En el día a día de su exis­ten­cia, ellas se entre­tie­nen can­tan­do, bai­lan­do, bro­mean­do, pasan­do revis­ta a su pasa­do a tra­vés de un álbum de foto­gra­fías de fami­lia y ade­más hacien­do ejer­ci­cios para man­te­ner la bue­na salud. Aun­que muchas de sus amis­ta­des ya no están más, ellas no temen la muer­te tra­tan­do de apro­ve­char lo más que pue­den mien­tras sigan vivas. En suma, estas sim­pá­ti­cas ancia­nas sumi­nis­tran una bue­na lec­ción al demos­trar que aún en la eta­pa de la vejez es fac­ti­ble dis­fru­tar de la vida.

2. The ABCs of Book Ban­ning (Esta­dos Uni­dos) 27 minutos

Las direc­to­ras Shei­la Nevins, Trish Adle­sic y Naze­net Hab­tezghi efec­túan una seve­ra crí­ti­ca a la prohi­bi­ción de libros que rige en algu­nos dis­tri­tos esco­la­res de Esta­dos Uni­dos. En tal sen­ti­do es elo­cuen­te el comien­zo de este cor­to­me­tra­je don­de Gra­ce Linn, la escri­to­ra e ilus­tra­do­ra de libros infan­ti­les, efec­túa una con­tun­den­te pro­tes­ta en una escue­la de Flo­ri­da acer­ca de esta lamen­ta­ble interdicción.

THE ABCs OF BOOK BANNING

Según su esti­ma, en años recien­tes más de 6000 libros han sido remo­vi­dos de las biblio­te­cas y salas de lec­tu­ra cara­tu­la­dos como “prohi­bi­dos”, “res­trin­gi­dos” y “desa­fia­dos”. Lo más dra­má­ti­co resi­de en la selec­ción lite­ra­ria que es obje­to de seme­jan­te dis­cri­mi­na­ción; así, la temá­ti­ca no con­si­de­ra­da apta para los lec­to­res gira en torno de la dife­ren­te orien­ta­ción sexual, la iden­ti­dad gené­ri­ca, el movi­mien­to de los dere­chos cívi­cos, el empo­de­ra­mien­to feme­nino, como asi­mis­mo temas vin­cu­la­dos con el Holo­caus­to. Eso con­du­ce a que los jóve­nes alum­nos en edad de for­ma­ción y las futu­ras gene­ra­cio­nes de estu­dian­tes igno­ren lo que real­men­te afec­ta a la huma­ni­dad. Aun­que la drás­ti­ca medi­da es imple­men­ta­da en una trein­te­na de esta­dos ame­ri­ca­nos, el de Flo­ri­da es el más into­le­ran­te y regre­si­vo en la materia.

El docu­men­tal está nutri­do con el comen­ta­rio de niños de edad esco­lar quie­nes mani­fies­tan su inquie­tud al res­pec­to a la vez que expre­san su deseo de tener acce­so a los libros sin res­tric­ción alguna.

En suma, éste es un film rele­van­te, capaz de des­per­tar la aten­ción del espec­ta­dor sobre las peli­gro­sas con­se­cuen­cias que impli­ca el cer­ce­na­mien­to del cono­ci­mien­to don­de la pobla­ción de edad esco­lar resul­ta la más afectada.

3. Island in Bet­ween (Tai­wán) 20 minutos

El docu­men­ta­lis­ta S. Leo Chiang, naci­do en Tai­wán y resi­den­te en Esta­dos Uni­dos, des­pués de varios años de ausen­cia, retor­na al hogar de sus padres vivien­do en la isla de Kin­men, a esca­sos kiló­me­tros de las cos­tas de Chi­na continental.

ISLAND IN BETWEEN

Sien­do un rotun­do disi­den­te del régi­men impe­ran­te en Chi­na, el rea­li­za­dor ‑cuya infan­cia trans­cu­rrió en Tai­wán- refle­xio­na sobre la vida de sus padres y la de los habi­tan­tes tai­wa­ne­ses de dicha región, en la medi­da que están suje­tos a las ten­sio­nes exis­ten­tes entre Chi­na y Tai­wán, des­de que comen­zó la revo­lu­ción comu­nis­ta. En últi­ma ins­tan­cia el film de Chiang es un docu­men­to per­so­nal de carác­ter polí­ti­co que aun­que correc­ta­men­te rea­li­za­do no arro­ja algo dis­tin­ti­vo a lo ya cono­ci­do median­te los dife­ren­tes medios de difusión.

4. The Bar­ber of Little Rock (Esta­dos Uni­dos) 35 minutos

De con­si­de­ra­ble inte­rés es este docu­men­tal de John Hoff­man y Chris­ti­ne Tur­ner, enfo­can­do al cali­fi­ca­do bar­be­ro afro­ame­ri­cano Ario Washing­ton, resi­den­te de Little Rock, en el esta­do de Arkan­sas y que ejer­ce su pro­fe­sión des­de más de dos déca­das. Washing­ton cons­ta­tó que su comu­ni­dad no cali­fi­ca al cré­di­to ban­ca­rio tra­di­cio­nal por su bajo nivel de ingre­sos; en con­se­cuen­cia los poten­cia­les pres­ta­ta­rios deben recu­rrir a otras fuen­tes de finan­cia­mien­to con tasas de inte­rés sus­tan­cial­men­te más elevadas.

THE BAR­BER OF LITTLE ROCK

Con el pro­pó­si­to de com­ba­tir la arrai­ga­da estruc­tu­ra racial exis­ten­te debi­do a la pro­nun­cia­da des­igual­dad eco­nó­mi­ca para la gen­te de color, con un enco­mia­ble enfo­que visio­na­rio este bar­be­ro, creó el ban­co “Peo­ple Trust”, un orga­nis­mo comu­ni­ta­rio sin fines de lucro. A tra­vés de sus ope­ra­cio­nes, el cor­to­me­tra­je mues­tra cómo dicha ins­ti­tu­ción finan­cie­ra pro­mue­ve opor­tu­ni­da­des eco­nó­mi­cas a esa comu­ni­dad brin­dán­do­le un háli­to de genui­na espe­ran­za de pro­gre­so a fin de tener acce­so a un mejor nivel de vida.

The Last Repair Shop (Esta­dos Uni­dos) 39 minutos

Ilus­tran­do la esme­ra­da tarea que requie­re la repa­ra­ción de ins­tru­men­tos musi­ca­les, los rea­li­za­do­res Ben Proud­foot y Kris Bowers brin­dan un remar­ca­ble cortometraje

Según se lee en los cré­di­tos ini­cia­les el dis­tri­to esco­lar de Los Ánge­les pro­vee gra­tui­ta­men­te ins­tru­men­tos de músi­ca a sus estu­dian­tes. Es en el cora­zón de la gran ciu­dad don­de devo­tos téc­ni­cos man­tie­nen 80.000 ins­tru­men­tos de músi­ca ofre­cien­do un con­ti­nua­do ser­vi­cio que comen­zó en 1959.

THE LAST REPAIR SHOP

A lo lar­go de este cor­to­me­tra­je, se lle­ga a cono­cer a cua­tro de los renom­bra­dos exper­tos que tra­ba­jan en el taller de repa­ra­cio­nes musi­ca­les de Los Ánge­les, el más impor­tan­te de Esta­dos Uni­dos. Así se sale al encuen­tro de Dan, encar­ga­do de los ins­tru­men­tos de cuer­da, quien superó la dis­cri­mi­na­ción de su dife­ren­te orien­ta­ción sexual median­te su exi­to­so tra­ba­jo; elo­cuen­te es el rela­to de la inmi­gran­te mexi­ca­na Paty quien dado su cono­ci­mien­to de los meta­les logró cum­plir el sue­ño ame­ri­cano al ser con­tra­ta­da en el men­cio­na­do taller; igual­men­te intere­san­te es el caso de Ste­ve quien pro­ve­nien­te del Azer­bai­ján, encon­tró en Esta­dos Uni­dos su opor­tu­ni­dad como repa­ra­dor de pia­nos, logran­do asi­mis­mo rea­li­zar­se como pia­nis­ta; final­men­te es fas­ci­nan­te la his­to­ria de Dua­ne, encar­ga­do de los ins­tru­men­tos de vien­to de made­ra, quien mani­fies­ta cómo la pelí­cu­la La Novia de Fran­kes­tein (1953) le sir­vió de ins­pi­ra­ción para dedi­car­se a la música.

Simul­tá­nea­men­te el docu­men­tal enfo­ca a los estu­dian­tes de la renom­bra­da Escue­la de Músi­ca Col­burn de Los Ánge­les, quie­nes mani­fies­tan cómo la músi­ca les ha per­mi­ti­do cam­biar sus vidas y entre ellos se des­ta­ca una dul­ce niña comen­tan­do qué es lo que habría sido de ella si no tuvie­ra su que­ri­do violín.

Con una impe­ca­ble narra­ción y un exce­len­te mon­ta­je, Proud­foot y Bowers han logra­do un emo­ti­vo docu­men­tal demos­tran­do cómo resul­ta posi­ble que nin­gún niño aman­te de la músi­ca sea des­pro­vis­to de su ins­tru­men­to musi­cal. Esen­cial­men­te el film rati­fi­ca cómo el poder de la músi­ca tie­ne la vir­tud de vivi­fi­car el espí­ri­tu humano tan­to para los arre­gla­do­res de ins­tru­men­tos como tam­bién para sus entu­sias­tas intérpretes.