Crónica de Jorge Gutman
M’APPELLE MOHAMED ALI. Texto: Dieudonne Niangouna. Dirección: Philippe Racine y Tatiana Zinga Botao. Elenco: Vlad Alexis, Lyndz Dantiste, Oumy Dembele, Fayolle Jean Jr., Widemir Normil, Martin-David Peters, Rodley Pitt, Philippe Racine y Franck Sylvestre. Escenografía: Marie-Eve Fortier. Vestuario y Peinado: Ange Bledia Kouassi. Iluminación: Valerie Bourque. Coreografía: Claudia Chan Tak. Asistente de Dirección: Delphine Rochefort. Duración: 90 minutos sin entreacto. Representaciones: Hasta el 3 de marzo de 2024 en el Théâtre du Nouveau Monde
Una vez más el TNM, a través de la visión de su remarcable directora artística Lorraine Pintal, ofrece una obra producida por el Théâtre de la Sentinelle, que por su contenido socio político nadie quedará indiferente. El dramaturgo Dieudonné Niangouna, oriundo de la República del Congo, es el autor de M’appelle Mohammed Ali que escrita en 2013 tuvo su estreno canadiense en el Festival TransAmérique y posteriormente en el Théâtre de Quat’Sous en 2022.
Aunque la pieza fue concebida como un monólogo para ser interpretada por un solo actor, la adaptación realizada por los directores Philippe Racine y Tatiana Zinga Botao permite que la riqueza del texto quede realzada mediante la participación de un grupo de intérpretes afrodescendientes.
En un silencioso comienzo de aproximadamente dos minutos un actor africano ya se encuentra preparado para personificar en el escenario al antológico campeón americano Mohammed Ali. Prontamente, como si el mismo se desdoblara, aparecen otros siete comediantes africanos que lo acompañarán; el conjunto dará vida a las facetas de Ali, para contar sus combates deportivos como boxeador, resaltando la triunfal victoria de 1974 en Kinshasa, Zaire, venciendo a su oponente George Foreman en el campeonato mundial de pesos pesados; a ello se agrega su condición de activista político al haber rehusado ir a luchar en la detestable guerra de Vietnam.
A través de la extraordinaria coreografía de Claudia Chan Tak, se asiste durante hora y media al movimiento sincronizado de los actores; a través de sus danzas boxísticas, combinadas con sus respectivos monólogos, queda reflejada la metáfora de la obra exponiendo la lucha emprendida por la minoría negra africana para ganar la batalla en un mundo mayoritariamente blanco.
Uno de los méritos de la pieza reside en que su autor, apelando a un lenguaje punzante basado en las tradiciones orales africanas, elocuentemente transmite un drama coral a la vez que poético, recreando con brío el mensaje reivindicatorio de la raza negra en defensa de su dignidad.
Notable es la dirección del afrodescendiente Philippe Racine y de la congolesa Tatiana Zinga Botao, quienes completamente compenetrados con la filosofía del dramaturgo, logran con su dinámica puesta escénica el lucimiento de sus actores expresando con elocuencia la personalidad del antológico hombre que supo imponer el respeto del pueblo negro. Es así que merecen aplausos las prestaciones de Vlad Alexis, Lyndz Dantiste, Oumy Dembele, Fayolle Jean Jr., Widemir Normil, Martin-David Peters, Rodley Pitt, Philippe Racine y Franck Sylvestre, así como la de la actriz Oumy Dembele quien en un rol menor, representa la presencia crucial de la figura maternal.
Habría sido interesante que Niangouna considerase el rol de la mujer en el seno de la comunidad negra, pero en todo caso eso no demerita el propósito de esta densa obra que se presta a más de una lectura por parte de los espectadores.
En resumen, he aquí una inteligente propuesta teatral del TNM que indudablemente contribuye a enriquecer el panorama cultural de Montreal.
.