Emo­ti­vo Rela­to Autobiográfico

Cró­ni­ca de Jor­ge Gutman

MOI, DANS LES RUI­NES ROU­GES DU SIÈ­CLE. Tex­to y Direc­ción Escé­ni­ca: Oli­vier Kemeid. Idea Ori­gi­nal: Sacha Samar y Oli­vier Kemeid. Elen­co: Sophie Cadieux, Geof­frey Gaquè­re, Marie-Fran­ce Lam­bert, Jean Maheux, Peter Mel­tev, Alio­na Mun­tea­nu y Sasha Samar. Esce­no­gra­fía: Romain Fabre. Ves­tua­rio: Romain Fabre y Fruz­si­na Lanyl. Ilu­mi­na­ción: Mar­tin Labrec­que. Músi­ca: Phi­lip­pe Brault. Acce­so­rios: Élia­ne Fayad. Asis­ten­cia de Direc­ción Escé­ni­ca: Stépha­nie Capis­tran-Lalon­de. Dura­ción: 2 horas sin entre­ac­to. Repre­sen­ta­cio­nes: Has­ta el 30 de mar­zo de 2024 en el Théâ­tre Ducep­pe (www.duceppe.com)

Aun­que esta obra escri­ta y pues­ta en esce­na por Oli­vier Kemeid tuvo su estreno en 2012 en el  Théâ­tre d’Aujourd’hui y pos­te­rior­men­te repre­sen­ta­da en 2015, de todos modos cons­ti­tu­ye una bue­na adi­ción al actual pano­ra­ma teatral.

Jean Maheux, Marie-Fran­ce Lam­bert y Sasha Samar. (Foto: Danny Taillon)

Entre fic­ción y reali­dad, la pie­za se cen­tra en Sasha Samar, quien naci­do en 1969 en Ucra­nia, refle­ja a tra­vés de la fic­ción su vida en su país natal duran­te su eta­pa infan­til y perio­do juve­nil has­ta los pos­tre­ros años de la Unión Soviética.

Rela­ta­do por el pro­pio Samar sabe­mos que a tem­pra­na edad su padre Vas­si­li (Jean Maheux) lo lle­vó con­si­go sepa­rán­do­lo de su madre bio­ló­gi­ca; sin embar­go, su infan­cia trans­cu­rrió plá­ci­da­men­te don­de se lo ve alter­nan­do con su pro­ge­ni­tor y su mujer Gali­na (Marie-Fran­ce Lam­bert), quien como madre sus­ti­tu­ta lo con­si­de­ra como si fue­ra su pro­pio hijo, sumi­nis­trán­do­le entra­ña­ble cariño.

Peter Mel­tev y Alio­na Mun­tea­nu. (Foto:Danny Taillon)

Entre otras face­tas se encuen­tra la incli­na­ción de Samar por la aven­tu­ra espa­cial en la que reme­mo­ra al astro­nau­ta You­ri Gaga­rin (Peter Mel­tev), los encuen­tros con su ami­go actor Anton (Geof­frey Gaquè­re) carac­te­ri­zan­do a Lenin, como asi­mis­mo está pre­sen­te su ena­mo­ra­da Lud­mi­la (Sophie Cadieux) quien con la Peres­troi­ka ella aguar­da resul­ta­dos con­cre­tos de la ges­tión empren­di­da por Mijail Gor­ba­chev. Entre los recuer­dos del joven ucra­niano per­sis­te la tra­ge­dia cau­sa­da por el acci­den­te nuclear de Cher­nó­bil que cobró nume­ro­sas fata­les víc­ti­mas y entre ellas la de su padre minero.

Con todo, en esta reco­lec­ción de la memo­ria hay dos ele­men­tos cru­cia­les que pro­du­cen impor­tan­te impac­to en Samar. Uno de ellos es con­tac­tar a su ver­da­de­ra madre; para ello es nece­sa­rio que él adquie­ra visi­bi­li­dad, ya sea a tra­vés de su afi­ción al depor­te del hoc­key en hie­lo y el otro como novel actor a fin de que ella pue­da ver­lo actuar en la tele­vi­sión de su hogar.

El otro aspec­to deter­mi­nan­te de su exis­ten­cia es el haber tes­ti­mo­nia­do la desin­te­gra­ción de la URSS y cómo sus con­se­cuen­cias, sien­do ciu­da­dano de Ucra­nia, habrían de afec­tar su iden­ti­dad fren­te al indi­vi­dua­lis­mo emer­gen­te del sis­te­ma capi­ta­lis­ta; es allí que adquie­re sen­ti­do el títu­lo de esta obra “Moi (Samar) en las rui­nas rojas del siglo”. Eso deter­mi­na­rá que en 1996 con sus 27 años ini­cie una nue­va eta­pa de su vida radi­cán­do­se en Mon­treal don­de con­ti­nua­rá su fruc­tí­fe­ra carre­ra de actor comen­za­da en Ucrania..

Sin que la pues­ta escé­ni­ca alcan­ce espe­cial relie­ve, la pie­za de Kemeid se valo­ri­za por la rique­za de su con­te­ni­do y en espe­cial por su homo­gé­neo elen­co trans­mi­tien­do con­vic­ción en la per­so­ni­fi­ca­ción de sus per­so­na­jes, lide­ra­dos por Samar repre­sen­tán­do­se a sí mis­mo, sin dejar de men­cio­nar a los artis­tas ya men­cio­na­dos; con todo un ele­men­to impor­tan­te dis­tin­gue a la pre­sen­te ver­sión con la incor­po­ra­ción de dos acto­res ucra­nia­nos como lo son Peter Mel­tev y Alio­na Mun­tea­nu en don­de en una emo­ti­va esce­na can­ta­da, ambos rin­den tri­bu­to a Ucrania.

Obvia­men­te los acon­te­ci­mien­tos rela­ta­dos por el autor ante­ce­den a los dra­má­ti­cos epi­so­dios vivi­dos por el pue­blo de Ucra­nia como nación inde­pen­dien­te, ini­cia­dos con la ane­xión de Cri­mea por par­te de Rusia en 2014 e inten­si­fi­ca­dos por la san­grien­ta gue­rra bata­lla­da con­tra Ucra­nia a par­tir de febre­ro de 2022. En todo caso eso podría gene­rar un nue­vo pro­yec­to tea­tral de Kemeid con la cola­bo­ra­ción de Samar.

Que­da como balan­ce un emo­ti­vo espec­tácu­lo tea­tral que mere­ce ser vis­to por quie­nes apre­cian el buen tea­tro y deseen cono­cer algo adi­cio­nal de la esen­cia ucraniana.