SHAYDA. Australia, 2023. Un film escrito y dirigido por Noora Niasari. 117 minutos
Mediante un relato de ficción semi autobiográfico la novel directora australiana-iraní Noora Niasari aborda el angustioso problema de sobrevivir la violencia conyugal.
En un guión que le pertenece Niasari ambienta el relato en 1995 presentando a Shayda (Zar Amir Ebrahimi), una mujer nacida en Teherán que junto con su marido Hossein (Osamah Sami) y su hijita Mona (Selina Zahednia) están residiendo en Australia; eso es debido a que Hossein allí estudia medicina y una vez graduado tiene la intención de retornar con su familia a Irán. Sin embargo, Shayda no puede continuar tolerando los abusos violentos de su esposo con violación incluida y por esa razón ha solicitado el divorcio que él no le ha concedido.
Escapando del hogar, madre e hija han logrado alojarse en un albergue de protección para mujeres en donde Shayda trata de adaptarse a las costumbres propias de Australia; para ello elimina el típico velo que cubre la cabeza de las mujeres musulmanas, mantiene suelto su cabello, decide por sí misma cómo vestir y en general aspirando a una natural independencia, sin estar sujeta a la sumisión de su déspota marido autoritario.
En el nuevo hogar supervisado por Joyce (Leah Purcell) Shayda comparte su estadía con otras mujeres residentes (Jillian Nguyen, Lucinda Armstrong Hall, Ev Morey, Bev Killick), quienes atraviesan problemas similares. Entretanto, debido a una decisión judicial, a Hossein le es permitido visitar a su hijita y que al no saber el lugar donde reside, Mona es entregada a su padre en un centro comercial donde Shayda vive en tensión temiendo que su marido no devuelva a la niña.
En el diario vivir, Shayda mantiene buenas migas con Elly (Rina Mousav) una compatriota suya que le hace conocer a su primo iraní Farhad (Mojean Aria) con quien podría atisbar la posibilidad de un vínculo romántico, aunque el inconveniente estriba en que ella y muy a su pesar, legalmente sigue casada.
Interesante observar que a pesar de la absorción de la cultura occidental, la nostalgia envuelve a la comunidad iraní de Australia que incluyendo a Shayda, sigue manteniendo la identidad del país de origen. Así, uno de los momentos más alegres del relato se centra en la celebración del año nuevo persa (Nowruz) con sus danzas, canciones y comidas típicas de Irán.
Con todo, Shayda no puede desligarse de la tensión creada por el acoso de su marido que insiste a que ella vuelva a estar con él y que pronto retornen a Irán; de ningún modo su esposa acepta esa idea como tampoco lo desea Mona que entrañablemente adora a su madre y desea estar junto a ella en Australia.
De acuerdo a las manifestaciones de prensa formuladas por la cineasta, todo su relato está inspirado en su propia niñez; nacida en Irán, a los cinco años de edad (al igual que el personaje ficticio de Mona) viviendo en Australia pudo apreciar la resiliencia y coraje de su madre, que al igual que muchas mujeres de Irán condenadas al ostracismo, trató siempre de defender los derechos inherentes a todo ser humano.
Resulta admirable apreciar el talento de Niasari en su ópera prima en la que a través de una narrativa sencilla a la vez que atrapante genera un drama altamente sensible y conmovedor. Para ello encontró en Ebrahimi a la intérprete ideal; tal como lo demostró en Holy Spider por la que obtuvo en 2022 el premio de interpretación femenina en el festival de Cannes, aquí incluso se supera caracterizando intrépidamente a Shayda. En general es inobjetable la labor de todo el resto del elenco, donde sobresale la pequeña Zahednia, quien logrando una total complicidad con Ebrahimi destila simpatía y ternura animando a la hijita de la protagonista.
En los créditos finales la directora dedica la película a su madre y a todas las valientes mujeres y jóvenes de Irán. Jorge Gutman