SUR LA TERRE COMME LE CIEL / ON EARTH AS IN HEAVEN. Canadá, 2023. Un film de Nathalie Saint-Pierre. 118 minutos
Con una solapada crítica al abuso de la fe religiosa, la directora Nathalie Saint-Pierre ofrece con Sur la Terre comme le Ciel un atractivo film que despierta interés por la forma en que está relatado y por su temática de la cual resulta difícil permanecer indiferente.
La historia que previamente había escrito Marika Lhoumaeu está basada en la experiencia vivida en su propia familia y al haberse Saint-Pierre interesado por ella, colaboró en el guión cuya riqueza reside en la excelente descripción de sus personajes.
La acción transcurre en la actualidad y en su comienzo se desarrolla en la provincia de Quebec, en la zona rural de Maniwaki, Es allí donde la adolescente Clara Gagnon (Lou Thompson) junto a su hermana mayor Sarah (Philomène Bilodeau) pertenecen a un culto fundamentalista cristiano, en el que sus padres también son miembros integrantes. De tal modo estas hermanas que bien se quieren están completamente aisladas del mundo exterior al estar estrictamente controladas por el exacerbado fanatismo de dicha secta.
El conflicto surge cuando súbitamente Sarah desaparece del hogar dejando desamparada a Clara. Aunque su familia se opone, ella está decidida a localizarla; mediante una tarjeta postal que encontró de su hermana, la misma le brinda una pista que la conduce a Montreal. Allí, la única persona que conoce es su tía Louise (Édith Cochrane), hermana de su madre Josiane (Edith Dandenault), quien la recibe temporariamente en su hogar. Esta pariente de vida mundana pero dueña de sus actos y adicta a la bebida, revelará a su sobrina cuáles han sido las razones que la han alejado de la familia.
En su obsesión de ubicar a Sarah, en la gran metrópoli Clara comienza a descubrir que existe otra forma de vida que aunque lejos de ser completamente ideal le permite abrir los ojos a través de la música, la lectura de libros, así como manejar por primera vez una bicicleta recorriendo la ciudad; igualmente tiene la oportunidad de trabar relación con otros personas como es el caso de Sam (Dominic Dagenais), un singular joven cuyo tiempo libre transcurre tocando un viejo piano apostado en un parque de la ciudad.
Entre varios de los diálogos que se establecen entre tía y sobrina resaltan aquéllos en que el agnosticismo de Louise contrasta con la creencia en Dios por parte de Clara. Lo concreto es que más allá de la filosofía inherente a la creación del mundo, Clara queda convencida cómo su vivencia anterior apartada del mundo moderno le había desprovisto del derecho natural de ser una persona que por sí mismo fuera la dueña de determinar su comportamiento a fin de forjar su propia identidad.
La magnífica actuación de Thompson permite que resulte sencillo empatizar con lo que acontece con su personaje a través de la metamorfosis experimentada a lo largo del relato. Igualmente se distingue Cochrane como la alocada tía capaz de abrir los ojos a su sobrina. Además de los ya mencionados intérpretes, el satisfactorio elenco incluye entre otros a Jean Drolet, Jérémie Verrette, Antoine Archambault, Alexandrine Agostini, Lucas Bilodeau y Kaleb Eary.
Con una eficaz dirección, un, magnífico guión y solventes actuaciones, la audiencia tiene la oportunidad de apreciar este muy buen drama de autoconocimiento. Jorge Gutman