SANTOSH. Gran Bretaña-Francia-Alemania-India, 2024. Un film escrito y dirigido por Sandhya Siri. 128 minutos.
Así como no hace mucho se tuvo el placer de apreciar la excelente película india All We Imagine as Light de Payal Kapadia, es ahora doblemente grato juzgar Santosh, otro remarcable film de India aunque en su financiamiento hayan intervenido igualmente tres países europeos, especialmente Gran Bretaña. Después de haber incursionado en dos documentales y un corto metraje, la directora Sandhya Siri ofrece en su primer largometraje un fascinante relato policial donde queda traslucido el sistema judicial de India basado en discutibles criterios.

Shahana Goswami
El sólido guión de Siri presenta a Santosh Saini (Shahana Goswami), una mujer de clase media de Manipur, ciudad ubicada al noreste de India, quien después de dos años de feliz matrimonio sin hijos ha enviudado porque su marido Raman que ha sido policía fue apedreado a muerte mientras intentaba contrarrestar una revuelta que tuvo lugar en un pueblo de mayoría musulmana. Debido a ello Santosh debe dejar el alojamiento que fue asignado a su cónyuge porque pertenece al gobierno; sin embargo para poder mantenerse, mediante una iniciativa gubernamental ella acepta la oportunidad que se le ofrece para reemplazarlo en su trabajo con el mismo ingreso salarial y además recibir la pensión de viudez. Es así que la nueva funcionaria policial, con firme voluntad y determinación vuelca sus esfuerzos para actuar de la mejor manera posible dentro de un entorno patriarcal y no exento de machismo.
El conflicto dramático del relato se presenta cuando un padre informa a la policía la ausencia desde hace dos días de su hija Devika, una joven de 15 años perteneciente a la casta dalit que es la más baja de la escala social; si bien la burocracia policial desestima la denuncia, el descubrimiento del cuerpo inerte de la chica que previo a su deceso había sido violada, genera una fuerte reacción de protesta de la comunidad dalit. Por ese motivo el departamento policial designa a Gaeta Sharma (Sunita Rajwar), una inteligente jefa policial, para que investigue el caso, teniendo a la nueva recluta como integrante de su equipo. Cuando Santosh entra en contacto con la familia de Devika descubre en su teléfono móvil que ella había mantenido un vínculo con Saleem (Arbaz Khan), un joven musulmán que desapareció de su hogar. Es así que suponiendo que él podría ser el autor del asesinato, la investigación se orienta para localizarlo y proceder a su detención.
La cineasta va desarrollando su historia con una remarcable solidez a través de una trama magníficamente estructurada en la que sale a relucir el ominoso procedimiento policial adoptado para extraer una confesión de quien puede resultar sospechoso de un crimen; eso se debe al intolerante y discriminatorio sentimiento islamofóbico hacia la minoría musulmana de India. De similar trascendencia es la consecuencia del sistema de marginalización, exclusión y de violaciones de derechos humanos para quienes se hallan en el eslabón inferior del sistema de castas imperante en el país.
Además de la ponderable realización de la novel directora se destaca la magnífica actuación de Goswami transmitiendo el conflicto moral que conlleva el desempeño de su tarea cuando es obligada a actuar contrariamente a sus convicciones; asimismo Rajwar convence como la avezada inspectora policial y mentora de Santosh con quien llega a mantener una fluida comunicación.
En suma, este logrado drama social de Siri genera favorable expectativa para sus futuros proyectos. Jorge Gutman