Melo­dra­má­ti­co Rela­to Coral

TOTEM. Méxi­co-Dina­mar­ca-Fran­cia, 2023. Un film escri­to y diri­gi­do por Lila Avi­lés. 95 minutos

En oca­sión del Fes­ti­val de Toron­to de 2018 se tuvo la opor­tu­ni­dad de des­cu­brir a Lila Avi­lés quien con su ópe­ra pri­ma La Cama­ris­ta demos­tró poseer un sin­gu­lar talen­to. En esta oca­sión vuel­ve a con­fir­mar­lo con Totem en el que con suma deli­ca­de­za retra­ta a una niña obser­van­do el medio que la rodea en oca­sión de cele­brar­se un espe­cial evento.

Naí­ma Senties

La direc­to­ra ambien­ta la his­to­ria duran­te una úni­ca jor­na­da en una zona rural de Méxi­co, en don­de Sol (Naí­ma Sen­ties) de sie­te años de edad lle­ga con su divor­cia­da madre Lucía (Lazua Larios) al case­rón de su padre Tona (Mateo Gar­cía Eli­zon­do), que es un artis­ta plás­ti­co, con el pro­pó­si­to de la fies­ta sor­pre­sa que se habrá de rea­li­zar cele­bran­do su vigé­si­mo sép­ti­mo cum­plea­ños. Su pro­ge­ni­tor se encuen­tra gra­ve­men­te enfer­mo de un cán­cer ter­mi­nal y devo­ta­men­te cui­da­do por Cruz (Tere­si­ta Sán­chez), una afa­ble mujer. Al lle­gar a des­tino, Sol de inme­dia­to desea ver y abra­zar a Tona pero por el momen­to, dado el esta­do en que se encuen­tra, se le impi­de que entre a su cuar­to debien­do aguar­dar cuan­do pue­da salir de la mis­ma para asis­tir a su festejo.

La narra­ti­va está cen­tra­da en la niña pres­tan­do cui­da­do­sa aten­ción al movi­mien­to que se rea­li­za para los pre­pa­ra­ti­vos en don­de la tía Nuri (Mntse­rrat Mara­ñon) que está acom­pa­ña­da por su peque­ña y rui­do­sa niña Esther /Saori Gur­za), se encar­ga de la coci­na, en tan­to que la tía Ale­jan­dra (Mari­sol Gasé) es la orga­ni­za­do­ra de la fies­ta. Entre otros per­so­na­jes se encuen­tra el patriar­cal abue­lo (Alber­to Ama­dor) con pro­ble­mas voca­les, la bre­ve pre­sen­cia de una curio­sa hechi­ce­ra que vie­ne a des­pe­jar la vivien­da de los malos espí­ri­tus y la de los res­tan­tes fami­lia­res y ami­gos que van lle­gan­do para par­ti­ci­par del festejo.

Sol cuyo máxi­mo deseo es que no se mue­ra su padre, no pier­de de vis­ta todo lo que acon­te­ce a su alre­de­dor evi­den­cian­do en su tris­te mira­da que lo que se está cele­bran­do es en reali­dad una des­pe­di­da de su muy que­ri­do progenitor.

Con sen­ci­llez y evi­tan­do caer en un arti­fi­cial sen­ti­men­ta­lis­mo Avi­lés logra un melo­dra­má­ti­co rela­to coral don­de ade­más de la diná­mi­ca inter­re­la­ción que se pro­du­ce entre los varios per­so­na­jes del film, impri­me una remar­ca­ble mira­da del mun­do de la infan­cia. En el mar­co de un muy buen elen­co, resal­ta la exce­len­te actua­ción de Sen­ties, quien en su debut para el cine con­vin­cen­te­men­te expre­sa el sen­ti­mien­to de angus­tia de una niña ante la inmi­nen­te pér­di­da de su padre. En esen­cia, Totem es una sen­si­ble y emo­ti­va pelí­cu­la que ame­ri­ta su visión. Jor­ge Gutman

Un Extra­ño Síndrome

FIT­TING IN. Cana­dá, 2023. Un film escri­to y diri­gi­do por Molly McGlynn. 105 minutos.

Aun­que el tema de la ado­les­cen­cia ha sido expues­to por el cine en múl­ti­ples oca­sio­nes, ésta es la pri­me­ra vez que se lo abor­da des­de un ángu­lo jamás tra­ta­do, tal como se apre­cia en Fit­ting In de la rea­li­za­do­ra cana­dien­se Molly McGlynn.

Mad­die Ziegler

Median­te un rela­to semi­bio­grá­fi­co en el que vuel­ca en par­te su pro­pia expe­rien­cia, el guión de la cineas­ta pre­sen­ta a Lindy (Mad­die Zie­gler) una chi­ca de 16 años, lle­na de vida y ade­más aman­te del depor­te. Con su ínti­ma ami­ga Vivian (Djou­liet Ama­ra) com­par­te sus momen­tos de ocio don­de las con­ver­sa­cio­nes fan­ta­sean con el encuen­tro de mucha­chos de la mis­ma edad y en don­de obvia­men­te el sexo no está ausen­te. Sin embar­go hay algo extra­ño en ella al no haber aún mens­trua­do dada su edad; es por ello que tenien­do en cuen­ta que sim­pa­ti­za con su nue­vo cor­te­jan­te Adam (D’Pharoah Woon-A-Tai) antes de que se pro­duz­ca un víncu­lo ínti­mo deci­de con­sul­tar a un gine­có­lo­go. Tras un minu­cio­so examen, ella se ente­ra que pade­ce de una rara ano­ma­lía deno­mi­na­da “sín­dro­me Mayer-Roki­tansky-Kus­ter-Hau­ser”, por la cual care­ce de úte­ro y su canal vagi­nal no está sufi­cien­te­men­te desa­rro­lla­do. Eso no solo le impi­de mens­truar sino que nun­ca podrá que­dar emba­ra­za­da; asi­mis­mo su con­di­ción geni­tal difi­cul­ta­rá la pene­tra­ción sexual mas­cu­li­na. La solu­ción estri­ba­ría en el uso de dila­ta­do­res plás­ti­cos para ensan­char la vagi­na o pro­ce­der a una ope­ra­ción quirúrgica.

El diag­nós­ti­co reci­bi­do moti­va un cam­bio en la con­duc­ta de Lindy, vol­vién­do­se irri­ta­ti­va y ocul­tan­do su pro­ble­ma a quie­nes la rodean inclu­yen­do a Vivian y Adam con quien evi­ta inti­mar y para peor ella no pue­de tole­rar­se a sí mis­ma. Con todo su abne­ga­da madre mono­pa­ren­tal Rita (Emily Ham­pshi­re), cuyo mari­do hace tiem­po aban­do­nó el hogar, tra­ta de brin­dar­le su máxi­mo apo­yo; como tera­pis­ta ella se com­pe­ne­tra por com­ple­to con el serio pro­ble­ma que afec­ta a su hija al haber atra­ve­sa­do por una mas­tec­to­mía a cau­sa de un cán­cer de pecho.

Uno de los aspec­tos des­ta­ca­bles de esta inusual his­to­ria es la sober­bia inter­pre­ta­ción de Zie­gler quien des­lum­bra brin­dan­do máxi­ma auten­ti­ci­dad a la ado­les­cen­te trans­mi­tien­do sus con­flic­ti­vas emo­cio­nes debi­do al sín­to­ma que le afec­ta y tra­tan­do de acep­tar­se a sí mis­ma; en tal sen­ti­do ade­más de crear una logra­da quí­mi­ca con las per­so­nas que la rodean, es emo­ti­va la que man­tie­ne con Jax (Ki Grif­fin), un no- bina­rio com­pa­ñe­ro de cur­so. La actua­ción de Zie­gler no deme­ri­ta la del res­to del elen­co, cuyos inte­gran­tes sóli­da­men­te satis­fa­cen en la com­po­si­ción de sus res­pec­ti­vos personajes.

Resul­ta alta­men­te loa­ble la tarea empren­di­da por McGlynn por haber con­si­de­ra­do la temá­ti­ca rela­ta­da que es suma­men­te infor­ma­ti­va dado que posi­ble­men­te no muchos espec­ta­do­res estén al tan­to de las con­se­cuen­cias gene­ra­das por el sín­dro­me men­cio­na­do. En todo caso y den­tro de este rela­to de fic­ción, la direc­to­ra ha tra­ta­do de ate­nuar la serie­dad del tema infun­dien­do algu­nas situa­cio­nes de con­ta­gio­so humor.

Glo­bal­men­te ana­li­za­do el film resul­ta imper­fec­to en la medi­da que el guión a veces zig­za­guea vol­vién­do­se oca­sio­nal­men­te repe­ti­ti­vo; sin embar­go eso no impi­de apre­ciar los aspec­tos favo­ra­bles des­ta­ca­dos y asi­mis­mo abrir la dis­cu­sión sobre cómo una anó­ma­la y com­ple­ja situa­ción gine­co­ló­gi­ca pue­de influir en el pro­ce­so de tran­si­ción de la ado­les­cen­cia hacia la adul­ta madu­rez. Jor­ge Gutman

Frus­tran­te Dra­ma Psicológico

LE SUC­CES­SEUR. Cana­dá-Fran­cia-Bél­gi­ca, 2023. Un film de Xavier Legrand. 112 minutos

En 2017 Xavier Legrand demos­tró su inusual madu­rez como rea­li­za­dor en su pri­mer lar­go­me­tra­je Jusqu’à la gar­de des­cri­bien­do la reali­dad de un matri­mo­nio cuya acri­mo­nio­sa rup­tu­ra ori­gi­na estre­me­ce­do­ras situa­cio­nes; en Le Suc­ces­seur, la vio­len­cia tam­bién está enfo­ca­da, aun­que des­de un ángu­lo dife­ren­te, gene­ran­do un decep­cio­nan­te dra­ma psicológico.

Marc-André Gron­din

El guión de Legrand y Domi­nick Paren­teau-Lebeuf, basa­do en la nove­la L’Ascendant de Ale­xan­dre Postel publi­ca­da en 2015, cen­tra su aten­ción en Ellias Bar­nès ((Marc-André Gron­din), un pres­ti­gio­so dise­ña­dor de una repu­tada casa de modas de París quien des­pués de varios años de arduo tra­ba­jo se encuen­tra pró­xi­mo a ser desig­na­do direc­tor artís­ti­co de dicha empre­sa. Curio­sa­men­te pade­ce de cier­tos ata­ques de ansie­dad que le pro­du­cen sín­to­mas en su pecho y que podrían atri­buir­se al hecho de haber esta­do dis­tan­cia­do por lar­go tiem­po de su padre bio­ló­gi­co quien resi­de en los subur­bios de Montreal.

A Ellias se le com­pli­ca el pano­ra­ma cuan­do reci­be la noti­cia de que su pro­ge­ni­tor ha falle­ci­do de un ata­que car­día­co; en con­se­cuen­cia se le requie­re retor­nar de inme­dia­to a Cana­dá para encar­gar­se de todos los trá­mi­tes admi­nis­tra­ti­vos de la suce­sión como así tam­bién de su entierro.

Lle­ga­do a Mon­treal y alo­ján­do­se en la casa pater­na reci­be la visi­ta de Domi­ni­que Duches­ne (Yves Jac­ques), un buen vecino y gran ami­go de su padre quien le ofre­ce su ayu­da para orga­ni­zar el fune­ral jun­to con el con­se­je­ro fune­ra­rio (Vin­cent Leclerc). Aun­que no que­da cla­ro el moti­vo por el que Ellias no man­tu­vo con­tac­to con su padre duran­te lar­go tiem­po, se insi­núa que se debió a cier­tos trau­mas vivi­dos en su infan­cia por su causa.

Cuan­do Ellias comien­za a efec­tuar un inven­ta­rio de los bie­nes que se hallan en ese hogar con la inten­ción de des­ti­nar­los a una ins­ti­tu­ción de cari­dad, en un momen­to dado evi­den­cia sinies­tros hechos que refle­jan cuán cruel su padre ha sido. Por razo­nes obvias no se reve­la­rá qué es lo que Ellias des­cu­bre, pero en cam­bio sí se pue­de anti­ci­par que de mane­ra com­ple­ta­men­te impre­de­ci­ble el dra­ma fami­liar adquie­re la face­ta de un abru­ma­dor rela­to de horror.

Aun­que podría admi­tir­se que la his­to­ria adop­te varios giros no aguar­da­dos, el pro­ble­ma esen­cial de la mis­ma es que asu­me situa­cio­nes abso­lu­ta­men­te incon­gruen­tes e irrea­lis­tas; es así que el pro­pó­si­to de mos­trar cómo la acti­tud de un vio­len­to padre machis­ta indu­ce a que su hijo reci­ba ese tur­bio lega­do que lo trans­for­ma a su vez en un des­pre­cia­ble indi­vi­duo, de nin­gún modo resul­ta convincente.

Legrand con­fir­ma nue­va­men­te ser un buen direc­tor de acto­res, que se mani­fies­ta en el sóli­do elen­co lide­ra­do mag­ní­fi­ca­men­te por Marc-André Gron­din y que ade­más del siem­pre efi­caz Yves Jac­ques y Vin­cent Leclerc, está inte­gra­do por Louis Cham­pag­ne, Anne-Eli­za­beth Bos­sé, Blan­di­ne Bury y Lae­ti­tia Isambert.

Tenien­do en con­si­de­ra­ción las obje­cio­nes seña­la­das, Le Suc­ces­seur es un frus­tran­te thri­ller psi­co­ló­gi­co de terror cuya incre­di­bi­li­dad impi­de que se lo con­si­de­re con la debi­da serie­dad. Jor­ge Gutman

El Per­ni­cio­so Sis­te­ma de Castas

ORI­GIN. Esta­dos Uni­dos, 2023. Un film escri­to y diri­gi­do por Ava DuVer­nay. 139 minutos.

Des­pués de haber emo­cio­na­do con Sel­ma (2014) con­si­de­ran­do la reper­cu­sión que tuvo la san­ción de los dere­chos civi­les en Esta­dos Uni­dos, la rea­li­za­do­ra Ava DuVer­nay con Ori­gin cen­tra su aten­ción en la ver­da­de­ra his­to­ria de Isa­bel Wil­ker­son (Aun­ja­nue Ellis-Tay­lor) quien en 1994 obtu­vo el pre­mio Pullitzer en perio­dis­mo. Sin que se ciña a una rigu­ro­sa bio­gra­fía, en este fas­ci­nan­te film la rea­li­za­do­ra refle­ja la géne­sis de su acla­ma­do libro Cast: The Ori­gins of Our Dis­con­tents.

El film comien­za cuan­do Tray­von Mar­tin (Myles Frost), un joven afro­ame­ri­cano de 17 años es ase­si­na­do en 2012 en San­ford, Flo­ri­da, des­pués de salir en horas noc­tur­nas de un nego­cio don­de efec­tuó cier­tas com­pras. De allí que ese mor­tal inci­den­te moti­va a que el edi­tor de un dia­rio local (Blair Under­wood) le soli­ci­te a Wil­ker­son que escri­ba un artícu­lo acer­ca del mismo.

Aun­ja­nue Ellis-Taylor

De inme­dia­to el rela­to enfo­ca el víncu­lo que Isa­bel man­tie­ne con su núcleo fami­liar inclu­yen­do a su ancia­na madre Ruby (Emily Yancy) a quien cui­da con ter­nu­ra con la ayu­da de su cari­ño­so espo­so Brett (Jon Bernthal) quien a su vez la impul­sa a que con­si­de­re tra­tar el tema de la muer­te de Mar­tin. Cuan­do la tra­ge­dia gol­pea a su puer­ta y pier­de a sus dos seres tan que­ri­dos, tra­tan­do de miti­gar su dolor comien­za a escri­bir su libro en don­de al tra­tar de inves­ti­gar lo suce­di­do con el des­afor­tu­na­do mucha­cho, ella tie­ne la con­vic­ción que eso no se vin­cu­ló con su con­di­ción racial sino a una situa­ción de cas­ta que divi­de a la huma­ni­dad. Es así que de inme­dia­to rela­cio­na ese cri­men con el geno­ci­dio del Holo­caus­to. ¿Aca­so no han sido blan­cos los judíos ani­qui­la­dos así como igual­men­te lo han sido sus vic­ti­ma­rios? ¿Los negros de Áfri­ca traí­dos como escla­vos a Esta­dos Uni­dos se debió al color de su piel o por­que ellos cons­ti­tuían la mano de obra bara­ta y(o gra­tui­ta para los pode­ro­sos due­ños blan­cos? A tra­vés de su inves­ti­ga­ción y recu­rrien­do a los libros de las biblio­te­cas, la inte­lec­tual perio­dis­ta se impo­ne de la con­di­ción en que viven los dalit, tam­bién lla­ma­dos “into­ca­bles” que son los miem­bros más pobres y dis­cri­mi­na­dos de la socie­dad india.

Para obte­ner una apre­cia­ción más pro­fun­da de lo que su men­te alber­ga, efec­túa un via­je a Ale­ma­nia y pos­te­rior­men­te a India. En el país ger­mano a tra­vés de los archi­vos de los nazis que­da cla­ro que es el “ori­gen judío” y no la raza lo que ha deter­mi­na­do su dis­cri­mi­na­ción. Es allí que ella lle­ga a cono­cer la his­to­ria del ale­mán August Land­mes­ser (Finn Wit­trock) quien rehú­sa a salu­dar a Hitler por el amor que sin­tió hacia Irma Eckler (Vic­to­ria Pedret­ti), su ena­mo­ra­da judía. Pro­si­guien­do su via­je al país de Gandhi, ella es reci­bi­da por el eru­di­to Dr. Suraj Yeng­de (él mis­mo) quien le hace saber sobre la opre­sión de la sumi­da cas­ta Dalit y las luchas empren­di­das por su líder Bhim­rao Ambed­kar. Con­se­cuen­te­men­te, la escri­to­ra com­prue­ba que las injus­ti­cias pro­ve­nien­tes de la dis­cri­mi­na­ción huma­na no se rela­cio­nan con el ori­gen racial sino con un pér­fi­do sis­te­ma social estra­ti­fi­ca­do que basa­do en el “ori­gen” gene­ra abe­rran­tes injus­ti­cias humanas.

Es elo­gia­ble el modo en que DuVer­nay recuen­ta la expe­rien­cia de la admi­ra­ble perio­dis­ta y escri­to­ra afro­ame­ri­ca­na, don­de a tra­vés del exce­len­te guión intro­du­ce la pre­sen­cia de su gran ami­ga y con­fi­den­te pri­ma Marion (Niecy Nash); es ella quien le for­mu­la pre­gun­tas a Isa­bel para que le acla­ra con pre­ci­sión la idea cen­tral que ella vol­ca­rá en su libro.

Rela­ta­do de mane­ra sen­ci­lla pero con gran efec­ti­vi­dad, DuVer­nay logra que esta pelí­cu­la de fic­ción sobre un per­so­na­je real con­mue­va genui­na­men­te a la audien­cia, en gran par­te debi­do a la anto­ló­gi­ca carac­te­ri­za­ción que Ellis-Tay­lor trans­mi­te a su per­so­na­je al pose­sio­nar­se por com­ple­to del mis­mo. En su con­clu­sión, Wil­ker­son. expre­sa su aspi­ra­ción a lograr una liber­tad que resul­te igua­li­ta­ria para todos, sin que exis­ta res­tric­ción algu­na que cer­ce­ne el dere­cho de expre­sión inhe­ren­te al géne­ro humano..

En los cré­di­tos fina­les de este exce­len­te retra­to brin­da­do por DuVernay,se lee que Cas­ta: El Ori­gen de Nues­tro Des­con­ten­to publi­ca­do en 2020 ocu­pó el segun­do pues­to en la lis­ta de “best Sellers” del New York Times en agos­to de ese año, dos meses y medio des­pués del ase­si­na­to de Geor­ge Floyd y que fue el más leí­do y acla­ma­do en Esta­dos Uni­dos duran­te 58 sema­nas. La auto­ra dedi­ca este libro “a la memo­ria de mis padres que sobre­vi­vie­ron el sis­te­ma de cas­ta y a la memo­ria de Brett que lo desa­fió”.
Jor­ge Gutman

Una Des­pia­da­da Colonización

LOS COLO­NOS. Chi­le-Argen­ti­na-Fran­cia-Dina­mar­ca-Gran Bre­ta­ña-Sue­cia-Tai­wán, 2023. Un film de Feli­pe Gál­vez. 97 minutos

Resul­ta gra­ti­fi­can­te para el crí­ti­co de cine com­pro­bar el sur­gi­mien­to de nove­les rea­li­za­do­res capa­ces de mos­trar inusi­ta­da madu­rez en sus pri­me­ros tra­ba­jos. Ese es el caso del direc­tor chi­leno Feli­pe Gál­vez quien des­pués de una expe­rien­cia como guio­nis­ta y edi­tor en cor­to­me­tra­jes debu­ta en el lar­go­me­tra­je Los Colo­nos ilus­tran­do lúci­da­men­te de mane­ra fic­cio­nal un dra­ma his­tó­ri­co sobre el tra­ta­mien­to reci­bi­do por la pobla­ción autóc­to­na de Chile.

Mark Stan­ley, Cami­lo Aran­ci­bia y Ben­ja­mín Westfall

El guión del rea­li­za­dor escri­to con Anto­nia Girar­di y la cola­bo­ra­ción de Mariano Lli­nás en su comien­zo ubi­ca la acción en 1901 en la región pata­gó­ni­ca de Chi­le y Argen­ti­na. Allí el pode­ro­so terra­te­nien­te José Menén­dez (Alfre­do Cas­tro), dedi­ca­do a la explo­ta­ción de ove­jas, quie­re des­pe­jar la vas­ta ruta con­du­cen­te a una sali­da en el Océano Atlán­ti­co. Para efec­tuar el reco­rri­do de esa zona con­tra­ta los ser­vi­cios del fun­cio­na­rio esco­cés MacLen­nan (Mark Stan­ley) con el pro­pó­si­to de eli­mi­nar a la pobla­ción autóc­to­na que pue­da encon­trar en el camino; para rea­li­zar su tarea con­ta­rá con la cola­bo­ra­ción del mer­ce­na­rio ame­ri­cano Bill (Ben­ja­mín West­fall) y del ayu­dan­te Segun­do (Cami­lo Aran­ci­bia) que es un mes­ti­zo oriun­do de la isla de Chi­loé. Cum­plien­do su misión este hete­ro­gé­neo gru­po no vaci­la en sem­brar a lo lar­go del camino un sen­de­ro de san­gre al per­se­guir y ase­si­nar a la comu­ni­dad indí­ge­na Selk’nam.

Sie­te años des­pués de la masa­cre, el pre­si­den­te chi­leno Pedro Montt desig­na al ofi­cial Vicu­ña (Mar­ce­lo Alon­so), para que visi­te Chi­loé a fin de tener un pre­ci­so cono­ci­mien­to acer­ca del ase­si­na­to come­ti­do al pue­blo autóc­tono; para ello inten­ta obte­ner infor­ma­ción de Segun­do que aho­ra modes­ta­men­te habi­ta allí jun­to con su trau­ma­ti­za­da mujer indí­ge­na Kiep­ja (Mishell Gua­ña). En todo caso, las bue­nas inten­cio­nes no repa­ran el geno­ci­dio producido.

Uno de los méri­tos de Los Colo­nos es que los per­so­na­jes están muy bien esbo­za­dos; sobre todo el más elo­cuen­te es el mag­ní­fi­ca­men­te carac­te­ri­za­do por Aran­ci­bia quien como Segun­do, a tra­vés de su ópti­ca se asis­te a lo que acon­te­ce en el rela­to; si bien se pue­de empa­ti­zar con el mis­mo, lo cier­to es que él fue un cola­bo­ra­dor pasi­vo de los gra­ves inci­den­tes ocu­rri­dos a pesar de su ori­gen autóc­tono. Igual­men­te son des­ta­ca­bles las inter­ven­cio­nes de Cas­tro como el des­pre­cia­ble geno­ci­da Menén­dez y de Stan­ley como el des­pia­da­do ase­sino MacLen­nan. Ade­más de West­fall, Alon­so y Gua­ña, el sóli­do repar­to se com­ple­ta, entre otros intér­pre­tes, con Luis Machin, Adria­na Stu­ven, Agus­tin Rit­tano, Juan Imbert y Mariano Llinás.

Como rea­li­za­dor Gál­vez tie­ne la deli­ca­de­za de suge­rir antes que demos­trar en toda su mag­ni­tud las atro­ci­da­des come­ti­das. Impri­mien­do un apro­pia­do rit­mo, el cineas­ta con­tó con el valio­so apor­te de la foto­gra­fía de Simo­ne D’Arcangelo cap­tan­do el agres­te pai­sa­je en que trans­cu­rre la acción, así como la apro­pia­da músi­ca de Harry Allouche.

Que­da como resul­ta­do un muy buen arti­cu­la­do wes­tern, que denun­cia de mane­ra con­tun­den­te la acción arra­sa­do­ra y des­truc­ti­va de los pue­blos ori­gi­na­rios que tuvo lugar en la Pata­go­nia a comien­zos del siglo pasa­do; todo ello en nom­bre de una tris­te colo­ni­za­ción ten­dien­te a apli­car el racis­mo y el cri­men a fin de lograr una civi­li­za­ción más puri­fi­ca­da. Jor­ge Gutman