CHARLIETANGO. Canadá, 2024. Un film escrito y dirigido por Simon Boisvert. 98 minutos
El realizador y guionista canadiense Simon Boisvert transporta al espectador en diferentes senderos en la comedia dramática Charlie Tango.
David La Haye y Stacie Mistysyn
Stacie Mistysyn encarna a Kim, una controladora de tráfico aéreo quien en una jornada de su diario trabajo a pesar de los máximos esfuerzos realizados no pudo evitar una tragedia aérea que ha causado numerosas víctimas. Eso repercute hondamente en su estado emocional como asimismo en su actividad profesional al quedar suspendida en su trabajo, además de las ramificaciones legales producidas por el fatal accidente. En su vida personal ella está casada con Jeff (Bruce Dinsmore), un funcionario policial, que trata de apoyarla como consecuencia del impacto que ella experimenta; eso no impide que a ocultas de su esposo mantenga un apasionado affaire con Charlie (David La Haye), un empresario dedicado a inversiones inmobiliarias, quien a su vez también engaña a su esposa (Genevieve St.Louis).
Al quedar temporalmente desempleada, Kim acepta un puesto tentador que Charlie le ofrece en su empresa, pero al poco tiempo se impone de las maniobras fraudulentas que su amante realiza al malversar los fondos de los inversionistas. Consecuentemente Jeff ‑ya impuesto del adulterio de Kim‑, junto con ella aúnan sus esfuerzos para desenmascarar a Charlie.
A partir de allí, el relato adquiere el tono de un misterioso thriller, en tanto que la repercusión del accidente aéreo pasa a segundo plano. Aunque en principio la historia despierte interés, los numerosos giros que adopta el guión a través de una rebuscada narrativa, generan inconsecuentes situaciones que aminoran su interés; eso se acentúa con un desenlace que si bien imprevisible es a la vez inverosímil.
Queda como resultado, un errático thriller provisto de cierto suspenso, bien actuado y aceptablemente dirigido, que sin ser muy exigente se deja ver pero sin suscitar mayor entusiasmo. Jorge Gutman
LECOMTEDEMONTE-CRISTO. Francia, 2024. Un film escrito y dirigido por Matthieu Delaporte y Alexandre de la Patellière. 178 minutos
La clásica novela El Conde de Montecristo de Alejandro Dumas publicada en 1844 ha sido objeto de varias adaptaciones cinematográficas y en este caso la efectuada por Matthieu Delaporte y Alexandre de la Patellière configura un fastuoso espectáculo que reúne todos los ingredientes necesarios para satisfacer al gran público. Adoptando algunos cambios de la versión original, los directores han tratado de condensar las más de mil páginas del libro original mediante una versión de casi tres horas de duración que no se hacen sentir.
Pierre Niney
La acción comienza en 1815 cuando Napoleón ha sido confinado a la isla de Elba y cualquier vinculación que se pudiera mantener directa o indirectamente con el ex emperador de Francia, era considerada una traición a la patria. En tanto, el marinero Edmond Dantès (Pierre Niney) de 22 años espera ansiosamente desembarcar en Marsella para contraer enlace con su bien amada Mercedes (Anaïs Demoustier); pero previamente en alta mar salva la vida de una chica (Adële Simphal) que se encontraba en un buque que naufragó; ese acto de generosidad genera la furia del capitán Danglars (Patrick Mille), quien curiosamente llega a ser despedido por su superior, siendo Edmond asignado para ocupar dicho cargo.
Ya en la ceremonia nupcial, sorpresivamente el capitán Edmond es arrestado por la autoridad competente aduciendo que había ayudado a Napoleón. Todo ello obedece a un complot urdido por el airado Danglars, con la colaboración de Fernand de Morcef, (Bastien Bouillon), quien fuera el gran amigo de Edmond, estando secretamente está enamorado de Mercedes, y la intervención del hipócrita y corrupto procurador Gérard De Villefort (Laurent Lafitte). Aunque Edmond insiste en declarar su inocencia, él es encarcelado en la siniestra prisión del castillo de If, ubicado en una pequeña isla próxima a Marsella.
Después de 4 años de miserable estadía, el confinamiento solitario del recluso se atenúa al trabar relación con el abad Faria (Pierfrancesco Favino), otro malogrado prisionero; la estrecha relación amistosa entablada con el prelado italiano hará que la vida de Edmond resulte menos penosa y a su vez ambos inician un plan de fuga a través de la excavación de los túneles de la prisión que habrá de insumir largo tiempo; así ellos vislumbran la idea de acudir a la isla de Monte-Cristo donde Faria le revela que existe un valioso tesoro escondido. Cuando una década después todo está dispuesto para la fuga, el abad fallece y en consecuencia Edmond logra escapar después de haber estado recluido durante 14 años.
A partir de ese entonces, el fugitivo prisionero y ya en posesión del tesoro adquirido en Montecristo adquiere una identidad diferente. Ahora, su objetivo principal es saciar su sed de venganza de Fernand, Danglars y Villefort quienes arruinaron su vida. Grande es su desilusión al saber que su querida Mercedes contrajo enlace con Fernand y es madre del joven Albert (Vassily Schneider). Ya habitando en París y asumiendo el rol de Conde de Montecristo, Edmond se relaciona con la alta sociedad parisina mereciendo el respeto que le confiere su título de nobleza. Utilizando en algunas ocasiones una máscara y en otras tratando de disimular su semblante logra contactar a sus enemigos sin que ellos lo reconozcan. Para implementar su plan,el vengativo conde cuenta con la ayuda de.Haydée (Anamaria Vartolomei), una joven huérfana a quien rescató de la esclavitud, así como de Andrea (Julien De Saint Jean), el ilegítimo hijo de Villefort.
Sin detallar los giros y vueltas que nutren a esta historia, los realizadores han reunido un excelente plantel actoral; en tal sentido se destaca la excepcional caracterización que Niney realiza de Dantès en el vía crucis atravesado a lo largo de más de 20 años de existencia; asimismo, Bouillon, Mille y Lafitte se lucen en los roles de apoyo.
Con una fluida dirección, el film adquiere una estupenda riqueza visual merced al extraordinario diseño de producción de Stéphane Taillasson.
En esencia, Delaporte y de la Patellière con LeComte de Monte-Cristo han logrado una esplendorosa saga de venganza y redención que siendo bien contada fácilmente consigue la adhesión de la audiencia y en consecuencia justifica la realización de esta nueva versión. Jorge Gutman
CLOSETOYOU. Canadá-Gran Bretaña, 2023. Un film de Dominic Savage. 98 minutos
Uno de los aspectos que caracteriza a Close to You es que ‑según se informa en el material de prensa- el realizador Dominic Savage ha trabajado intensamente con Elliot Page quien lo protagoniza y que a su vez el film fue creado para él. El resultado es por lo tanto eminentemente personal en la medida que tanto en la vida real como en la ficción el personaje protagónico interpretado por Page es un hombre transexual.
Elliot Page
En su comienzo se observa a Sam (Page) en su departamento de Toronto quien denota intranquilidad por tener que asistir al cumpleaños de su padre Jim (Peter Outerbridge) quien junto con su familia habita en Cobourg, una pequeña ciudad ubicada en la proximidad del Lago Ontario. Él no ha estado con los suyos desde hace 4 años en que realizó su transición y es por esa razón que su estado inconfortable radica en la sensación de que su pasado no sea visto por su familia con buenos ojos.
En el viaje en tren que lo conduce a destino se encuentra con Katherine (Hillary Baack), una joven mujer casada y con hijos que reside en Cobourg, quien ha sido una compañera y gran amiga de Sam durante los años de estudio secundario; la breve y trivial conversación refleja aspectos del pasado donde todo hace suponer que existió entre ambos una romántica atracción.
Una vez que arriba al hogar de su familia, es recibido con afabilidad por Jim, su madre Miriam (Wendy Crewson) como asimismo por sus dos hermanas Kate (Janet Porter) y Megan (Alex Paxton-Beesley) y su hermano Michael (Daniel Maslany). Eso no obsta para que su padre sienta cierto resquemor por su nueva identidad genérica y que su madre recuerde cuando era su querida niña, lo que motiva a que Sam perciba una ambigüedad en el proceso de reconciliación con su familia; su incertidumbre se confirma en una escena de evidente tensión al generarse una alterada discusión con su cuñado Paul (David Reale) en donde se pone en duda si es feliz con su cambio de sexo. En su experiencia no muy gratificante de esa estadía familiar Sam encuentra solaz en los encuentros que mantiene con Katherine.
De manera global, la película trata de captar el estado emocional de su protagonista en el que la aceptación de su transexualidad resulta de vital importancia; pero el guión de Savage y Page, que en ciertas instancias se vuelve repetitivo, se diluye evitando que el film adquiera la suficiente envergadura dramática; en parte, eso se acentúa en la medida que el intento de revivir los sentimientos latentes que bullen entre Sam y Katherine no cohesiona con la historia central del film.
Lo que más trasciende de este lacónico drama es la sólida interpretación de Page; después de más de dos décadas de remarcable actuación, aquí vuelve a reafirmar su talento brindando notable autenticidad a su vulnerable y entristecido personaje, a pesar de que el desigual guión no permite profundizar con más vitalidad la relación mantenida con su núcleo familiar. Con todo, su abierto final deja inferir que la vida para Sam retornando a Toronto seguirá su curso normal, mereciendo el debido respeto, más allá de que su condición genérica pueda o no ser comprendida por los suyos. Jorge Gutman
ONLYTHERIVERFLOWS. China, 2023. Un film de Wei Shujun. 101 minutos
Como una muestra del género de cine negro Only the River Flows cumple satisfactoriamente su propósito. Dirigido por Wei Shujun, el guión que preparó conjuntamente con Chunlei Kang basado en una novela de Yu Hua centra su atención en la búsqueda de un criminal en serie.
Zhu Yilong
La historia está ambientada en la década del 90 en la pequeña ciudad china de Banpo y comienza cuando se descubre el cadáver de una anciana que yace al borde del río. Solo se sabe que al haber quedado viuda esta mujer albergó en su hogar a un individuo errático conocido como “el loco”. En consecuencia, el detective inspector Ma Zhe (Zhu Yilong) es designado para que junto con un equipo especializado puedan detectar y arrestar a la persona asesina. Para realizar su tarea el jefe de policía (Hou Tianlai) le asigna como oficina la cabina de proyección de un abandonado cine local.
Ma Zhe procede a encarar empeñosamente su trabajo, valiéndose de fotografías y registros de audio a fin de poder obtener evidencias de ciertas personas que pudieron directa e indirectamente haber mantenido contacto con el criminal. En este crucigrama van surgiendo algunos sospechosos que pronto son liberados al no existir evidencia concreta o prueba de culpabilidad.
Paralelamente a su desvelo, el grupo de policías que lo secunda adopta una actitud más frívola, jugando al ping pong, aunque eso no interfiere el proceso investigativo.
A medida que el panorama se ensombrece con la aparición de nuevos crímenes, la actitud obsesiva del detective se intensifica. A todo ello su trabajo se entremezcla con su vida personal en la medida que su querida esposa (Chloe Maayan) que se halla embarazada se impone que el bebé que se está gestando podría sufrir de una discapacitación mental; ese diagnóstico produce fricciones en la pareja en donde su mujer está determinada a proseguir su embarazo en tanto que él preferiría recurrir al aborto.
A medida que avanza el trabajo detectivesco de Ma Zhe, la desorientación de este aguerrido profesional lo conduce hacia un camino cada vez más alejado de la realidad y ese aspecto es lo que contribuye a que esta historia no responda a los cánones de un clásico thriller para saber quién es el homicida, conduciendo a un desenlace que se presta a diferentes lecturas.
Además de la lograda puesta escénica surrealista del director, el film se valoriza por una buena descripción de la comunidad rural en donde se van revelando ciertos secretos que contribuyen a resaltar su intriga; asimismo resulta interesante comprobar el estilo de vida de una pequeña aldea provincial de la época en que el país vivía bajo una fuerte represión, tal como se manifestó en 1989 en la protesta estudiantil de la plaza de Tiananmén.
Entre otros valores positivos del film se destaca su homogéneo elenco encabezado magníficamente por Yilong como el obsesivo sabueso. La valiosa fotografía en 16 milímetros de Chengma Zhiyuan se asocia con la melancolía que en muchas instancias destila el relato teniendo como fondo musical el Adagio de la hermosa sonata Claro de Luna de Beethoven.
Sin lograr el excepcional nivel de otros filmes del género como lo fueron entre otros títulos Cercle Rouge (1970) de Jean-Pierre Melville, Chinatown (1974) de Roman Polanski así como Memories of Murder (2003) de Bong Joon Ho, Only the River Flows, es una sobria y bien construida cautivane película. Jorge Gutman
SINGSING. Estados Unidos, 2023. Un film de Greg Kwedar. 105 minutos
Aunque lo que se vislumbra en Sing Sing es un relato ficcional, lo cierto es que basándose en acontecimientos reales el director Greg Kwedar brinda un maravilloso drama humano que adquiere el carácter de un documental. Ciertamente su visión alimenta y enriquece el espíritu de tal manera que al terminar la proyección el espectador queda ampliamente gratificado por asistir a uno de los mejores filmes estrenados en lo que va del año.
La historia diagramada a través del guión del realizador y Clint Bentley transcurre en Sing Sing, el centro penitenciario de máxima seguridad ubicado a orillas del río Hudson y no muy alejado de la ciudad de New York. En 1996 en esa cárcel se creó un programa denominado “Rehabilitación a través de las artes (RTA) para que mediante la representación teatral los presos volcados a dicho arte puedan lograr la rehabilitación que les permita integrarse a la sociedad una vez que queden libres.
Colman Domingo
Dentro de ese marco, el comienzo del relato presenta a un grupo de presidiarios saludando al público asistente después de una representación de “Sueños de una Noche de Verano”. Cumplido con dicho compromiso, el grupo liderado por el convicto John Whitfield conocido como Divine G (Colman Domingo) y bajo la dirección de Brent Buell (Paul Raci) proponen que la nueva obra sea una pieza musical; su contenido en tono de comedia constituirá un viaje en el tiempo hacia el pasado mediante un cóctel integrado por antiguos reyes egipcios, gladiadores, una versión adulterada de Hamlet, etc.
Gran parte del relato transcurre durante los ensayos de la nueva obra en donde Divine G, encarcelado por un crimen que no cometió, estimula al resto del grupo para ofrecer lo máximo de sí mismos en los roles que les son asignados. El gran desafío que él enfrenta es lidiar con el recluso Divine Eye (Clarence Maclin), un individuo encarcelado por traficar en drogas, de difícil carácter, resentido y vulnerable; es así que Divine G realiza lo imposible para rescatar de él la humanidad que alberga en su interior tratando de hacerle ver la riqueza que habrá de adquirir a través de la RTA.
Dejando de lado los castigos que generalmente los presidiarios son infligidos en dramas carcelarios, aquí el film adquiere una dimensión completamente diferente. Así, conmovedoramente cada integrante del grupo expone sus antecedentes familiares configurando de este modo un clima de intimidad y colectivo afecto. Pero lo más importante reside en la especial interrelación de Divine G con Maclin a través de diálogos provistos de máxima autenticidad
La película adquiere un tono neorrealista en donde durante su desarrollo acontece una tragedia aunque de modo alguno motivada por los guardianes de la prisión. En lo que concierne a la actuación, Domingo brinda una antológica caracterización como el alma y mentor del grupo tratando de demostrar lo que sus participantes son capaces de ofrecer como legítimos actores; su actuación es resaltada a través de primeros planos logrados por la excelente fotografía de Pat Scola. A su lado resulta altamente emotivo que Clarence Maclin, después de haber logrado su libertad poco más de una década, haya resuelto vestir nuevamente su atuendo de prisionero para representar una versión más joven de sí mismo. A todo ello, más allá de Paul Raci, casi el resto del reparto está conformado por ex reclusos que habiendo participado del programa de rehabilitación contribuyen con una actuación impregnada de notable certeza.
Mediante una dinámica y fluida narración, con este drama Kwedar resalta la dignidad humana a la vez que ofrece un merecido tributo a la RTA, una noble ventana a la vida dentro de los muros de una prisión. Jorge Gutman